Ya con la inflación mostrando señales de desaceleración el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, afirmó que las medidas de “reacomodamiento” que se tomaron en ocho meses implicaron “sumarle 12 puntos a la inflación núcleo”.

Fue en el marco de las Jornadas Monetarias y Bancarias del Banco Central, en donde también señaló que el desempeñó independiente de la entidad monetaria “aparece como una sorpresa en la sociedad”, aunque admitió que el tema “se ha llevado un poco al extremo”.

“En 8 meses las medidas que se tomaron implicaron sumarle 12/13 puntos a la inflación núcleo”, que ya venía con una inercia tendencial, explicó.

Según señaló, los proceso de “reacomodamiento” que lo provocaron fueron la reducción de la cantidad de dinero circulante (crecía 45% interanual), la unificación cambiaria (que implicó una devaluación de 60%), los cambios en los precios relativos (aumento de tarifas y quita de retenciones), el pasivo con operaciones de dólar futuro (de 10% de la base monetaria), y una mayor demanda de dinero una vez levantado el cepo.

En el cierre del ciclo Sturzenegger afirmó que hay dos elementos por los cuales se quiere bajar la inflación. “El primero es el distributivo, ya le pega más a la gente que tiene menos recursos, pero también hay que tener en cuenta el crecimiento”, señaló “Se juega la construcción de un sistema económico que comience a funcionar. Una economía sin inflación es una economía con crecimiento estructural”, sostuvo.

Con respecto a la velocidad para bajar el aumento de precios, mantuvo su postura de prudencia e indicó que “no es una cosa de semanas ni meses, pero tampoco es una cosa de décadas”.

Antes de Sturzenegger, habló su colega del Banco Central de Brasil, Ilan Goldfajn, quien felicitó a Argentina “por la desinflación y los primeros resultados positivos”. Goldfajn indicó respecto de los regímenes de metas de inflación que en caso de no lograr la pauta proyectada es bueno ponerse “objetivos intermedios pueden ayudar a restaurar la confianza”. El brasilero resaltó la “flexibilidad” de este tipo de sistema.

Goldfajn afirmó que en Brasil los “ajustes fiscales fueron muy importantes para bajar la inflación”.

Por su parte, el presidente del Banco Central de Chile, Rodrigo Vergara, indicó que una mayor institucionalidad “le dio más peso a la lucha contra la inflación” en su país, pero también señaló que “tomó tiempo hasta que eso suceda”.

El chileno hizo énfasis en la autonomía y el compromiso con la estabilidad de precios necesario para el funcionamiento de una autoridad monetaria, en línea con la construcción de la credibilidad que profesa Federico Sturzenegger.

Vergara señaló que tras la salida del gobierno militar de Augusto Pinochet se produjeron negociaciones ya que había mucha desconfianza respecto a una autoridad bancaria autónoma. Sin embargo, “en 1989, junto al retorno a la democracia, se creó el banco central independiente”.

Según describió, los siguientes cuatro años la inflación pasó del 20% a una cifra de un dígito, pero a partir “fue más difícil”, ya que “tomó 5 años llegar al 3%”. Explicó que desde el año 2000 “tenemos una inflación de 3%”, con un rango flexible. Aunque también aclaró que debido a que Chile es una “economía abierta” y “sujeta a shocks internacionales”, “nos hemos salido algunas veces de la meta”.