Una corte de apelaciones decidirá "lo antes posible" sobre el decreto migratorio de Donald Trump

Una corte de apelaciones decidirá

Es un tribunal de San Francisco. En una audiencia, escuchó los argumentos a favor y en contra de la suspensión de la entrada a EE.UU. de ciudadanos de 7 países. En los próximos días dará su fallo. Si es contrario a la postura oficial, el gobierno apelaría a la Corte Suprema.

El presidente Donald Trump afrontó en la noche del martes el primer gran desafío legal de su flamante gobierno: en una audiencia que tuvo en vilo al país, una corte de apelaciones recibió los argumentos a favor y en contra sobre el controvertido decreto que suspende el ingreso a Estados Unidos a refugiados e inmigrantes de siete países. El tribunal señaló que tomará la decisión “lo antes posible”, pero es probable que el caso se eleve a la Corte Suprema.

La audiencia de la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito, con sede en San Francisco, California, duró cerca de una hora y por su importancia el audio fue transmitido en vivo por las cadenas de noticias de todo el país, algo inédito desde que la Corte Suprema decidió si eran válidos los votos que definieron la presidencia entre George Bush y Al Gore en el año 2000.

Con un decreto, Trump suspendió el 27 de enero el ingreso de ciudadanos de Irán, Irak, Siria, Sudán, Somalia, Libia y Yemen, lo que causó protestas en esos países y en varias ciudades de Estados Unidos, y repudio de abogados, intelectuales, académicos, artistas y empresarios de empresas de todo tipo, pero fundamentalmente las tecnológicas. El gobierno argumenta que quiere proteger al país del ingreso de terroristas para prevenir potenciales atentados. Los que se oponen dicen que es inconstitucional, discriminatoria y que hará crecer el sentimiento antiestadounidense.

La orden rigió por unas horas y provocó desconcierto, caos en aeropuertos, deportaciones y cancelación de visas. Un juez de Seattle aplicó un amparo a esta medida y los fiscales de los estados de Washington y Minnesota, gobernados por demócratas, trasladaron el caso a la Corte de Apelaciones, que luego de escuchar los argumentos este martes analizarán la constitucionalidad o no del decreto.

Los abogados del Gobierno, encabezados por August Flentje, señalaron ante el tribunal que el decreto de Trump es legal porque el Congreso concede al poder Ejecutivo una “amplia discreción para suspender la entrada de cualquier tipo de extranjero”. Y señalaron que un bloqueo a esa orden podría causar un “daño irreparable”. Los magistrados pidieron pruebas sobre por qué creían que el ingreso de esos ciudadanos afectaría la seguridad nacional, pero el representante del gobierno fue vago al respecto. Cuando se le preguntó cuánta gente de esos países habían cometido actos terroristas en EE.UU, apenas citó un vínculo de un ciudadano somalí con la organización Al Shabab, pero admitió que no había sido confirmado ante la justicia.

Los tres magistrados que integran el tribunal son William Canby Jr, nominado durante la Presidencia del demócrata Jimmy Carter; Richard Clifton, elegido por el republicano George W. Bush; y Michelle Taryn Friedland, designada por el demócrata Barack Obama.

Los jueces presionaron con dureza al representante oficial y recordaron varias veces que Trump durante la campaña había dicho que prohibiría el ingreso a todos los musulmanes, algo que es discriminatorio. En un momento Canby le preguntó: “¿Trump podría haber decretado sencillamente ‘no queremos que entren musulmanes’?”. El letrado no quiso responder directamente, pero señaló que la orden ejecutiva “no era para discriminar a ninguna religión”. “La exclusión a algunos extranjeros de entrar al país es un acto fundamental de soberanía”, enfatizó.

Luego tomó la palabra Noah Purcell, en representación del estado de Washington, el distrito que señala que el decreto es anticonstitucional, y señaló que el decreto produciría un “daño irreparable” no a la seguridad nacional sino a los estados porque habría familias separadas, estudiantes que no pueden acceder a las universidades y pérdidas de impuestos. Afirmó que la restauración de la orden ejecutiva llevaría al país “otra vez de vuelta al caos”. “La verdad detrás de la prohibición deseada por Donald Trump es la discriminación contra los musulmanes. Fue hecha para favorecer a un grupo religioso en detrimento de otro”, enfatizó el letrado.

Mientras se acercaba la hora de la audiencia, crecía la tensión en la capital estadounidense. Durante una conferencia de prensa, Trump prometió dar batalla “a lo largo de todo el sistema” judicial porque, en última instancia, destacó, se trata de un caso de “sentido común”. El presidente sostuvo que “gente malintencionada” está buscando “quitarnos muchos de nuestros poderes” y llamó a todos los que lo votaron a defender el gobierno y su decreto que, reiteró, sólo busca dejar afuera del país a “los hombres malos”. Ya Trump había criticado al juez Robart, que había fallado en contra del gobierno en primera instancia, y lo había llamado “seudojuez”. Este martes, el vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, tuvo que aclarar en su conferencia de prensa diaria que era “indiscutible que el presidente respeta la rama judicial y sus decisiones”.

Decida lo que decida la Cámara de Apelaciones (algunos expertos, en base a lo escuchado en la audiencia vaticinaban que el fallo podría ser contrario al gobierno por 2 a 1), es muy probable que el caso siga con una apelación a la Corte Suprema. Allí aún rige un empate entre cuatro jueces nominados por presidentes republicanos y cuatro nominados por demócratas. Hace unos días, Trump propuso un reemplazo conservador para el fallecido Antonin Scalia, pero la nominación aún debe atravesar un largo proceso en el Senado. Como sucedió en casos sensibles, como un decreto migratorio de Obama, el empate es una posibilidad más que real si el veto de Trump llega al tribunal. Si eso sucede, prevalecerá la decisión tomada por la instancia inferior, es decir, por lo que decida la Corte que sesionó este martes.

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