Para que se desactive la bomba de tiempo financiera que el intendente Gustavo Barrera tiene hoy sobre su mesa, la comuna necesita una recaudación extra de 4 millones de pesos mensuales. Si ese dinero se traduce en suba impuestos, representaría un 33% del total.

Una fuente muy cercana al jefe comunal reconoció a SECTOR INFORMATIVO que la situación es crítica pero que tienen esperanzas de que el HCD apruebe una suba de tasas y la modificación del módulo tributario que hoy, afirman, está muy bajo.

La estrategia del Departamento Ejecutivo va por dos caminos: la primera, presionar a la oposición trasladándole el problema de pago de proveedores y pago de salarios de empleados municipales. Nadie lo dice, pero a fin de cuentas, lo que terminarán diciendo es que el HCD se niega a recomponer el presupuesto, que quiere asfixiar al Gobierno y que, de última, son los ediles contrarios a Barrera los culpables de que no se puedan asumir las obligaciones financieras municipales. Eso se verá claro en la próxima sesión.

La segunda línea es más optimista. Plantea un pedido de aumento y que el HCD "afloje" con una cifra al menos cercana al 20% de aumento. En los pasillos del palacio comunal asumieron que una cifra de más de 15% y de menos del 33% que necesitan es, en la práctica, "mejor que nada".

Hoy, tal como están las cosas, la comuna tiene muchísimas dificultades para hacer frente a sus obligaciones financieras. No sólo se retrasó el pago de proveedores esenciales (como el caso de la nueva empresa de recolección de residuos), también los proveedores menores llevan varios meses sin cobrar y ahora se sumó el salario de los empleados municipales, quienes cobrarán -según las palabras del intendente- "en tiempo y forma". Se estima que será el jueves o viernes, lejos del "histórico" último día del mes al cual estaban acostumbrados los agentes del Estado.