Un ex compañero y la ex pareja complican a Cuello por el crimen de Tomás

Un ex compañero y la ex pareja complican a Cuello por el crimen de Tomás
Las declaraciones de ambos testigos complicaron la situación de Adalberto Cuello al desmentir que hubieran estado con él al momento de la desaparición del chico de 9 años en Lincoln tal como declaró en la instrucción del caso.
Durante la segunda audiencia del juicio oral que se realiza por el homicidio, los testigos más importantes fueron el albañil Walter "Lechuza" Barbieri, que trabajaba con Cuello (40) como albañil, y la docente María Inés Márquez, ex novia del imputado.

Frente al Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Junín, integrado por los jueces Karina Piegari, Miguel Angel Vilaseca y Claudia Dana, Barbieri recordó que Cuello “odiaba” a Tomás (9), describió como “cambiante” su personalidad y aseguró que la relación con Susana Santillán, madre del niño, “era conflictiva porque discutían”.

“A mi me dijo que no lo quería a Tomás, que lo odiaba y a medida que iba hablando se enojaba cada vez más. Una vez me preguntó dónde podía comprar un arma y si alguno de los empleados tenían una. Cuando le pregunté para qué la quería, me contestó que era porque el tío de Tomás lo estaba molestando”, relató el testigo.

Barbieri detalló además que al enterarse de que Susana estaba embarazada, el acusado dijo que "iba a secuestrar al nene para asustar a la madre”.

El testimonio del albañil se contradice con la declaración prestada por Cuello en la instrucción (en el juicio se negó a ser indagado), cuando aseguró que en el horario en que Tomás desapareció había ido a su casa a pedirle dinero.

“No fue a pedirme plata. Yo me enteré por los medios que él estaba diciendo eso”, señaló "Lechuza".

Agregó que la pala aparentemente usada para cometer el crimen y que fue hallada en cercanías de donde apareció el cadáver del chico “es similar a las que veía en la casa de Cuello, que tenía mango de hierro y era de color naranja”.

Después de Barbieri, fue el turno de Márquez, una docente que vivía con Cuello al momento de la desaparición del chico el 15 de noviembre de 2011, y contó que ese día el imputado le pidió por primera vez el auto de su padrastro, un Fiat Palio Weekend rojo.

La mujer detalló que se llevó el vehículo alrededor de las 11.30 y se lo devolvió cerca de las 14.30, cuando ella ya estaba trabajando en la escuela.

En ese auto, peritos encontraron ADN de Tomás en varios lugares, pese a que Cuello intentó limpiarlo tras el homicidio.

Márquez explicó que cuando se conoció la noticia de que Tomás estaba desaparecido, Cuello le dijo que ella tenía que decir que habían estado juntos en la casa de "Lechuza" y que luego ella había ido hacia el colegio.

Agregó que cuando se halló el cadáver del nene vio a su pareja "tirando unas zapatillas a la basura que no estaban tan viejas” y que Cuello “tenía una relación de conflicto con Tomás y que discutía con su madre”.

Otro testigo de hoy fue la madre de Márquez, Inés López, que contó que, el día de la desaparición de Tomás, Cuello le pidió que le “pasara un trapo al asiento del acompañante” del Fiat Palio, pero ella se negó.

Por su parte, el marido de López y padrastro de Márquez, Héctor Gastaldi, un policía retirado, también dijo que vio a Cuello pasarle “una remera y un trapo blanco” al asiento del auto y que le llamó la atención que cuando le devolvió el coche estaba manchado con tierra.

Tomás desapareció el 15 de noviembre de 2011, alrededor de las 12.15, cuando salió de la escuela en Lincoln rumbo a su casa.

Tras dos días de búsqueda, el cuerpo golpeado de Tomás fue hallado en el predio rural "La Vieja" y según la autopsia, recibió golpes contundentes en las zonas craneal, abdominal, lumbar y en extremidades, que le provocaron fracturas y luego su muerte.

El juicio se reanudará el martes próximo a las 9 con la declaración de los últimos 15 testigos y luego se pasará a la etapa de alegatos.

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