Los fuertes incrementos en el precio de la harina, han ocasionado una baja rentabilidad para las panaderías de todo el país, las que se han inclinado por reducir el personal y, en el peor de los casos, cerrar sus puertas definitivamente.

Ante este alarmante panorama, es que los industriales panaderos y la secretaría de Comercio Interior, mantuvieron el jueves pasado una reunión con carácter de “urgente”.

Uno de los participantes fue Martín Juárez, presidente del centro local, quien explicó que varias panaderías de Santiago ya han cerrado, mientras que otras recurrieron a las suspensiones o reducción de los horarios de trabajo.

Fue por ello que se debatieron medidas para que el Gobierno nacional regule de algún modo el costo de la harina y los molinos la provean a $300, así las panificadoras puedan seguir vendiendo el pan entre 18 y $20 el kilo.

“Para nosotros, 300 pesos es un precio acorde a los tres sectores -consumidores, industriales y productores- que estamos involucrados”, manifestó Juárez.

Actualmente, los panaderos reciben la harina a $406, pero muchos aún no han trasladado este costo a sus producciones, de ser así el pan costaría desde 22 en adelante.

Juárez destacó que los precios hoy no representan el total de aumentos registrados en la materia prima, desde el 2012 a la fecha.

“En diciembre del año pasado pagábamos 92 pesos la bolsa, el kilo de pan costaba unos $10. Entonces si lo trasladamos, tendría que estar costando entre 30 y 35 pesos” más el “incremento salarial de paritarias del 35% que tuvimos este año”, detalló.