Sin concesión

Sin concesión

La acción de los furtivos en el Parque Luro dejó a la reserva en una situación crítica. El concesionario intimó a las autoridades para que tomen más medidas de seguridad o se va.

 

El concesionario del Parque Luro, Federico Bruno, envió una intimación por la vía legal a las autoridades de la Secretaría de Turismo donde reclama mayores medidas de seguridad en la reserva, luego de que el accionar de los furtivos generara situaciones graves que ponen en riesgo la temporada de brama de ciervos. La carta documento llegará hoy a manos de las autoridades.

Bruno, quien está a cargo tanto de la explotación de la proveeduría como de las cabañas y además organiza las visitas guiadas junto a concursos de fotografía, reclamó distintas medidas para evitar más episodios como los que en la última semana provocaron la muerte de once ciervos machos. Específicamente, reclamó que haya un guardaparques para evitar la caza, sobre todo en la zona de los senderos, donde se realizan caminatas guiadas.

Es que en menos de una semana mataron a once ciervos y la población de ejemplares machos en plena época de brama está notablemente diezmada. Además, los últimos episodios ocurrieron en sectores cercanos a donde circulan los visitantes. De hecho, el pasado jueves mataron un animal a menos de 200 metros de donde estaban trabajando dos fotógrafos que habían llegado desde la provincia de Buenos Aires.

No es la primera vez que el concesionario reclama medidas de seguridad. En las ocasiones anteriores no tuvo respuestas, salvo formalidades: por ejemplo, le prometían que la Policía se ocuparía del tema. Pero los hechos siguieron pasando y ahora existe la chance de que abandone la actividad en la reserva.

El Diario informó en los últimos días que Parque Luro ya había dejado de recibir reservas para quienes querían hacer avistajes de ciervos durante la brama hasta tanto “se garantice la seguridad de los visitantes” en el interior del predio.

El enojo de Bruno apunta tanto a Turismo como a la Subsecretaría de Ecología, ya que son las dos áreas gubernamentales que están a cargo del parque. Con Ecología hay un largo conflicto desde que intentó buscar reducir la población de ciervos en la reserva con medidas polémicas como intentar regalar ejemplares a los cotos privados.

Durante el año pasado, la aparición de los furtivos se dio, principalmente, sobre la parte de la reserva que está explotada por Ecología, que no es de acceso público. Pese a que hubo denuncias y se buscó reforzar los patrullajes, la situación se descontroló y ahora los hechos ocurren directamente en los senderos por donde circulan los visitantes durante los avistajes o -tal como se explicó anteriormente- a pocos metros de donde suelen estar los fotógrafos.

La temporada de brama empezó el 15 de marzo y es el producto turístico más promocionado de la provincia, que ahora peligra por la falta de seguridad.

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