Corte de boleta en la provincia de Buenos Aires: el desafío de María Eugenia Vidal alimenta el temor de Mauricio Macri

Corte de boleta en la provincia de Buenos Aires: el desafío de María Eugenia Vidal alimenta el temor de Mauricio Macri

Las candidaturas comienzan a definirse y Cambiemos enfrenta una encrucijada en el distrito más determinante del país. Qué dicen los números de la elección en 2015

Se acerca el 22 de junio -día de cierre de listas electorales- y los espacios políticos empiezan a definir sus candidatos y estrategias. Como cada cuatro años, lo que suceda en la provincia de Buenos Aires será fundamental para el resultado final de las elecciones generales y las principales fuerzas -sobre todo Cambiemos y el kirchnerismo- ajustan milimétricamente sus tácticas para achicar el margen de error e intentar quedarse con el distrito más importante de la Argentina y que esto repercuta directamente en las presidenciales.

Aunque aún no confirmadas, tanto los candidatos del Gobierno como de Unidad Ciudadana parecen estar encaminados. Mauricio Macri está convencido de ir por la reelección y, si bien resta saber si abrirán la fórmula a un radical o a un peronista dialoguista o si irán a una PASO (menos probable), lo que cada vez parece más seguro es que el Presidente encabezará la boleta. Por el otro lado, a pesar de que no cesan las versiones de un cambio sobre el final, todo indica que Alberto Fernández irá en binomio con Cristina Kirchner.

A la gobernación, María Eugenia Vidal buscará un segundo mandato junto a Daniel Salvador –lo anunciarán cuando se cierre Cambiemos a nivel nacional– y, en el rincón kirchnerista, los intendentes bonaerenses dieron el visto bueno a la fórmula Axel Kicillof-Verónica Magario, diputado nacional e intendenta de La Matanza, respectivamente.

Ante esto, potenciado por la confirmación de que Cristina Kirchner participará de las elecciones, la Casa Rosada entró en una encrucijada difícil de resolver. La ecuación es simple y está sustentada por los números de las encuestas: la Gobernadora tiene mejor imagen que Cristina y Kicillof, pero la intención de voto del Presidente es considerablemente más baja que la de la senadora nacional. Entonces, la tan anhelada polarización que impulsa la Casa Rosada podría terminar siendo un escollo. Si la elección se nacionaliza y el electorado elige entre Macri y Cristina, la mala imagen del mandatario arrastra directamente a Vidal, que pierde chances de reelegir. Como contrapartida, Kicillof se beneficia por la tracción de la ex jefa de Estado.

Invertido el planteo, si Vidal milita en su distrito el corte de boleta (que, más allá de a quién voten para presidente, la elijan a ella para la gobernación), podría atentar contra el objetivo que tiene hoy el Ejecutivo: que la diferencia entre "les Fernández" y Macri en la primera vuelta del 27 de octubre no sea muy amplia o, en el peor de los casos, no les permita llegar al balotaje.

Alberto Fernández junto a intendentes del Conurbano

En el entorno de Vidal tienen varios puntos claros. Uno es que la Gobernadora mide diez puntos más que Macri. Otro, que, hoy por hoy, el corte de boleta que necesitan es de 6/7 puntos. El tercero, que su objetivo es lograr que María Eugenia alcance el 40%. La vara se puso considerando que Esteban Bullrich, en 2017 y contra Cristina Kirchner, obtuvo el 41,35%. Por último, saben que a ellos les conviene que el jefe de Estado llegue lo más arriba posible.

¿Y los intendentes? La pata bonaerense de Cambiemos festeja el malestar que generó que les impongan a Kicillof como candidato y confían en que, en pos de cuidar sus territorios, muchos repartan las dos boletas. De yapa, la postulación del diputado trajo otra buena noticia: saber que se aleja de un eventual Ministerio de Economía trae calma a los mercados. 

"A ella la elige todo el votante de Macri. Por ende, cuánto mejor llegue Macri, mejor le va a ir. El problema es si Macri no mejora, porque ahí tenemos que apuntar a un corte de boleta de diez puntos, algo imposible", resumieron en la gobernación bonaerense.

A pesar de que el panorama podría ser complicado para Vidal, quienes están al frente de su armado descartan que haya una campaña en contra de Macri. No está en sus planes repartir la boleta de la gobernadora sin la del Presidente u ocultar al mandatario en territorio bonaerense: "Hace doce años que están juntos. Todo el mundo sabe quiénes son, no tiene sentido intentar disociar a uno del otro", explican.

El objetivo del corte de boleta es una realidad para captar esos diez puntos de más que Vidal tiene sobre Macri. Pero en el vidalismo saben que no están entre los kirchneristas, sino que hay que buscarlos entre la gente que vota a otra fórmula. Esto quedó claro en 2015, cuando el corte entre Daniel Scioli y Aníbal Fernández fue del 2%, lo que indica que hubo muy pocas votantes que eligieron por la fórmula K para presidente y por Cambiemos para gobernador.

¿Cuál es el antecedente que tiene la Gobernadora para apuntar a un corte de boleta que le garantice la reelección, más allá de lo que suceda con Macri?

Los números de 2015 indican que Vidal tiene que buscar repetir esa elección. En las generales de ese año, el binomio Macri-Michetti obtuvo 3.134.779 votos y la fórmula Vidal-Salvador 3.609.312, es decir, una diferencia de 474.533 a favor de la gobernadora.En porcentaje, el Presidente obtuvo 32,8% y Vidal 39,42%, un 6,62% más. El número mágico que buscan hoy. Aquí la mandataria le "robó" votos a la boleta de Massa y de Stolbizer.

En las primarias, la situación fue muy distinta y por eso sorprendió el caudal de votos que cosechó Vidal en las generales. La gobernadora no solo fue menos votada que todos los postulantes de Cambiemos (hubo internas entre Macri, Carrió y Sanz) sino que también quedó por debajo de los candidatos kirchneristas Aníbal Fernández y Julián Domínguez, que también fueron a una PASO, la cual ganó el ex jefe de Gabinete.

Vidal obtuvo 2.449.078 votos en las PASO contra los 2.510.298 de Macri-Carrió-Sanz (61.220 de diferencia). Unidos, Fernández y Domínguez consiguieron 3.303.812. El salto es notorio: en las generales, la gobernadora logró 1.160.234 votos más pero no vinieron de la fórmula kirchnerista, ya que Aníbal Fernández retuvo casi la totalidad de los sufragios de la interna (obtuvo 3.230.789, 73.023 menos).

Así las cosas, las metas de la Gobernadora son claras: que Macri llegue lo mejor posicionado posible e ir a buscar el corte de boleta en las otras fórmulas pero no en la kirchnerista. Si lo primero no ocurre, la mandataria deberá decidir si juega su propio partido y asegura la reelección o acompaña al Presidente hasta las últimas consecuencias. Pero hay un dato no menor: Vidal define su suerte el 27 de octubre y Macri tiene una bala más.

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