Luis Alberto Carpintero tiene 10 años, estudia en la Escuela 198, juega al rugby en Comodoro y a partir de hoy será el ahijado de la presidente Cristina Fernández de Kirchner, por ser el séptimo hijo varón de Tamara Márquez y el segundo de Luis Osvaldo Carpintero, quienes hace una década se vieron sorprendidos ante la inesperada pero feliz llegada del niño.

Es que “Beto”, tal como lo llaman sus padres, dos empleados municipales de la Dirección de Seguridad, hoy será bautizado, siendo su madrina la propia Presidente de la Nación, tal como lo establece la Ley Nacional 20.843.

La ceremonia será a las 17 en la parroquia Santa Lucía del barrio General Mosconi y contará con la presencia de una comitiva que viajó desde Buenos Aires para representar a la primera mandataria.

 

UNA REIVINDICACION

Para la familia el bautismo del niño es algo especial, ya que simboliza un logro personal para Tamara, por lo que significó la crianza de sus otros seis hijos como madre soltera. Sin embargo, alcanzar esta bendición presidencial no fue un trámite sencillo.

Según contó Tamara a Diario Patagónico, en 2005 ella envió la petición a Presidencia de la Nación para que “Beto” tuviera la bendición presidencial del entonces presidente Néstor Kirchner, pero a los pocos meses recibió una respuesta negativa ya que no cumplía con uno de los 15 requisitos que exige este beneficio: ser el séptimo hijo de madre y padre. Esto indignó a Tamara.

“Me quedé en el molde, esperé, después mandé una carta diciendo que fue medio ofensivo porque era mujer. Cuando él nació yo todavía estaba en una situación mala. Me costó 16 años tener mi trabajo, pero yo a mis hijos los crié como pude, con buena educación. Entonces me sentí como ofendida porque como mujer la Presidenta no me lo puede negar. Acá no se trataba de quién ponía la semilla, sino quién los cría”.

ILUSIONADOS

Pero todo cambió hace seis meses. En noviembre de 2014, Tamara recibió un inesperado llamado desde la Secretaría General de la Presidencia de la Nación, preguntándole si aún estaba interesada en bautizar a su hijo amparándose en esta ley.

Pese a que el entusiasmo no era el mismo tras aquella desilusión, Tamara aceptó y hoy tendrá el bautismo de su niño, sabiendo que también es una buena oportunidad para el futuro de “Beto”, ya que la ley beca en sus estudios a quienes son ahijados presidenciales.

“Yo ya tuve dos hijos abanderados, Rubén (29) y Juan Carlos, y no les pude dar estudios. ¿Quien dice quizá sale bueno para el estudio? Y me parece que es una buena oportunidad para su vida. Eso me entusiasmó porque nunca sabés”, dijo, aclarando que “gracias a Dios” hoy junto a su marido tienen la posibilidad de pagar sus estudios.

También está satisfecha por su otra motivación. “Como madre te dan una medalla; entonces es un reconocimiento por haber criado a mis hijos sola, que no es nada fácil. Hoy ellos son padres de familia, no son alcohólicos, drogadictos, ni nada. Entonces es un orgullo para mí”, valoró.