Contaminación del agua: ideas innovadoras para el tratamiento de residuos y desechos acuáticos

Contaminación del agua: ideas innovadoras para el tratamiento de residuos y desechos acuáticos

5 ideas innovadoras para evitar que los océanos se sigan convirtiendo en un depósito de basura y plástico.

 

Llegar a la playa y que en lugar de arena blanca y agua transparente nos reciban mareas de basura y animales muertos en las costas es una posibilidad cada vez más cercana. En los mares del Caribe, por ejemplo, se pueden ver impactantes imágenes de islas de desechos, basura plástica, flotando a la deriva.

Debido a la creciente contaminación el agua, en todas sus formas, ríos, arroyos, canales, pero sobre todo los océanos, se están convirtiendo en depósito de millones de toneladas de basura. Según un estudio de Ocean Conservancy, para 2025 podría haber 250 millones de toneladas de plástico en los océanos.

 

En la actualidad, al menos 267 especies han sufrido enredos en desechos o ingerido algún tipo de basura, incluidas aves marinas, tortugas, focas, leones marinos, ballenas y peces. Un informe de Naciones Unidas de 2016 advertía que entre el 50% y el 80% de las tortugas marinas encontradas muertas habían ingerido deshechos plásticos.

La contaminación del agua es un hecho grave, muy grave, por eso en los últimos años surgieron ideas innovadoras para el tratamiento de residuos y desechos acuáticos.

Los animales, dentro y fuera del agua, son los primeros en sufrir los graves daños de la contaminación.

Ideas innovadoras para el tratamiento de residuos acuáticos

El agua, una parte esencial de biósfera, fuente de vida y salud, está en peligro. Si no se toman medidas urgentes y reales, para 2050 en los océanos habrá más plásticos que peces y el 99% de las aves marinas habrán ingerido sustancias peligrosas.

El mundo debe encontrar un equilibrio entre la producción de recursos y la conservación del medioambiente. En ese camino, desarrollar ideas innovadoras para el tratamiento de los residuos y desechos acuáticos parece ser una forma de comenzar a sanar el planeta.

1. Bolsas y plásticos convertidos en aceite

Estos son los elementos más presentes y dañinos en el océano y que más años tardan en desaparecer (1 sola bolsa necesita de 100 a 400 años para degradarse). Por eso, esta idea inventada por Akinori Ito y comercializada por la empresa japonesa Blest Corporation, es una gran herramienta para disminuir la contaminación.

Se trata de una máquina que convierte bolsas y plásticos en aceite. El aparato calienta el plástico y atrapa los vapores a través de un sistema de tuberías que enfría y condensa dichos gases, hasta convertirlos en crudo. Por cada kilo de plástico, genera 1 litro de aceite, y ese aceite puede usarse directamente en lámparas, generadores, estufas, entre otros artefactos.

2. Ropa hecha con basura del océano

El 80% de los residuos que hay en el mar provienen del entorno terrestre. O lo que es lo mismo decir, los tiraron las personas. Con esta escalofriante premisa como base la empresa española Ecoalf, fundada en 2009 por el empresario madrileño Javier Goyeneche, se propuso hacer de todos esos desechos, ropa.

Hoy, la compañía ofrece ropa y complementos, como ojotas, fabricados con los productos de desecho recogidos del mar: con botellas, algodón, redes de pesca, neumáticos, café postconsumo, rellenos y lanas, crean un total look hecho de materia prima 100% reciclada. Una explicación rápida del proceso productivo sería, el plástico deviene en hilo de nylon, el hilo en tejido y el tejido en prendas.

Así, 70 botellas plásticas recicladas devienen mágicamente en una campera; 135 botellas dan vida a una mochila y una remera puede ser 60% de algodón reciclado y 40% de plástico de botellas. En alianza con los pescadores, ya han levantado del mar más de 200 toneladas de basura, destinada directo al vestuario de uso diario. Un fabuloso ejemplo de reusar y limpiar el medio ambiente. Porque como dice el estampado de sus prendas: Because there is no Planet B (Porque no hay un Planeta B).

Botellas, redes de pesca, neumáticos y hasta café. Todo suma para crear ropa ecológica.

3. Bombitas de agua comestibles

Skipping Rocks Lab es una empresa en desarrollo con base en Inglaterra creada por un español y un francés, que busca cambiar el consumo de las botellas de agua a través de "Ooho", una bolita de agua que se come. El envoltorio está hecho 100% con algas y plantas, una fuente totalmente renovable, que no contamina. Comestible y neutro, se biodegrada de 4 a 6 semanas, e incluso puede guardarse por unos días.

Una gran solución que, a largo plazo, puede eliminar el consumo de botellas plásticas y expandirse al mercado de aderezos, leches, jugos, gaseosas, bebidas alcohólicas y cosméticos. Sus creadores, el arquitecto español Rodrigo García González y el ingeniero francés Pierre-Yves Paslier, se proponen seguir desarrollando este fabuloso material y lograr ofrecer una alternativa ecológica a los vasos, platos y cubiertos de plástico.

'Ooho', las bombitas de agua hechas con algas marinas que prometen reemplazar las botellas.

4. Bloques para la construcción

ByFusion, una startup (empresa en desarrollo) estadounidense utiliza una tecnología que convierte desechos plásticos del mar en material de construcción denominado RePlast, 100% reciclados. Se trata de bloques, que pueden tener diferentes tamaños y medidas, compuestos, sobre todo, de desechos de espuma de tablas de surf y plástico de clasificación 3 a 7 y se trabajan sin recubrimientos, adhesivos, ni pretratamientos

 La empresa utiliza vapor y compresión para remodelar los desechos en productos con forma de bloques de cemento. Así, se construyen bloques de plástico de diferentes formas y densidades en función de cada necesidad. Además, los estos bloques tienen gran aislamiento término y acústico, ideal para la construcción de muros y paredes, ya que no se agrietan ni se desmoronan.

5. Sorbetes de algas

En sintonía con las bombitas de agua a base de algas, esta idea busca disminuir los millones de sorbetes plásticos que día a día terminan en el mar. Loliware, es la firma de las estadounidenses, Chelsea Briganti y Leigh Ann Tucker, que ofrece sorbetes hechos de algas, aunque se ven igual que las de plástico. Son 100% biodegradables, tienen unas 18 horas de consumo, son flexibles y están disponibles en diferentes colores.

Prohibir el uso de plásticos desechables, adoptar políticas de control de la basura, controlar la contaminación química e industrial, reciclar el plástico y reducir en gran medida su consumo parece ser el único camino a un mundo menos contaminado, compatible con la vida. Ya no se puede seguir abusando de los recursos naturales del planeta de una forma indiscriminada.

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