Ese día decidirá sobre el futuro de la tesorera suspendida. Es que hasta anoche, los consejeros que llevaron adelante la interpelación no habían terminado de procesar toda la información brindada por Valeria Coussirat, quien en su derecho a defensa reconoció errores, aunque no se responsabilizó totalmente de ellos.

Anoche, el cuerpo de consejeros escolares que interpeló a Valeria Coussirat por presuntas irregularidades en el manejo de fondos públicos de esa institución, decidió extenderle dos días más la suspensión preventiva, mientras termina de procesar y volcar en actas toda la información brindada por la tesorera en su derecho a defensa.

De esta manera, sería el martes el día en que den a conocer la decisión definitiva respecto a la situación de Coussirat, que podría llegar a ser una suspensión sancionatoria, la revocación de medida ahora en curso o su destitución.

En lo que fue estrictamente a la interpelación, se extendió por casi tres horas.

Las preguntas estuvieron a cargo de los cinco consejeros escolares firmantes del pedido de interpelación: Claudia Bustos, Patricia Quattrocchio, Néstor Álvarez, Gabriel Terna y Miguel Mugueta. Por su parte, José Tedesco estuvo ausente como ya se había anunciado.

Coussirat se hizo presente con su abogado Julio Vélez, que pidió la palabra antes de que comenzaran las preguntas a su defendida y cuestionó el accionar del Consejo Escolar por dar a conocer las presuntas irregularidades y por haberla suspendido sin citarla previamente. En ese sentido habló de un "linchamiento público", cuestión en la que insistió al finalizar la interpelación por "la metodología" utilizada en los medios de comunicación.

Al ejercer su derecho a defensa, Coussirat apeló en repetidas oportunidades a expresiones tales como "si nadie me avisan...", entendiendo que si los demás consejeros, administrativos o técnicos del Consejo no le advertían ciertas cosas, no podía saberlas. En ese sentido, apuntó directamente hacia el secretario Técnico, Diego Zaragoza, responsabilizándolo de gran parte de las observaciones que se le hicieron.

No obstante, cuando se le indicó que más allá de la actuación del secretario Técnico la responsabilidad era suya por ser la tesorera, lo reconoció en parte. También se le preguntó por qué no advirtió a Zaragoza que no estaba cumpliendo correctamente su rol, a lo que contestó que "le daba otra oportunidad", para que supuestamente comenzara a hacer bien las cosas.

Sobre algunas objeciones que le realizaron durante la interpelación, repartió culpas también al cuerpo de consejeros por no haberla ayudado y apoyado en su tarea siendo que estaba "desbordada" de trabajo.

En numerosas oportunidades, reclamó que se le objetaban y pedían determinadas cuestiones en lo que hace al control, cuando en las gestiones anteriores del Consejo no lo hacían. Fue otra de las "muletillas" a las que apeló en muchas de sus respuestas.