El Concejo Deliberante convalidó el convenio urbanístico por un edificio que excede su altura

El Concejo Deliberante convalidó el convenio urbanístico por un edificio que excede su altura

El Concejo Deliberante convalidó ayer, con el voto de la Unión Cívica Radical y del Frente para la Victoria, el convenio urbanístico para autorizar por vía de excepción la construcción de un quincho, gimnasio y pileta en un nuevo edificio ubicado sobre Chacabuco al 400, frente a la Plaza Independencia, en una sesión que se extendió debido al debate sobre los pedidos de excepción que ingresan al recinto.

El proyecto, que debía pasar por el Deliberativo, autoriza a la empresa constructora Bértoli SA a levantar un área de amenities en una propiedad vertical a cambio de abonar 114 mil pesos en concepto de participación municipal de la renta urbana extraordinaria.

Tras varias semanas de intenso debate hacia el interior de la comisión, con cuestionamientos en torno a la mecánica de los convenios urbanísticos y el número de excepciones que ingresan para su tratamiento, la iniciativa llegó al recinto. Pero hubo una modificación que permitió al oficialismo sumar el acompañamiento del kirchnerismo.

En concreto el canon que el Municipio recibirá a cambio del permiso será destinado a reforzar el presupuesto para ejecutar la obra de infraestructura necesaria para resolver los inconvenientes con la red de gas. Superado el debate que generó el suspicaz planteo del massismo respecto al intercambio a partir de una excepción, se procedió a la votación del proyecto, primero en general y después en particular sobre los artículos 7 y 8 del proyecto de ordenanza cuestionados por el FR.

El primero salió por unanimidad, mientras que el segundo, por mayoría.  

El planteo  

El primero en expedirse fue el concejal del Frente Renovador, Claudio Ersinger, quien consideró oportuno aclarar, en representación de la bancada, que “no estamos de acuerdo con cobrar una suma para otorgar la excepción” y ató la postura a una “cuestión de principios”.

Deslizó que la movida oculta una “modalidad recaudatoria” para financiar otras obras y que “abrir este mecanismo de otorgar excepciones por dinero me parece un precedente peligroso”. En respuesta, su par del radicalismo Sergio Lunghi ratificó que “no podemos dar esta excepción sin aprobar el convenio urbanístico” y destacó la “gran propuesta” del FPV de sumar un artículo que establezca el destino de esos fondos.

En ese sentido, vinculó las declaraciones de Ersinger al rechazar los cuestionamientos que indican que “somos arbitrarios y que tenemos una ventanilla. Eso es faltar a la verdad”. “Es por el simple hecho de posicionarse”, le achacó el concejal de la UCR.  

La propuesta del FPV  

Desde el Frente para la Victoria, Fernando Rossi sostuvo que, en pleno tratamiento en comisión, se analizó y revisó la normativa para evaluar la excepción y el convenio. En medio del debate, la bancada se manifestó en contra de la normativa y avanzó en la necesidad de establecer e identificar la obra a la cual estará destinado ese dinero conceptuado como “participación municipal en la renta inmobiliaria”.

Rossi argumentó que pretendían vincular ese monto “a una obra que beneficie a toda la ciudadanía”, por lo que se propuso destinar ese remanente para cubrir el presupuesto de la obra de refuerzo de la red troncal de gas. Luego de negociar con el oficialismo, la iniciativa quedó plasmada en el artículo octavo, que prevé “el ingreso proveniente del convenio urbanístico convalidado se destinará en su totalidad a la obra de infraestructura construcción ramal de refuerzo de red de gas”.

Antes de finalizar, aclaró que el cuerpo “no está obligado a tratar cualquier excepción” y que se tendrán en cuenta aquellos aspectos que “beneficien al conjunto de la ciudadanía”.  

Cruces por la cuestión ideológica  

En su descargo, Atilio Magnasco rechazó la postura adoptada por Ersinger, quien deslizó que recibir un pago a cambio de una excepción sonaba a “coima”. “La cuestión de fondo es que no se sincera ideológicamente y entonces, busca excusas”, disparó.

Dijo que con esas expresiones se logra “confundir a la gente”, y eso “es malo, sobre todo si deja flotando dudas”, en especial sobre la “honorabilidad” de quienes intervienen en el tema.

En defensa salió Beatriz Fernández (FR), quien minimizó las acusaciones de Magnasco y aclaró que Ersinger “se refirió al hecho y no a las personas que integran el recinto”, y que “lo hace desde sus principios e ideología y no con el objetivo de agraviar”.

Para finalizar el debate un enérgico Juan Pablo Frolik dejó por unos minutos la presidencia del cuerpo y ocupó una banca para expedirse sobre el tema.

“No entiendo esta postura tan contradictoria porque en todo el discurso el concejal Ersinger menciona que hay un Plan de Ordenamiento Territorial, el cual no habría que pasar por encima, pero vota la excepción”, marcó para resaltar que “lo que cuestiona (al igual que sus pares) es lo que vota a favor”.

“Parece que quieren quedar bien con todos y no admiten que hay una norma que está hecha para que aquel privado que obtiene una valorización en su propiedad, se le está haciendo poner algo en beneficio de toda la población”, ratificó.

Le recomendó al edil que “deje de lado esas contradicciones, ajustarse a su ideología y votar en contra”.

Comentá la nota