Madrid

Ansa, Télam y Ap

El conservador Partido Popular (PP) del presidente Mariano Rajoy obtuvo ayer la victoria en los comicios generales de España, pero con una mayoría insuficiente para gobernar sin hacer pactos con otras fuerzas, tras producirse un histórico vuelco a favor de los partidos emergentes, el izquierdista Podemos y el liberal Ciudadanos, que provocaron un descalabro del histórico bipartidismo en el país ibérico.

Tras cuatro años de duras políticas de austeridad y escándalos de corrupción, el PP cosechó el peor resultado obtenido por un partido ganador de las elecciones en la reciente historia democrática española al hacerse de 123 diputados (28,69% de los votos), muy por debajo de los 156 que tuvo Aznar en 1996, y de los 186 que consiguió el propio Rajoy en 2011, cuando tuvo mayoría absoluta. Así el presidente obtuvo un triunfo amargo, ya que es muy difícil la reelección, para lo que debería buscar pactos con otros partidos tanto para su investidura como para gobernar.

El segundo lugar fue para el Partido Socialista (PSOE), que realizó la peor elección de su historia, al obtener 90 escaños (22.01% de los votos). El candidato Pedro Sánchez, quien se propuso renovar el socialismo, ni siquiera consiguió los 110 diputados que logró su predecesor, Alfredo Pérez Rubalcaba. También quedó muy lejos del objetivo de recuperar el poder perdido cuando el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero decepcionó a sus votantes imprimiendo un giro a su política económica aprobando en 2010 un ajuste que allanó el camino de Rajoy a La Moncloa. Aún así, los socialistas se mantienen como líderes de la oposición, con lo que podrían buscar una alternativa al PP en caso de que Rajoy no logre apoyos suficientes para su investidura. 

El dato más destacado de la jornada fue el buen rendimiento electoral de los denominados partidos emergentes. El partido antiausteridad Podemos, liderado por Pablo Iglesias, obtuvo 69 diputados (20.65% de los sufragios), al sumar también los votos de En Común Podemos y Compromis-Podem-És el momento, sus marcas electorales en Cataluña, donde fue la primera fuerza, al igual que en el País Vasco y en la Comunidad Valenciana, donde compartió el primer lugar junto al PP. Además, en Madrid salió segunda. 

"Hoy ha nacido una nueva España", celebró Iglesias. "Se acabó el sistema del turno en España", añadió.  Además, el líder de Podemos indicó que su fuerza es la "única capaz de liderar un nuevo acuerdo constitucional que represente la diversidad del país", recordando que Podemos promueve un referéndum vinculante para la independencia de Cataluña. 

El cuarto lugar en las elecciones fue para el otro partido emergente, Ciudadanos, de Albert Rivera, que entró al Congreso español con 40 escaños (13,8% de los votos). 

En un parlamento de 350 diputados, con una mayoría absoluta situada en 176 escaños, el PP tiene que sumar al menos el apoyo de tres fuerzas, si se descarta una "gran coalición" con los socialistas al estilo alemán, que el Jefe del Ejecutivo rechazó al final de la campaña.  Aunque esta posibilidad podría ganar terreno en el caso de que el nuevo gobierno catalán, que debe constituirse en enero o llamar a nuevas elecciones autonómicas, acentúe su desafío independentista.

Con el mapa electoral que arrojan estos resultados, ni el PP junto con Ciudadanos, un posible aliado liberal, ni el PSOE con Podemos suman suficientes bancas como para alcanzar la mayoría absoluta en el Congreso. El hecho de que las dos nuevas fuerzas se hayan distanciado al máximo de la "vieja política" que representa el bipartidismo del PP y PSOE augura unas negociaciones muy complejas. Además, España tiene poca tradición en este tipo de pactos y los gobiernos de minoría fueron una excepción.

Cuando tuvieron lugar, en 1993 con el socialista Felipe González y en 1996 con el conservador Aznar, fue gracias a un acuerdo con nacionalistas vascos y catalanes, algo que ahora es prácticamente imposible debido al conflicto secesionista de Cataluña.El resultado tan abierto arroja la posibilidad de que, en caso de no poder formar gobierno, se deban realizar nuevamente los comicios (ver aparte). «

 Cómo se elige presidente de Gobierno Según la Constitución española, el presidente es elegido por los 350 diputados del Congreso, que se constituirá el próximo 13 de enero, cuando los diputados juran y eligen al presidente de la Cámara. Después se abre un plazo de 15 días para la ceremonia solemne de apertura de la legislatura en un acto institucional.

En ese período, el rey Fernando VI inicia consultas con los representantes de los partidos, hasta que elige a uno que cuente con más posibilidades de superar la investidura. Una vez que el presidente del Congreso tenga la propuesta de un candidato, convoca el pleno donde éste presenta su programa de gobierno y solicita la investidura.

Para ser elegido presidente, el candidato debe obtener en una primera votación la mayoría absoluta de la Cámara (176 votos). Si no lo consigue, a las 48 horas hay una segunda votación, en la que ya se requiere mayoría simple (más votos a favor que en contra). Si el candidato propuesto no consigue los apoyos suficientes en la segunda votación, se tramitan sucesivas propuestas de otros candidatos con la misma fórmula, previas consultas del monarca.

Si dos meses después de la primera votación ningún candidato obtiene la confianza del Congreso, el rey disuelve las dos Cámaras y convoca a nuevas elecciones, con el acuerdo del presidente del Congreso.