Crece el "riesgo PASO": los mercados subestiman la posibilidad de un regreso del kirchnerismo

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En tres semanas se sabrá si la confianza de los inversores sobre el resultado electoral tiene o no que ver con la realidad. En la recta final podría haber más turbulencias

Una encuesta entre grandes administradores de cartera y analistas de fondos y bancos de Wall Street realizada por Poliarquía, bajo la dirección de Alejandro Catterberg, arrojó que la fórmula Macri-Pichetto es apabullantemente la favorita. Los más de 50 expertos consultados opinaron que le asignan un 65% de chance de victoria a la fórmula oficialista. Además, creen que el kirchnerismo ganaría las PASO por una diferencia de tres puntos, lo suficientemente reducida como para permitir que el Gobierno la dé vuelta posteriormente.

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Más allá de la encuesta, algunos analistas incluso consideran que los actuales precios de activos argentinos reflejan una chance de reelección aún mayor. Basado en el actual nivel del precio de las acciones y del riesgo país, se le estaría asignando al Gobierno una posibilidad de triunfo del 70% contra sólo 30% para la fórmula Fernández-Fernández.

¿Pero realmente son tan grandes las posibilidades de una victoria del oficialismo? No hay por el momento una sola encuesta que permita concluír que efectivamente el Gobierno es ampliamente favorito en la elección. Todo lo contrario. Incluso los mejores números conocidos hasta ahora señalan que Macri ganaría recién en un ballotage y por apenas un punto de diferencia sobre Alberto Fernández.

 Para el mercado, las chances de una victoria del Gobierno superan el 65%, algunos incluso creen que llega al 70%. Según las encuestas y politólogos, sin embargo, las chances están más bien repartidas: 50% y 50% para el oficialismo y la oposición

El panorama luce todavía más complicado. Encuestas que lo dan a Macri a sólo uno o dos puntos abajo del kirchnerismo en las PASO -que sería un excelente escenario al menos en la lectura previa- muestran que no tiene nada asegurado posteriormente. Es decir, ni siquiera una diferencia exigua en la primaria le permitiría luego al Gobierno darlo vuelta de manera contundente.

Por lo tanto, lo que surge de todas las encuestas conocidas hasta ahora es que las chances están repartidas en partes iguales: 50%-50% para cada fórmula. Algunos politólogos han señalado en reuniones con bancos de inversión de los últimos días que son un poco más optimistas por la estabilidad cambiaria, la baja de la inflación y la mejora de las expectativas económicas. Esto habría movido la balanza muy levemente a favor del Gobierno en las últimas dos semanas. Sería, en este escenario, un 55% a 45% de chance victoria para el oficialismo y la oposición respectivamente.

Ya en la última semana financiera se notó un aumento de la ansiedad por el resultado electoral. Detrás está el temor de asignar en forma errónea las chances de cada fórmula. Puesto de otro modo, la confianza quizás exagerada de una victoria del Gobierno podría chocar contra el resultado de las PASO, si es que la diferencia resulta siendo mayor a la esperada.

 En un escenario de regreso del kirchnerismo al poder, se espera un dólar de $ 70 (estimación de Balanz Capital) y un riesgo país acercándose a los 1.500 puntos. El esfuerzo que deberá hacer Alberto Fernández para seducir a los mercados será descomunal

Los actuales valores de las acciones, riesgo país y el dólar están alejados a años luz de lo que podría suceder si se impone la fórmula Fernández-Fernández. Los pronósticos que manejan los inversores son poco menos que apocalípticos.

Esta semana Balanz Capital estimó que el tipo de cambio podría volar a $ 70 si el kirchnerismo regresa al poder. Las estimaciones preliminares entre inversores consideran que el riesgo país se ubicaría en niveles de entre 1.300 y 1.500 puntos contra los 800 puntos actuales. Y las acciones podrían retroceder todo lo que ganaron en los últimos dos meses. Es decir caerían más de un 40% en dólares.

Por supuesto que está la posibilidad de que en caso de una victoria, Alberto Fernández consiga desmarcarse rápidamente de la Cámpora y de las viejas recetas kirchneristas.Ya dijo que no está de acuerdo con el cepo cambiario y que el default no es opción. También criticó el INDEC de Cristina, aunque en realidad el toqueteo de los índices empezó con Néstor Kirchner en 2007, cuando él era jefe de Gabinete.

Justamente será fundamental conocer los nombres de quiénes lo acompañarían en su potencial Gabinete para entender mejor a dónde apuntará su gestión. Pero antes de que ocurra todo eso, los mercados castigarán duramente a los activos argentinos si el Gobierno no logra retener el poder.

El riesgo que enfrentan los inversores en este panorama es muy grande. Si las primarias no convalidan esta sensación de que el Gobierno está poco menos que ya arañando la reelección, podrían estar expuestos a fuertes pérdidas.

 En varios informes circuló la idea de que 5 puntos de distancia tranquilizarían a los inversores. Pero en una elección muy polarizada, incluso esta diferencia a favor del kirchnerismo  en las PASO podría ser muy difícil de remontar

Incluso el número mágico de "5 puntos" de diferencia podría no ser suficiente. Si el kirchnerismo saca esa distancia en la primaria  pero con un altísimo grado de polarización, podría tratarse de una brecha imposible de achicar en la elección general.José Luis Espert quedaría muy diluído y por lo tanto las posibilidad de sacarle votos disminuyen. Y no está claro que quienes voten a Roberto Lavagna estarían dispuestos a elegir por Macri en vez de Fernández.

El problema detrás de este razonamiento es el siguiente: si finalmente gana Macri, las posibilidad de una mejora sustancial en los precios existe, pero quizás ya no se produzca un espectacular rally. Esto se debe a que los precios ya incorporaron una chance alta de victoria oficialista. En cambio, un resultado adverso resultaría durísimo desde el punto de vista patrimonial para los que están posicionados en Argentina.

¿Qué hay detrás de este aparente escenario de confianza extrema en una victoria del Gobierno en la elección, cuando las encuestas marcan otra cosa? Es difícil entrar en la psicología de los mercados, pero podrían mencionarse algunas causas:

–La percepción de la imagen muy negativa que conserva Cristina Kirchner, aún cuando la corrupción no aparezca como los temas de mayor preocupación entre los votantes.Incluso en la provincia de Buenos Aires la ex presidenta conserva más del 50% de rechazo.

-Solo con la estabilización del dólar y la baja de la inflación, subió fuertemente la expectativa futura sobre la economía y la situación personal. Como por delante seguirían esas buenas noticias, el Gobierno logrará continuar remontando la cuesta hasta imponerse.

-El "sesgo" de los analistas internacionales es escuchar más al Gobierno que a la oposición. En cada reunión que mantienen, tanto el jefe de Gabinete, Marcos Peña, como el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, pintan un escenario muy positivo para las chances electorales del oficialismo. Incluso ahora intentan transmitir a los mercados que 'no se asusten" si el kirchnerismo triunfa en las PASO porque luego darán vuelta el resultado.

-Se supone que el contundente apoyo de Estados Unidos y del G-20 también tendrían un peso para las decisiones de los votantes. El Gobierno también transmite la idea que conviene seguir votándolos para mantener ese sólido respaldo internacional. No está claro, sin embargo, que para el público resulte un dato relevante que Donald Trump respalde a Macri. Incluso la última autorización que el FMI le dio al Central para vender hasta U$S 3.600 millones en futuros confirma deja en claro que el gobierno norteamericano está jugado a una victoria macrista.

En las tres semanas que quedan hasta las PASO seguramente esta mayor incertidumbre por el resultado se hará notar. Por lo pronto, el Central dejó en claro que la "paz cambiaria" no es negociable. Apenas el dólar empezó a subir, salió en forma contudente a vender futuros y no paró durante toda la semana. Así salió rápido a "marcar la cancha". Aquella estrategia inicial de dejar flotar al dólar que se había pactado con el FMI pasó a cuarteles de invierno, al menos hasta que termine el período electoral.

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