La ordenanza, aprobada por la mayoría quintelista, autoriza a que el municipio cobre un plus de 1,5% a 3% a la nafta, gasoil o metro cúbico de GNC que se venda en Capital, para obtener fondos para obra pública, más especificamente pavimentado. Los ediles del bederismo se opusieron al proyecto y hablan de un “impuesto encubierto”. El espacio Q, por su parte, dijo que “a nadie le gusta que le toquen el bolsillo, pero en este caso es ínfimo y traerá beneficios al vecino”.
Los porcentajes establecidos por la ordenanza son de 1,5% para el Gasoil y GNC, 2,5% para la nafta Super y gasoil Euro, y 3% para la nafta premium, aunque la norma tiene que ser reglamentada por el Ejecutivo para comenzar a regir.
Todo lo recaudado, según indicó el Palacio Ramírez de Velazco, se destinará a financiar los trabajos de obra pública, más precisamente pavimentación, reasfaltado, conservación y mantenimiento de la red vial de la ciudad.
Los concejales que votaron a favor son Ernesto Harry Perez, Carlos Del Giorno, Viviana Luna, Jose Pistek, Daniel Marcos, Alcira Brizuela y Jesus Sanchez. En contra lo hicieron Lupa Brizuela, Diego Mazzuchelli y Heber Sirerol y Alvaro Recalde. Faltaron a esta importante sesión Gabriela Amoroso, Beatriz Molina Perea, Andrea Mercado Luna y Eleazar Arabel.
Al respecto, la edil oficialista e impulsora de la medida, Alcira Brizuela, consideró que “los vecinos con el tiempo se van a ver beneficiados de sus propio aportes”. “A nadie le gusta que le toquen el bolsillo pero en este caso el aporte es ínfimo”.
Además. ante la desconfianza de sus pares opositores respecto del destino real de los fondos recaudados, aclaró que los mismos irán a una cuenta específica. “No va a la caja de renta generales de la municiaplidad, sino que va una cuesta especifica con fines específicos, donde la secretaría de Hacienda tiene la obligación de informar a todos los ciudadanos cuánto se recaudó y en qué se invirtió”.
Por su parte, el bederista Diego Mazuchelli indicó que “cuando hablamos de transparencia, creo que el quintelismo es el menos indicados para aplicar este tipo de ordenanza recaudatorias, porque se manejan en un gris oscuro”.
En este sentido, el concejal también consideró que “es una maniobra muy dudosa”. “Esta maniobra esta judicializada en muchos municipio y la situación hoy por hoy no está para meterle la mano en el bolsillo a los ciudadanos”.
Finalmente Sirerol, pese a rechazar la normativa, reconoció que el municipio tiene una baja recaudación ya que sólo el 23 por ciento de los contribuyentes pagas las tasas municipales y Recalde apuntó a la falta de garantías financieras para la Capital que hacen que su presupuesto se acote a 560 millones de pesos, frente a los 1.200 millones que se aportan para Chilecito.
Comentá la nota