Cómo se las arreglan los comedores de los barrios en medio de la crisis del coronavirus

Cómo se las arreglan los comedores de los barrios en medio de la crisis del coronavirus

Las encargadas de Corazones Solidarios, Maldonado y Los Principitos cuentan su experiencia sobre la cuarentena. Están tomando la modalidad de entregar viandas.

   Bahía Blanca está desde la semana pasada en emergencia sanitaria. Desde el Municipio sugieren el aislamiento social y remarcan constantemente las medidas de prevención ante el avance del coronavirus, tales como lavarse las manos constantemente o usar alcohol en gel, mantener los espacios limpios y controlar los síntomas.

   Muchos hacen caso omiso a las recomendaciones, como los bahienses que aprovecharon la cuarentena para irse a Monte Hermoso. Otros, en cambio, deciden acatar.

   En algunas zonas periféricas de la ciudad se hace difícil comprar los productos de higiene y evitar la concentración de gente: son muchos los chicos que asisten periódicamente a merenderos y comedores de esos sectores para saciar el hambre. Sin embargo, los distintos barrios buscan estrategias para poder cumplir y cuidarse.

   En Villa Nocito entregan viandas en lugar de abrir el comedor, en Cabré Moré piden que los chicos busquen la merienda en tandas y se la lleven a sus casas; y en Maldonado optan por repartir la comida. 

 

   Paola Vergara, encargada de Corazones Solidarios —funciona en Villa Nocito—, dice que el comedor asiste a 250 chicos de su sector y de Vista Alegre. Muchos de sus papás viven de changas y tienen tarjeta social: los que más reciben son los que cuentan con la Celeste de $ 1.060 pesos.

   Cobran a principio de mes y la mayoría cuenta que la usa para productos esenciales como fideos, lácteos y pañales. Algunos la guardan para los últimos días. Otros no pueden esperar.

   — Recibo la Tarjeta Celeste, me la acreditaron a principios de mes. Compré fideos, harina, aceite, azúcar, detergente, lavandina y el jabón en polvo más barato. Por el tema del coronavirus no compramos nada porque todavía no sabíamos mucho —comenta Analía.

—Yo tengo la Celeste y siempre la dejo para el nene cuando no tenemos nada: compro yogures, fideos, que me permiten tirar durante el mes. En caso de que no llegue con los pañales, con esa plata compro dos paquetes —dice Estefanía.

—También tengo la Tarjeta Celeste y sinceramente o compras cosas para la heladera o compras para higiene. Yo, por ejemplo, compro unos yogures, unas masitas y pará de contar — cuenta Agustina.

—La verdad alcanza para comer en el día —completa Anahí.

   Paola cuenta que más allá de la dificultad para comprar productos de limpieza, también preocupa la falta de información. Y destaca el trabajo de la enfermera María Elena Araya, que siempre charla con los vecinos y colabora con las campañas de vacunación que se hacen en el comedor.

 

   Gabriela González, encargada del merendero del barrio Maldonado, dice que en ese sector se ve de todo: algunos están informados y respetan lo que se pide desde el Gobierno, otros no saben y nunca faltan los que llevan la contra.

   La semana pasada tuvo abierto el merendero con mucha precaución, tratando de cumplir con las condiciones de higiene del lugar, y fue testigo del temor de muchas mamás que no saben cómo responder durante la cuarentena.

   —A nosotros siempre nos ayuda el gremio de los empleados de AFIP, que son colaboradores del merendero: ellos me compran productos de higiene que usamos en el comedor. Pero no podemos darles artículos de limpieza a todos los que vienen, solo les entregamos la vianda reforzada de merienda.

  Gabriela cuenta que el hospitalito Piñeiro y las salitas médicas informan sobre las medidas preventivas. Ellos, además, están atentos a lo que se dice por las noticias para saber qué hacer y qué no. Su objetivo es cuidar sin desatender a las 80 familias que asisten.

   —Recibimos una ayuda mensual de mercadería del Municipio. Ayudamos como se puede y con lo que se puede. Tenemos casi 200 chicos y unas 9 familias que están en lista de espera para entrar.

   Reconoce que lo que falta es el trabajo y asegura que “es muy feo perder la dignidad de ganar tu propio pan y tener que pedir, pero hay gente que no tiene otra salida”.

   En tanto, Pamela Abarca, que dirige el merendero Los Principitos en Cabré Moré, comenta que en su sector hay “un abandono terrible”.

   Tenía que empezar el próximo sábado con el merendero, pero tomó la decisión de no hacerlo: son 200 chicos los que se juntan para tomar la leche y lo considera riesgoso.

   —Decidimos que los nenes busquen la leche y vayan a sus casas. Va a haber dos mamás en la cocina, trabajando con guantes, y otras dos afuera entregando la merienda.

   Además de Cabré Moré, también trabaja con los sectores de Stella Maris y 9 de Noviembre, y asegura que el panorama es el mismo. Tiene un grupo de WhatsApp con algunos vecinos, donde aprovecha para enviar recomendaciones.

   —Trabajo en un consultorio médico y uso el grupo para mandar precauciones: les pedí que usen alcohol o jabón; también baje información para explicarles a los chicos cómo toser y todo lo que está pasando. 

   La Nueva. le consultó al Municipio si existe alguna política para la entrega de productos de higiene personal y de limpieza en general a los sectores más necesitados de la ciudad en este tiempo de prevención. Desde Políticas Sociales (recibe el 8,5 % del presupuesto municipal y destina $ 174.920.386,67 para ayudas sociales a personas) respondieron que “los beneficiarios utilizan las tarjetas para las diferentes compras”.

Contactos

-Corazones Solidarios: Paola 291 578-3197.

-Merendero Los Principitos: Pamela 291 503-7813.

-Merendero Maldonado: Gabriela 291 644-6455.

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