Control del peso de cargas de camiones

Control del peso de cargas de camiones

En la edición del 10 del mes en curso, la página 8 de LA OPINION fue ocupada por un detallado informe de la Dirección Provincial de Vialidad referido a la plausible decisión del gobernador Lifschitz para controlar el peso de las cargas de camiones, cuyo generalizado exceso es la causa principal (no la única) del acortamiento de la vida útil de la red vial.

Antes de proseguir vale una acotación. En los países del primer mundo, con contadas excepciones de Estados en desarrollo, las redes de autopistas semejan a una telaraña que diariamente soportan el tránsito de millones de vehículos.

Los viajeros argentinos son testigos de esas rutas en perfecto estado de conservación e impecablemente señalizadas.

Comentario opuesto merece la red vial argentina, en su mayor parte en mal estado (causa de tantos accidentes y miles de muertes anuales), consecuencia de dos causas: 1) cuando se construyen las rutas generalmente no se hace el debido control de obra para asegurar la calidad y cantidad de materiales especificados en el proyecto, 2) al librarse el uso de la flamante vía no siempre se practica el control del peso de las cargas de los camiones.

Respecto al informe de la Dirección de Vialidad Provincial, confiamos en la aplicación irrestricta del plan que sería histórico. Y hay motivos para esa esperanza, porque actualmente Santa Fe es la provincia con más obras viales en ejecución de todo el país, en las que el actual gobierno lleva invertidos 12.600 millones de pesos.

Antes se hacían controles, pero esporádicos y de probada ineficiencia. Daban lugar -por ejemplo- para que camioneros avisaran a colegas que en tal kilómetro debían desviar a un camino alternativo para evitar el pago de multa o de coima.

El nuevo plan que nos ocupa dispone de balanzas fijas y digitales movibles, actúan 10 patrullas de control durante las 24 horas del día, además de otras medidas complementarias.

Si en todas las provincias se actuara como en la nuestra mejoraría sustancialmente la red nacional, disimulando en parte lo negativo que significa la falta de la red de autopistas, reiteradamente reclamada por quien esto escribe.

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