Tal como sucede con cada crecida del río, el barrio de La Tosquera, uno de los más bajos de la ciudad, se ve sumamente perjudicada.

Este fin de semana La Opinión caminó las calles del barrio para conocer la realidad de los pobladores. “Estamos abandonados”, dijo entre lágrimas una mujer que tiene el agua a poco más de dos metros de la puerta de su vivienda.

A simple vista se nota que una maquinaria recorrió las calles de tierra para acomodar montículos y así, evitar que el agua trepe. “Del otro lado están todos bajo agua”, dice la señora señalando del montículo para adelante y completa: “Hay chicos, grandes, de todo”.

“Cuando son las elecciones vienen todos, se acuerdan de nosotros, pero ahora que estamos con el agua al límite no pasan”, se quejó. Desde la Secretaría de Desarrollo Social anunciaron que en más de una oportunidad se entrevistaron con los vecinos a los que les facilitaron provisiones.