Apostando a lo que pueda convertirse en una posible venta para el mes de diciembre, desde la secretaría de fútbol de Estudiantes se tomó la decisión de explotar la imagen de los jugadores y utilizar correctamente la numeración de las camisetas. En tal sentido, el Tucumano Joaquín Correa saltó al campo de juego con la camiseta número 10 del Pincha, dejando atrás la número 20 que lo había ilustrado desde que debutó en Primera. 

El habilidoso atacante estuvo a la altura de las circunstancias y fue una de las figuras de la cancha participando en las jugadas que definieron el partido. 

La definición de zurda en el tercer gol de estudiantes, luego de entenderse a la perfección con Carlos Auzqui hizo recordar a los remates de Rubén Capria en el torneo de la B Nacional ‘94/’95 o a la templanza de Pachorra Sabella para resolver las jugadas en los comienzos de los ’80. 

Correa, al igual que los ejemplos antes citados, no nació en La Plata y llegó a la Primera del Pincha manejando con criterio la pierna zurda. 

Si bien en la temporada 2013/2014 se había consolidado luego de recibir un castigo deportivo tras el clásico ante Gimnasia del año pasado, ahora parece haber tomado la posta en el armado del juego junto a Román Martínez, y por lo menos ayer fue el nexo del mediocampo con Guido Carrillo y Carlos Auzqui. Este último también se destacó en el juego colectivo, y con personalidad para encarar a los rivales y despliegue para despegarse de la marca, logró generar peligro en todo momento.  

El mencionado Martínez, al igual que Aguirregaray y Jara también sobresalieron en el contexto de un equipo equilibrado que se topó con un rival que corría de maneja desprolija y presionaba para achicar espacios. 

Arbitraje

Luis Alvarez (6)

Esta vez, el árbitro del partido de ayer entre Estudiantes y Douglas Haig no tuvo mayores inconvenientes para sacar adelante el partido. 

Si bien en el primer tiempo hubo mucha pierna fuerte, en especial por parte de los jugadores de Douglas Haig, a Luis Alvarez nunca se le fueron las cosas de las manos y aplicó con justeza el reglamento. 

En las jugadas con pelota dividida, el responsable de impartir justicia dejó seguir el juego, impidiendo que se agote fácilmente la paciencia de los jugadores. De esta manera, logró manejar el temperamento de los 22 protagonistas, que terminaron entendiendo algunos fallos polémicos que llegaron recién en el segundo tiempo. 

Si bien Carlos Auzqui reclamó un penal durante los primeros 45 minutos, y los jugadores de Douglas Haig protestaron ante una dura entrada de Martínez en la mitad de la cancha, Alvarez se apoyó en sus colaboradores para despejar todas las dudas que fueron surgiendo en el desarrollo del partido.