Con el transporte parcialmente cortado por una movilización de colectivos que restringía el tránsito en los alrededores de la Municipalidad, y con el estruendo de las bombas de la protesta ingresando por la ventana de la sala en que se reunieron, los concejales de las comisiones de Legislación y Transporte volvieron ayer sobre sus pasos y resolvieron que el boleto debe costar $ 5,90.

La medida tuvo el visto bueno de los bloques de Acción Marplatense -impulsor de la moción-, el radicalismo, el Frente Renovador y la Agrupación Atlántica, que buscarán ratificarla en la sesión ordinaria del Concejo prevista para hoy. El Frente para la Victoria votó en contra.

Cerca de 24 horas antes, las mismas comisiones habían decidido seguir analizando el expediente, lo que implicaba postergar el incremento del boleto hasta después del recambio de autoridades que se producirá la semana que viene.

El rumbo del tratamiento lo alteraron el paro nocturno y la ruidosa movilización de colectivos a la Municipalidad que realizó ayer el gremio de los choferes (la UTA), que incluyó quema de gomas y cortes de tránsito en más de cinco cuadras de la avenida Luro y alrededores.

Alejandro Ferro (Acción Marplatense) planteó de entrada los elementos que, a su entender, diferenciaban la reunión de ayer con la del día anterior. "Los usuarios están en una situación totalmente diferente", dijo sobre la medida de fuerza de la UTA, y se mostró proclive a "prevenir la rispidez social" que podría generarse entre partidarios y adversarios del aumento del boleto.

La otra distinción que marcó fue la presencia del bloque del intendente electo, Carlos Arroyo, en la reunión. El martes, el representante del futuro oficialismo, José Reinaldo Cano, no había asistido ni enviado a nadie en su reemplazo, mientras que ayer concurrió en representación de la Agrupación Atlántica Guillermo Sáenz Saralegui, quien fiel a su costumbre habló poco, pero lo suficiente para manifestar su apoyo a la moción de aumento de boleto de Acción Marplatense.

La comisión no fijó el precio que habían solicitado los transportistas ($ 6,49) ni el que recomendaba un informe del Ejecutivo ($ 6,10), sino que optó por una cifra menor. "Hicimos un análisis respecto a los costos, que nos dio una cifra de menor impacto para la población: $ 5,90. Esto destrabaría el conflicto de las últimas horas", propuso Héctor Rosso (Acción Marplatense).

"No podemos actuar bajo la presión de los empresarios del transporte. Porque este es un paro de los empresarios, no de los trabajadores", tomó distancia el kirchnerista Fernando Maraude. "Esto no es una kermés en la que se tira cualquier cifra", chicaneó.

"El bloque radical no está actuando bajo presión. Ayer estábamos dispuestos a votar el aumento", le respondió Eduardo Abud (UCR). Y enseguida propuso una alternativa: cederle al intendente la facultad para fijar la tarifa en un valor de entre $ 5,80 y $ 6,10. Dijo que el estudio que daba una tarifa en esa franja lo habían realizado asesores del bloque radical, que no alcanzaron a llevarlo a la reunión del día anterior.

"Estamos para acompañar el precio de $ 5,90", comentó Sáenz Saralegui. Hernán Alcolea (Frente Renovador) pidió trabajar en la confección de un estudio de costos serio y también acompañó la moción.

Duros cruces

Al comprobar que la propuesta radical de cederle las facultades al intendente no conseguía adhesiones, Cristina Coria (UCR) se sumó a aceptar el precio de $ 5,90. De paso, cuestionó a los impulsores de la protesta. "Siempre se toma de rehenes a los vecinos. No había ninguna razón para hacer lo que hicieron". Y no se olvidó del único bloque que se oponía: "Los representantes del Frente para la Victoria parecen vivir en un país sin inflación".

Maraude volvió a la carga. Tomó en cuenta que la reunión de las comisiones no se pudo realizar en el recinto del Concejo porque el humo de las gomas quemadas se había metido por los ventanales y tornaba irrespirable el ambiente. También tuvo en consideración las diferentes cifras que se discutían. Y concluyó: "Tendríamos que habernos reunido en el Colegio de Martilleros, porque estamos de remate".

Aseguró que el Frente para la Victoria iba a ser coherente. "No vamos a votar el aumento porque la única vez que hablamos de transporte es cuando discutimos el aumento de tarifa, pero la cuestión de fondo es el servicio que no prestan las empresas", lanzó.

Maraude condenó además el medio "absolutamente extorsivo" de la protesta y la forma "veloz" con que se trató el aumento, cuyo pedido ingresó al Concejo el 11 de noviembre.

"La inflación que ustedes niegan existe", le espetó Alcolea. "Y lamentablemente las consecuencias las pagan los que menos tienen. O es esto o que no tengan colectivos. Estamos entre Guatemala y guatepeor", agregó.

"En la Argentina aumenta todo y cuando se intenta aumentar el boleto es como que la ciudad se prende fuego", intervino el radical Mario Rodríguez. Reconoció que sería "un costo político" votar el aumento, pero arguyó: "Uno no solamente está en política para que lo aplaudan".

A la vez, discrepó con Maraude al asegurar que no sólo se habla de transporte cuando se discute la tarifa y reclamó un "marco de diálogo respetuoso" para, a partir de la próxima gestión municipal, "intentar solucionar el mal servicio" de transporte que a su entender se brinda en la ciudad. En esa línea, pidió que "vuelva a haber inspectores municipales" controlando el servicio.

Mientras los concejales intercambiaban opiniones, afuera de la Municipalidad continuaba la protesta de los choferes. Las bombas de estruendo siguieron estallando hasta las primeras horas de la tarde. Concretamente, hasta que les llegó la noticia de que el aumento del boleto ya estaba encaminado. Ahora sólo resta que lo ratifique el plenario del Concejo.