Desde que asumió el desafío de tomar el timón de Central, Eduardo Coudet no está haciendo más que realizar un curso acelerado de entrenador. Y ocupando el rol de director deportivo sin proponérselo sino por decantación. Por fuerza mayor en realidad. El conocimiento y contacto que posee el técnico en el rubro futbolístico hace además que le gane por goleada a los directivos a la hora de formular alguna negociación. Ni mencionar de cerrarla. De hecho, el armado del plantel lo ideó y concretó el Chacho. Las declaraciones de la mayoría de los jugadores que decidieron volver al club esencialmente así lo certifican también. Y mientras espera la llegada del otro refuerzo que puede formular la entidad auriazul, el técnico marcó la cancha ayer cuando la charla giraba en torno a los posibles nombres que podrían sumarse a su tropa. “Por ahora no hay nada. Lo que sí tengo en claro es que necesitamos otra persona para que se ocupe de estos temas. Uno colabora en todo lo que puede, pero Central precisa un manager, un secretario deportivo o como se lo quiera llamar porque en la vacaciones uno puede dar una mano, y lo hace. Pero en estos momentos tengo que estar pensando en el armado del equipo y no desviar la atención sobre todo esto”, graficó.

  La ausencia de una figura que pueda ocuparse y materializar las peticiones del Chacho atentan contra la cotidianidad del DT, quien en vez de potenciar la energía en el armado del equipo o posible empleo de una táctica, en los momentos libres agarra su agenda y comienza a formular llamados a aquellos profesionales que están en su radar con el objetivo de taladrarle la cabeza para que terminen firmando en Arroyito. Hasta ahora le viene saliendo, por cierto.

  Basta repasar las declaraciones de Kity Villagra, César Delgado, Marco Ruben, Pablo Alvarez o Javier Pinola. Ni hablar el Flaco Donatti, quien aceptó además cobrar la venta de su pase en cuotas tipo plan Ahora 12. Central no cuenta con una persona que tenga la facultad para poder encausar una gestión por motus proprio. Primero es el entrenador quien se tiene que encargar de convencer a tal jugador para luego pasarle la pelota a los directivos con el fin de ponerle punto final a las tratativas.

  Coudet pareció en cierto momento hacer terapia ante los medios porque reiteró en varias ocasiones la obligación de sumar a alguien. “Ayudé hasta lo que pude. Hoy el tiempo no me da para no desviar lo mío, que es el primer equipo. Al ser un club grande hay que pensar en una persona que pueda encargarse y esté respondiendo estas cosas. No sé si lo consensuaron los dirigentes, pero sí se los hice saber. Necesitamos una persona que se encargue de esto”, abundó el DT, quien enfatizó que “mientras el tiempo me lo permitió, colaboré como vengo haciendo”.

  También se acordó de las nuevas y desafortunadas declaraciones que brindó el titular Raúl Broglia. “Escuché decir al presidente que estaba contento con mi tarea de técnico, y que era buen manager. Pero no soy manager, soy entrenador e intento potenciar mis virtudes como tal. Lo que sí sé, es que el club necesita alguien en esa función”, concluyó Coudet.

“Será un partido distinto”

Luego de hacer una especie de catarsis sobre su doble función, el Chacho reposó la mira sobre el crucial desafío de mañana a la 22.30 en San Juan ante River Plate, por los 16avos de la Copa Argentina. “Será un partido importante contra un equipo que hace las cosas muy bien. Tiene grandísimos jugadores y además es el único con el cual nos ha tocado perder. Pero no será lo mismo que se vio en el Monumental porque este es un encuentro definitorio. Seguramente se jugará de otra manera, aunque ojalá se dé un encuentro como el que se vio en Núñez”, apuntó Coudet.

  “Respetando todo lo que es y genera River, pensamos en lo que podemos hacer nosotros porque tenemos un gran equipo. Saldremos a ser protagonistas desde el primer minuto”, acotó de manera espontánea el técnico canalla.

  Luego puntualizó que “hasta ahora no practicamos penales. Por ahí mañana (hoy) veremos cómo nos levantamos y qué quieren hacer los jugadores”. Parece ser que en el búnker auriazul reina el optimismo para este enfrentamiento.