No tan congelados, con faltantes y algunas tretas

No tan congelados, con faltantes y algunas tretas
Se consigue un 70 a 75% de los productos incluidos en el listado, pero la mayoría no son artículos de primera necesidad.

El promocionado control de precios en supermercados de la región, en el marco del anuncio presidencial "Mirar para cuidar", está en marcha con muchas dificultades, con faltantes de productos de primera necesidad y con mecanismos que no dejan todavía en claro cómo los consumidores pueden hacer su propio control, teniendo en cuenta que los precios congelados no son iguales en todos los supermercados. Si bien la lista de productos es común a todos, las marcas y los precios varían de una firma a la otra.

A la par, los productos que no se incluyeron en los listados registran subas que en algunos casos se dan a diario.

Una confusión que se generalizó en la región y en el país es el creer que los productos de valores congelados son los más baratos. No necesariamente es así, porque hay marcas de precios congelados que se ubican entre las más caras del mercado, otras en la franja media y en pocos casos entre los más económicos.

Por ejemplo, una marca de leche con precio congelado está entre las más caras de los supermercados.

La lista de 500 productos se encuentra parcialmente en los súper de la región. Se estima que entre un 70/75% está en las góndolas y el resto se explica en demoras de abastecimiento.

Sin embargo, dentro del 30% que no hay o faltan están muchos productos básicos como azúcar, harina, aceite.

Una cerveza de marca líder está con precio congelado en varias cadenas, pero no tiene el mismo valor en ninguno de los casos.

Los productos de precios congelados están ubicados estratégicamente en algunas cadenas. Por ejemplo, fideos con precios liberados hay en cantidad en dos marcas, pero justo el que tiene precio congelado muestra mucho menos cantidad y está ubicado en medio de los otros y pasa casi desapercibido.

Una treta para algunos, una estrategia para otros, pero el cliente tiene que buscar el producto de valor congelado.

Es decir, el congelamiento de precios está en marcha, pero con mucho faltante de productos claves. Se congela el precio de un aceite de 900 centímetros cúbicos que no está en la góndola y en cambio sí se ofrece uno de 1.500 centímetros cúbicos de precio liberado.

La síntesis sería que se congelaron precios pero no hay en la góndola todo lo que se incluye en la lista y la gente se ve obligada a comprar otras marcas que subieron antes y después de la medida del gobierno nacional.

Las mayores quejas de los consumidores apuntan a la ausencia o escasez de productos claves en la canasta familiar, básicamente azúcar, harinas y aceites. En muchos casos no están en las góndolas, en otros hay poca existencia y casi en todos los supermercados hay venta limitada de esos insumos.

En este escenario se dio una situación particular con la aparición de marcas que no están contempladas en el congelamiento de precios y que con alguna variación, permiten burlar el control. Por ejemplo, variación del peso del producto o algún agregado en la etiqueta que lo hace diferente al que está especificado en el listado. Además, algunos precios que estaban por debajo de los que se congelaron, subieron casi automáticamente y apenas en pocos casos se mantuvieron en el nivel que tenían.

La recorrida de este diario en Neuquén, Cipolletti, Roca, Viedma, Bariloche y San Martín de los Andes muestra un escenario con muchas similitudes, aunque el denominador común es que en ninguno de los casos relevados están los 500 productos anunciados en el congelamiento.

Se estima que menos de cien productos son realmente de primera necesidad, mientras el resto son artículos de tocador, cosmética, belleza femenina, tintura para el cabello, bebidas, dulces, gaseosas en lata, aceitunas, acondicionador para el pelo, alimento para perros, crema de afeitar, alfajores, antipolillas y muchos más que no son claves en la alimentación familiar.

En algunas cadenas se advierte que distinguieron precios para zonas norte y sur, es decir para la Patagonia por un lado y para el resto del país por el otro.

Poco claro y con muchas dudas llegó el congelamiento de precios a las provincias de Neuquén y Río Negro.

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