Comienzan los alegatos en el juicio por el crimen de Rosana Galliano

Comienzan los alegatos en el juicio por el crimen de Rosana Galliano
El juicio a José Arce por el crimen de su esposa Rosana Galliano, cometido en 2008 en una casa del barrio El Remanso, en el partido bonaerense de Exaltación de la Cruz, entrará este martes en su etapa final cuando comiencen los alegatos de las partes, informaron fuentes judiciales.
La audiencia comenzará a las 10, en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 del Departamento Judicial Zárate-Campana, integrado por los jueces Daniel Rópolo, Elena Bárcena y Raquel Slotolow.

El primero en realizar su alegato será el fiscal de juicio, José Luis Castaño, tras lo cual, hará lo propio Roberto Babington, abogado de los padres de Rosana (29), constituidos como el particular damnificado.

Luego, el tribunal fijará la fecha para que las defensas realicen sus respectivos alegatos.

Además de Arce (64), son juzgados su madre, Elsa Aguilar (83), ambos defendidos por el abogado Alfredo García Kalb; y los hermanos Gabriel (41) y Paulo (35) Leguizamón.

Arce y Aguilar están acusados de haber sido los autores intelectuales del crimen de Rosana, mientras que el mayor de los hermanos está imputado de haber disparado contra la víctima.

En la última audiencia del debate, realizada el 18 de septiembre, el viudo, Aguilar y el mayor de los Leguizamón declararon por primera y única vez en el juicio y dijeron ser inocentes.

"Adoré a mi esposa, la amé, viví para ella y para los hijos", afirmó Arce, quien hace unos meses sufrió un ACV, lo que derivó en una suspensión del juicio, y luego contó que su separación con Rosana "no fue a los golpes, fue de amistad".

Respecto del momento del homicidio de su esposa, el viudo dijo que él estaba en el hospital de Pilar adonde había llevado a sus hijos para que los asistieran cuando la llamó.

Desde el inicio de la causa, el entonces fiscal Marcelo Pernici consideró que se trató de un crimen por encargo del viudo, financiado por su madre y ejecutado por los hermanos Leguizamón

"Me atiende el teléfono, se escucha `hola, hola`, luego `ay` y se cortó la comunicación", recordó Arce y agregó: "Rosanita reconoció al que la mató, porque si hubiera visto a alguien desconocido hubiera pegado un grito".

El viudo declaró que luego de esa comunicación, él llamó a Mónica, hermana de Rosana, para contarle lo que acababa de pasar y pedirle que alertara a la Policía.

"Mancharon mi nombre y mi apellido, pido que se haga Justicia y que me dejen en libertad", concluyó el imputado.

Por su parte, Aguilar declaró: "Jamás en la vida se me ocurrió matar ni a un perro, nada de lo que se dice es cierto".

Según la mujer, en el momento del homicidio ella estaba con uno de los hijos de Arce, mientras él estaba con el otro en el hospital por un cuadro de fiebre alta.

"Mi hijo me llamó llorando desesperado del hospital", recordó Aguilar respecto al día que Arce le avisó del crimen.

Además, la acusada aseguró que nunca vio una discusión entre su hijo y Rosana, a quien consideró como "una chica de buena fe".

En tanto, Gabriel Leguizamón acusó a José Luis Belardez, prófugo en esta causa y con quien había sido detenido por un "robo calificado", como el que en realidad consiguió el arma para que "un paraguayo" se encargara de matar a Rosana por pedido de Arce.

"Yo no tengo nada que ver con esto. Estoy acusado de un crimen que no cometí. Los verdaderos criminales siguen sueltos", afirmó.

Según Leguizamón, Belardez fue con una pistola "Ballester Molina" que probó en su casa, donde le dijo que tenía que matar a Rosana por encargo de Arce y que "la vieja" ponía la plata.

De acuerdo al acusado, ese hombre también contó luego de matar a la víctima, al "paraguayo lo pusieron en un colectivo e vuelta a su país" y que el arma "la tiraron en el (río) Paraná".

El crimen de Rosana fue cometido el 16 de enero de 2008, en su casaquinta del barrio El Remanso, en Exaltación de la Cruz.

La víctima recibió a las 22.50 un llamado de Arce a su teléfono celular y, por tener poca señal, se vio obligada a salir de la casa, donde la ejecutaron de cuatro balazos con una pistola.

Desde el inicio de la causa, el entonces fiscal Marcelo Pernici (ya fallecido) consideró que se trató de un crimen por encargo del viudo con quien la víctima atravesaba un conflictivo proceso de divorcio, financiado por su madre y ejecutado por los hermanos Leguizamón.

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