Luego de que el Gobierno nacional publicara días atrás el decreto que endurece la Ley de Migraciones para así acelerar la expulsión de quienes delinquen, los números sobre inmigrantes detenidos pasaron a ser el centro de la escena. 

Desde 2014 hasta la actualidad, la cifra de extranjeros privados de su libertad en cárceles de la Provincia de Buenos Aires creció casi un 70%. 

A principios de este año se pudieron contabilizar 1.735 extranjeros presos en las unidades del Servicio Penitenciario Bonaerense. Si se compara con 2014, se nota un importante incremento, ya que la cifra se ubicaba en 1.075; es decir, un 67,6% más, número altamente sorprendente, sobre todo si se tiene en cuenta que hace tres años la población carcelaria en las dependencias era de 31.224 y, en la actualidad, esa cifra alcanza los 33.500, es decir, tan solo un incremento del 9,32%. 

De acuerdo al relevamiento en las cárceles bonaerenses viven presos de 18 países y de tres continentes: América, Europa y Asia. En el informe se detalla que de los 1.735 reclusos extranjeros, 883 son de Paraguay; 276 de Perú; 184 de Uruguay; 162 de Bolivia, y 88 de Chile. La lista se completa con 67 de Colombia; 20 de República Dominicana; 17 de Brasil; diez de Italia; siete de Ecuador; seis de China; cuatro de España y de Ucrania; tres de Estados Unidos y uno de Francia, Haití y Portugal.

El estudio denota que la cantidad de reclusos extranjeros en los penales bonaerenses viene en ascenso. Como se marcó, en 2014 eran 1.075; en 2015, 1.251; en 2016, 1.567, y en enero de 2017, 1.735.

Respecto a los indicadores de los países que han sumado mayor porcentaje de detenidos en la Provincia de Buenos Aires, entre 2014 y 2017 se puede observar que República Dominicana pasó de 7 a 20 (285,7%); en el caso de Perú, de 148 a 276 (86,4%); Colombia, de 39 a 67 (71,7%); Paraguay, de 534 a 883 (65,3%), y Bolivia, de 102 a 162 (58,2%).

Producto del narcotráfico

El presidente de la Asociación Antidrogas de la República Argentina, Claudio Izaguirre, en diálogo con este medio, sostuvo: “El ascenso en la cantidad de presos extranjeros son producto del narcotráfico. Todo parece indicar que la falta de control eficaz en las fronteras para evitar el ingreso de drogas ha llevado a tener alojados más privados de libertad originarios de otros países, y eso explicaría lo que ha pasado con los de República Dominicana, Colombia, Perú, Paraguay y Bolivia”.

“Se sabe que en situaciones de crisis económica, vender drogas surge como una opción para tener ingresos, más cuando faltan políticas de seguridad adecuadas”, concluyó Izaguirre.