La Cámara de Apelaciones y Alzada confirmó ayer el procesamiento de casi todos los detenidos, a quienes se atribuye el secuestro, tortura, asesinato y hasta mutilación de la docente Leda Fabiana Raimundi.

Así lo dispuso el alto tribunal capitalino, conformado por los vocales Gloria Cárdenas, Raúl Romero y Cristian Vittar, quienes con su fallo aceleraron la clausura del expediente y su posterior envío a juicio oral.

La resolución envió un guiño aprobatorio al fallo de procesamiento, refrendado -meses atrás- por el juez Ramón Gómez, quien investiga el proceso desde el 15 de junio del 2012, mañana en que fue encontrado el cadáver de la maestra, a la vera de un camino que une Villa Robles con Beltrán. Concretamente, la Cámara de Apelaciones y Alzada dispuso textualmente: “No hacer lugar a los recursos de apelación interpuestos por los defensores de los imputados Guillermo Manuel Pereyra, Gabriel Exequiel Brandán, Luis Esteban Ledesma González y Lucrecia del Valle Ledesma González”.

En tal sentido, “confirmar la resolución obrante a fojas 1467/1507, en los puntos que han sido materia de impugnación”. Según el fallo del tribunal, quedó firme lo resuelto meses atrás por el juez Gómez, quien procesó al cuarteto citado, incluido el remisero Mario Rojas, quien directamente no apeló la resolución.

Los cargos que se le endilgan son “coautores de la comisión del delito de homicidio triplemente calificado por ensañamiento, alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas (Art. 80 inc. 2º y 6º del Código Penal) en perjuicio de la extinta que en vida se llamara Leda Fabiana Raimundi Corral”.

Al discriminar los roles individuales en el asesinato, la Justicia interpretó que dos días antes del asesinato el quinteto se reunió en casa de Lucrecia Ledesma, en ocasión de realizarle -éste- una limpieza a Mario Rojas.

El encuentro fue en calle Antártida Argentina, Bº Francisco de Aguirre. El objetivo era restablecer el vínculo afectivo de Rojas y la maestra. Rojas debía atraer a la víctima mediante llamados, mensajes de texto, cartas; luego, conducirla hasta el norte “donde le darían muerte”. Pereyra fue contratado para trasladar en su vehículo a los otros imputados hacia el Golf, donde el grupo era esperado por Rojas (junto a Leda).

También facilitó el cuchillo que fuera encontrado con sangre en el lugar del hecho y el que los llevó hacia Villa Robles, donde dejaron el cuerpo. Lucrecia, su hijo Luis Ledesma y Gabriel Brandán tenían la misión de pergeñar los medios para consumar la muerte de Leda.

“Son estos imputados los que recorren las farmacias trasladados por Pereyra, en busca de guantes y analgésicos y los que en un primer momento le dan trompadas en el rostro, nariz, ojos, hígado, le colocan la rejilla en la boca para que no gritara y también para detener la sangre que la víctima ya iba perdiendo a raíz de la quebradura en el tabique nasal, la agarran del cuello, y la asfixian y la hincan con el cuchillo que se encontraba en el auto de Pereyra”, subrayó la resolución del juez Gómez.