Corpi en estado deficitario: refleja un saldo negativo de 250 mil pesos mensuales

Hablan de un déficit que se viene acrecentando desde el año pasado. Para abrir sus puertas cotidianamente, Corpi requiere unos 650 mil pesos mensuales. Mientras no se detienen en el agregado de valor a la institución, los directivos piden desde ideas hasta ayuda concreta.

Básicamente, se habla de un déficit cercano al 40%. En un contexto general delicado, Corpi no escapa a la crisis: acaba de cerrar un año con las cuentas en rojo y encara un nuevo período que sus directivos suponen será tanto o más complicado que el anterior. Por eso, mientras no cejan en sus empeños de agregar valor a la institución de manera constante, exponen sus números y salen a pedir desde ideas que pudieran no haber barajado hasta apoyos económicos concretos.

"Creo que a todas las ONGs como la nuestra les debe pasar lo mismo: los recursos se dificultan y en contrapartida, el funcionamiento tiene costos importantes", dice el presidente de la Comisión Directiva de Corpi, Ing. Horacio Balbiani, desde el convencimiento de que se deben encontrar nuevas formas de financiar una institución como la que nos ocupa, con más de 60 años en Olavarría, y que ha ido mutando su perfil desde la especialización contra la poliomielitis, hasta la actual atención integral.

En la actualidad, mantener abiertas las puertas del complejo de 1200 metros cubiertos ubicado sobre la autopista Hermanos Emiliozzi insume alrededor de 650.000 pesos por mes. "Tenemos 19 personas en planta, profesionales y técnicos que integran un equipo maravilloso y sin los cuales la tarea sería imposible, cuyas remuneraciones, junto con los aportes patronales, constituyen más del 80% de ese total".

Ahora bien, ¿cuál es la facturación mensual total? "Los ingresos por obras sociales son de 400 mil pesos", asume Balbiani, con lo que rápidamente queda consolidada la primera frase de esta nota. Lo cierto es que el desfasaje se va pronunciando mes a mes y semestre tras semestre, cuando "los egresos se incrementan al ritmo general, mientras el reajuste de las obras sociales normalmente no es tan rápido y además, se suman los atrasos en los cobros".

La ecuación no cierra y a pesar de ello, desde Corpi niegan terminantemente que la posibilidad sea cerrar las puertas. "Hay que buscarle la vuelta" asume el Ing. Balbiani, conciente de que "la fuerza y el impulso nos los da la misma gente, cuando la encontramos por la calle y valora el trato que le dimos a un esposo o a un hijo que nos necesitó".

Es cierto que del medio centenar de pacientas que circula por el lugar diariamente, una buena parte son personas subsidiadas total o parcialmente. "También estamos subsidiados por el Municipio, que cubre los gastos de combustible de las dos unidades móviles de las que disponemos. Pero el resto del mantenimiento también corre por nuestra cuenta".

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