En primer término, Ambrosius, que preside APEBA, indicó que “la palabra que resume la problemática que vienen atravesando las cooperativas, y que es similar en toda la provincia por eso queremos que la gente sepa lo que sucede en otros lugares, es incertidumbre. Nosotros quedamos en medio de nuestros dueños, que son los asociados, y del Estado que fija las políticas y las pautas, y eso es lo que de alguna manera ha complicado esto, aunque entiendo que vamos a salir”.

Omar Malondra, de 9 de Julio, consideró que aún con las decisiones de las autoridades, la situación de las cooperativas no parece estar cerca de una salida. “Cada una de esas decisiones ha venido a complicar un poco más la situación nuestra; nos tocó participar de la audiencia pública y plantear el tema de un precio justo, y no incremento o tarifazo, y cuando pensamos que se iba a resolver el tema del valor agregado de distribución, ocurrió lo contrario: debemos pagar los precios nuevos de la energía pero no está claro cómo vamos a recuperar ese desfasaje. Somos el pato de la boda: ponemos la cara con el usuario, al que le tenemos que recobrar todas estas idas y vueltas, amparos y fallos, y terminamos debiéndole al mercado mayorista. Cada una de estas decisiones complicó más, lejos de resolverse, estamos peor que antes. Acá hubo desconocimiento e improvisación; no se pueden tomar medidas iguales en un país tan dispar. Quizá los CEOS sepan mucho sobre empresas, pero no conocen nada de la gente”, sostuvo.

Por su parte, Oreste Binetti, presidente de la Cooperativa de Luján, admitió que “delimitamos con el Conurbano, donde las tarifas de EDENOR son muy diferentes. Pero lo que nosotros vemos es que las grandes empresas no son como nosotros, porque al mismo tiempo representamos a los usuarios pero damos la cara frente a ellos. La situación es muy compleja para dar cumplimiento a lo que CAMMESA nos exige. Sabemos que la generación y el transporte no podían mantenerse con los valores que tenían; las cooperativas hicimos el esfuerzo y sabemos que nuestro servicio es excelente, pero si en 24 o a lo sumo 48 horas no le resolvemos el problema al usuario en medio de alguna emergencia, lo tenemos que enfrentar y es lógico, mientras que las grandes empresas pueden demorar 6 o 7 días”.

En tanto, Mario Cabito de la Usina de Tandil, advirtió que la situación de la entidad que representa no escapa a los planteos de sus antecesores. “Este servicio debe caracterizarse por la planificación, especialmente en comunidades en crecimiento como las nuestras, y en este año de incertidumbre ha sido imposible planificar a mediano y largo plazo”, sostuvo.

A su turno, Oscar López, de la Cooperativa Eléctrica de Olavarría, destacó que “un tema importante es el de los mercados, porque aunque todas las entidades somos distintas, esos mercados nos equiparan. Nosotros tenemos un mercado rural con grandes extensiones de líneas y costos importantes: el 20% del costo se lo lleva el sistema rural. Por eso cumplimos un rol importantísimo en el desarrollo del campo y los pueblos, y ha mantenido la calidad del servicio a pesar de lo que ha pasado en los últimos años. La famosa cuota capital, que tan vapuleada ha sido, es la que ha mantenido el sistema como está funcionando”.

En el cierre del contacto con la prensa, Juan Carlos López, de Salto, aseguró que “nuestro mercado es más chico pero hay incertidumbre en la gente, y cuando se habla de tarifazo todo el mundo se sorprende. Nosotros nos manejamos bien, tratando de brindarle información y explicaciones al usuario, y lo ha entendido, aunque todavía no le ha llegado a nuestros asociados la tarifa plena porque llevamos dos meses de retraso”.