"Crear" a un empresario y llenarlo de negocios, el eje de la acusación

El pedido de indagar a Cristina se hizo con el argumento de que sin su decisión no había fraude

 

Los ex presidentes Néstor y Cristina Kirchner fueron acusados ayer de haber sido el "eje central" de la maniobra de estafa al Estado que denunció la nueva gestión de Vialidad Nacional. Fueron señalados por los fiscales Gerardo Pollicita e Ignacio Mahiques como "la cúpula" desde donde se ideó y dirigió la "maniobra criminal". Los fiscales consideraron acreditado que "durante los últimos 12 años" hubo una "decisión" en lo más alto del Poder Ejecutivo de enriquecer con fondos públicos a Lázaro Báez, quien "paralelamente les garantizaba a los Kirchner ingresos millonarios" a través de sus hoteles.

Pollicita y Mahiques no revelaron pruebas secretas ni documentos desconocidos. Analizaron la denuncia de Vialidad, cruzaron vínculos y datos públicos, y dieron por probado que la maniobra denunciada "no hubiera sido posible" sin que los Kirchner "tomaran la decisión política de favorecer a Santa Cruz" con miles de millones de pesos para rutas y pusieran a funcionarios "de su íntima confianza" para cumplir, estando bajo sus órdenes, "el plan criminal diseñado".

Los fiscales no dijeron que Báez hubiera sido testaferro de los Kirchner ni que ellos se hubieran quedado, en última instancia, con los millones de esta supuesta estafa. Sostuvieron, sin embargo, que los alquileres de los hoteles podrían haber sido "un retorno" pagado por Báez. También sugirieron, casi al final de su dictamen, que esos ingresos "les habrían permitido [a los Kirchner] otorgarle carácter legítimo al dinero percibido a través de la ilícita concesión de obra pública" que se investiga en este expediente.

Pero Pollicita y Mahiques dicen que el supuesto "retorno" es materia del caso Hotesur, no de éste. Acá, acusan a los ex presidentes de haber perseguido un "interés personal" y haber "beneficiado a su socio y amigo para garantizarle un lucro indebido" (delito de administración infiel). También, de haberse "interesado" para beneficio de "un tercero": Báez (negociaciones incompatibles).

La intervención de los Kirchner en este caso la dividieron en tres momentos. Según los fiscales, Néstor y Cristina Kirchner:

 Hicieron entrar en el negocio al "amigo presidencial" Báez:"crearon" al empresario, que antes de la llegada de ellos al poder era un monotributista. Los fiscales citaron como prueba el dato de que Báez constituyó Austral Construcciones, su primera y principal constructora, el 8 de mayo de 2003, dos semanas antes de que Néstor Kirchner asumiera la presidencia. Destacaron que además de amigo era socio y que durante el kirchnerismo recibió contratos del Estado por más de $ 16.000 millones. De este argumento se quejó ayer la ex presidenta.

Trasladaron desde Santa Cruz a funcionarios de su confianza:según los fiscales, para poder manejar con discrecionalidad la caja del Estado, los Kirchner trajeron de Santa Cruz a funcionarios de mayor confianza. Eligieron a Julio De Vido como ministro de Planificación (era ministro de Gobierno provincial) y transfirieron Obra Pública a su órbita. Además, nombraron a José López, Nelson Periotti y Carlos Santiago Kirchner (primo del ex presidente) para controlar las obras viales en los distintos niveles. Todo con el fin de favorecer a Báez con licitaciones fraguadas, pagos preferenciales y sobreprecios.

Inundaron Santa Cruz con miles de millones para rutas: a través de asignaciones presupuestarias y decretos, los Kirchner convirtieron su provincia en la principal destinataria de fondos para obras de vialidad. De acuerdo con los fiscales, para garantizar los fondos que recibiría Báez. Santa Cruz fue la provincia más beneficiada. Recibió 11,2% del presupuesto total, lo mismo que otras ocho juntas.

 

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