Las averiguaciones de los investigadores sostienen que Jorge Manuel Hernández (31) era una persona conflictiva. Si bien se crió entre los barrios José Fuchs y Ceferino Namuncurá donde supo cosechar muchas amistades, también habría ganado muchos enemigos.

Justamente por esa razón es que los restantes departamentos del inmueble de la avenida Juan XXIII 836, donde residía la víctima, no eran alquilados por sus padres: para evitar conflictos debido al peculiar carácter e inusual comportamiento de su hijo, quien tenía problemas con la familia, allegados y otras personas.

La policía de la Seccional Tercera y sus pares de la Brigada de Investigaciones centran las averiguaciones alrededor de la pelea que el último viernes habría mantenido Hernández en una calle cercana a su casa. Ese dato abre un amplio abanico de sospechosos.

Las fuentes oficiales consultadas por este diario confiaron que la víctima le comentó a su ex pareja, con quien tenía una niña, que había sido amenazado.

La causa judicial quedó a cargo del fiscal general Héctor Iturrioz, quien ayer tuvo acceso a un primer informe preliminar de la autopsia del cuerpo de Hernández. El estudio forense confirmó que el hombre fue atacado durante la madrugada, cuando dormía, y que le aplicaron 26 heridas punzocortantes.

La cantidad de puñaladas indica el ensañamiento de los criminales. La estocada fatal le atravesó el corazón y le provocó la muerte en contados minutos. Los restantes puntazos fueron propinados en la zona abdominal, tórax, brazos y una profunda en el cuello, precisaron las mismas fuentes.

Por las características del asesinato, se cree que actuaron más de una persona en el ataque. Hay que recordar que los homicidas irrumpieron en horas de la madrugada del domingo en el departamento de Hernández, situado en el primer piso del inmueble. Rompieron a patadas la puerta principal y atacaron con armas blancas a Hernández, quien se habría levantado al escuchar los ruidos. No tuvo tiempo de defenderse y quedó tendido en el reducido espacio de la cocina comedor en medio de un charco de sangre. Una de sus hermanas descubrió el crimen a las 14.

 

PADRASTRO GOLPEADOR

Ayer se supo que Jorge Hernández fue padrastro de Ezequiel Edgar Figueroa (18), el joven asesinado de un disparo en el interior de un colectivo el 31 de marzo de este año. Entre ellos también hubo una relación conflictiva y alguna vez Figueroa lo agredió disparándole siete tiros.

Hernández estuvo en pareja con la madre de Figueroa varios años y la mujer fue apuñalada alguna vez. Esa situación habría sido la que llevó a Figueroa a buscar justicia por mano propia. Entonces, atacó a tiros a su padrastro en el barrio Pietrobelli. Aunque esa vez Hernández sufrió heridas, ninguna fue de gravedad.

El joven Figueroa murió cuando se dirigía a la escuela, tras ser atacado en el interior de la Línea 1 de Patagonia Argentina en la parada de Chaco y Alvear. Recibió un disparo en el pecho y cayó abatido sobre la vía pública. El presunto autor, Jonathan Mustafá Awad (22), cumple prisión preventiva y la causa ya fue elevada a juicio.