Comienza la etapa final del juicio a Federico Sasso por la muerte de Lucía Bernaola

Comienza la etapa final del juicio a Federico Sasso por la muerte de Lucía Bernaola

Cumplida ya una semana del inicio del juicio que se le sigue a Federico Sasso acusado de haber atropellado y matada a Lucía Bernaola en junio de 2017, este lunes el debate comienza ya a adentrarse en su etapa final, cerrándose la ronda de testigos, para ya el martes dar comienzo a los alegatos del Ministerio Público Fiscal.

 

El juicio se centra en la calificación del delito: La fiscalía representada por Rodolfo Moure y Pablo Cistoldi y los abogados de la familia de la adolescente -Maximiliano Orsini por parte de la mamá Verónica Borelli y Marcelo Savioli Coll por el papá Eloy Bernaola, apuntan a que el accionar del joven se encuadra en la de “homicidio simple con dolo eventual” -con penas en expectativa entre 8 y 25 años- en tanto que la defensa, encabezada por Facundo Capparelli, insiste en que se trata de un “homicidio culposo agravado” -delito que contempla entre 3 y 6 años de prisión-.

Lucía Bernaola murió luego de ser atropellada por Sasso en la madrugada del domingo 4 de junio de 2017 en la Costa y Alberti. Sasso conducía su Renault Clio y al doblar embistió a un grupo de ocho jóvenes que iba caminando por la Costa, entre ellos Lucía que falleció producto de la gravedad de las lesiones provocadas

Al momento del hecho, según el test realizado por agentes de tránsito, Sasso presentaba 1,23 m/g de alcohol en sangre, y luego al pedirle los investigadores la extracción de sangre y una muestra de orina para confirmar esos datos, el joven se negó.

Lunes: Alegatos de apertura y declararon el novio y el papá de Lucía

El debate comenzó el lunes 11 de marzo poco antes de las 9. El presidente del Tribunal Oral N°1, Facundo Gómez Urso, comunicó a las partes que, a causa de una licencia por enfermedad, no iba a participar el juez Aldo Carnevale. En su reemplazo fue designado Juan Manuel Sueyro. La novedad no ocasionó ningún contratiempo pese a que existía la posibilidad de una postergación.

A la hora de los lineamientos iniciales, el fiscal Pablo Cistoldi habló de una “epidemia social como es la siniestralidad en el tránsito” y graficó la brutalidad del siniestro que terminó con la vida de Lucía Bernaola e hirió a varios adolescentes que se encontraban con ella. En este sentido, enumeró que además del deceso de Lucía una decena de jóvenes resultaron con heridas de distintas consideraciones y reparó en que uno de ellos sufrió un traumatismo craneal encefálico y una lesión en un brazo que motivó una intervención quirúrgica.

 “Sasso huyó del lugar para volver a los pocos minutos”, afirmó el fiscal y advirtió que si el joven “no hubiera realizado su deseo de riesgo” de conducir a tan alta velocidad en una zona peligrosa como esa de la costa “el hecho se hubiera evitado”.

Una de las personas que declararon en esa jornada de juicio fue el papá de la joven, el cual expresó: “Todos los días la extraño un poco más. Se me hace muy difícil el día a día, levantarme y saber que no la tengo, no poder abrazarla, ver su sonrisa” como también confesó que el hecho les “arruinó la vida”.

Al ser consultado por su abogado sobre si había tenido algún encuentro o palabra de la familia de Sasso, contó: “Nunca, desde el día en que mató a Lucía, nunca levantaron el teléfono, nunca recibí un llamado telefónico para ver cómo estaba de parte de su familia, si necesitaba algo”. 

Además, recordó que en una audiencia realizada ante la Justicia de Garantías, Sasso habló luego de que la jueza interviniente le preguntara si tenía algo para decir: “Dijo ‘les pido perdón’, pero siento que no lo dijo de corazón y que no fue sincero”.

Sobre el cierre de la primera audiencia, también declaró un joven que era novio de Lucía al momento del hecho y que también resultó herido. Visiblemente conmocionado por la situación describió lo rápido que apareció el auto sobre ellos y los atropelló: “El auto venía por la costa, gritaron ‘el auto’, me chocó y no pude hacer nada. Lo vi, pero inmediatamente me chocó”.

Martes: Los amigos de Lucía Bernaola

El Tribunal Oral N°1, constituido por Facundo Gómez Urso, Pablo Viñas y Juan Manuel Sueyro, programó para la segunda audiencia de juicio la declaración de diez testigos, los cuales todos eran jóvenes que presenciaron el siniestro en la madrugada del 4 de junio de 2017, algunos  de ellos del grupo de amigos de Lucía y otros eran ocasionales peatones.

En tal sentido, para el abogado Maximiliano Orsini el dato principal fue la declaración de un joven que recordó que el auto de Sasso “cruzó volando”, cómo los impactó y la manera en que la víctima quedó tirada en el lugar como también afirmó que el imputado “tenía olor a escabio”. 

Luego de su testimonio, Federico Sasso se descompensó y fue retirado de la sala. Pese a esta incidencia, el debate continuó y los testigos ratificaron que Sasso estaba alcoholizado y que conducía a alta velocidad por la zona de Cabo Corrientes, donde ocurrió el fatal despiste.

Miércoles: Dos amigos de Lucía y otros testigos ocasionales

En el marco de lo que fue la tercera jornada del debate, declararon otros jóvenes que fueron testigos del accidente y el abogado Orsini anunció que desistiría del testimonio de la mamá de la joven, aduciendo que la misma no se encuentra en condiciones psicológicas de poder hacerlo.

Jonatan Ovejero, fue el primero de los testigos que ese miércoles declaró ante el Tribunal y dijo: “Fue un desastre. Esa noche fue un desastre: estaba en la costa con mi primo y ‘Luchi’… Habíamos estado todo el día juntos. Cuando ellos iban a irse les dije que los llevaba con el auto y me dijeron que no, que iban a caminar. A mí no me gustaba esa esquina, me quería ir. Y cuando me iba a subir al auto escuché el ruido, giré y vi los cuerpos volando por el aire”.

Asimismo, detalló: “En ese momento fui corriendo y le grité al que manejaba, que era Sasso: ‘¿Qué hiciste, loco? ¡Me mataste a mis amigos!’ Él no decía nada”. El joven rompió en llanto y conmovió al padre de la víctima, Walter Eloy Bernaola -ex delantero de Aldosivi-, quien presenciaba la audiencia.

Después de Ovejero, fue el turno de declarar de Julián Peralta, otro de los amigos de Lucía Bernaola. “Vi las piernas de mis amigos volar por arriba del auto. Pensé que estaban todos muertos, abajo del cantero. Vi a Lucía aplastada”, manifestó.

Seguidamente, declararon otros dos testigos: un hombre que se encontraba junto a su esposa saliendo de un edificio de la zona, y el empleado de un hotel ubicado a pocos metros del lugar del siniestro. Ambos fueron quienes llamaron a la policía y a una ambulancia.

“No es la primera vez que pasa algo así, incluso con fallecidos. Hace 20 años que trabajo en el hotel y siempre hubo hechos así, pusieron un cartel para que la gente vaya a 30 kilómetros por hora después de que pasó esto y duró muy poco. Lo sacaron. Y va a seguir pasando lo mismo hasta que tomemos consciencia”, añadió el empleado del hotel.

Después de esas declaraciones se hizo un cuarto intermedio y al retomar el juicio se presentaron otros tres testigos. Uno de ellos fue un taxista, quien relató cómo lo había pasado Sasso en su automóvil, a alta velocidad, momentos antes del hecho.

Por otra parte, el abogado Maximiliano Orsini presentó un certificado médico y explicó que desistirá del testimonio de su representada, la mamá de la joven, aduciendo que ella no está en condiciones psicológicas de afrontar ese momento.

Jueves: Los amigos de Federico Sasso

El jueves declararon los testigos Jerónimo Leguizamón, Diego Girasoles y Sebastián Pelliza, los cuales relataron cómo fue el trayecto que hicieron y reconocieron que habían tomado alcohol previamente, aunque especificaron que esa noche vieron a Sasso en condiciones de conducir y que hasta que arribaron a la zona de la costa “manejaba tranquilo”.

Leguizamón relató que, en el trayecto Sasso condujo “tranquilo” pero al momento de tomar la costa “iba rápido”. Además, indicó:“Yo en otras oportunidades, en charlas mientras comíamos algo, le había dicho que anduviera más despacio”.

Asimismo, el testigo también afirmó que luego del accidente, los amigos de las víctimas que salieron ilesos “lo querían linchar”. Por lo que, desapareció unos minutos y luego volvió cuando ya había llegado la policía: “Se entregó llorando y dijo que él era el que manejaba el auto”.

Por su parte, Girasoles y Pelliza reconocieron que los cuatro habían tomado alcohol antes de abordar el automóvil en el que se dirigieron a la costa. Ambos dijeron que iban escuchando música (uno dijo que el volumen era muy alto y el otro que no tanto), y el segundo mencionó que le pidió a Sasso que bajara la velocidad y hasta abrazó a su amigo cuando el conductor aceleró, como en broma por el temor que sentía en ese momento.

En esa jornada incluso, el Tribunal aceptó que la mamá de Lucía Bernaola pueda ingresar a la sala de audiencia y escuchar el resto de las testimoniales, ya que había sido postergada su declaración testimonial, tras presentar su abogado un certificado médico en el que los psicólogos recomiendan que no lo haga porque la misma no estaba en condiciones.

Viernes: Peritos y médica

Por último, la quinta jornada del juicio que se le sigue a Federico Sasso tuvo el protagonismo de voces oficiales ya que los peritos accidentológicos, mecánicos y la médica que revisó al imputado recordaron al Tribunal las conclusiones que presentaron en sus respectivos informes. 

En tal sentido, lo más relevante de esa jornada es que no pudo establecerse la velocidad a la que circulaba el Renault Clío de Sasso en la madrugada del 4 de junio. Ni siquiera pudo usarse el video captado por la cámara de un hotel en el que se observa la embestida contra los jóvenes que caminaban en el paseo costero, pero el perito accidentológico dijo que el despiste en esa curva no se puede producir a menos de 78 kilómetros por hora.

Respecto al automóvil, el perito mecánico confirmó que estaba modificado y que la caja de cambios trabada en la quinta marcha tras el impacto solo podía quedar así si el auto iba a alta velocidad.

Finalmente, la médica de policía que atendió a Sasso a las 9.15 del 4 de junio, es decir a menos de 6 horas del siniestro, dijo que tenía aliento etílico, aunque ante la pregunta de Capparelli admitió que no podía decir cuál era el grado de intoxicación de Sasso en el momento del choque.  A su vez, afirmó que cuando ella lo vio tenía al menos 0.5 de alcohol en sangre. En ese contexto, el defensor ya adelantó que iba a considerar nula la prueba de alcoholemia hecha a Sasso con una pipeta (no con extracción de sangre), la que dio un registro de 1,25.

Lo que queda: Algunos testigos y alegatos finales

En ese contexto, en la última audiencia que se desarrollará el próximo lunes se escucharán a un perito de parte, a un testigo de concepto y a la madre de Sasso. Una vez cerrada la misma, será el turnos de los alegatos que se realizarán en dos jornadas: mientras que el martes lo harían el fiscal Rodolfo Moure y los querellantes Orsini, Marcelo Savioli Coll –por el papá de Lucía- y Mauricio Varela por dos de los jóvenes heridos. 

Un día más tarde será el turno de la defensa y a su término, luego de que la posibilidad de que Sasso de sus palabras finales, se establecerá la fecha de lectura del veredicto y sentencia.

Los jueces Pablo Viñas, Facundo Gómez Urso y Juan Manuel Sueyro definirán la gran duda que se plantó desde el comienzo de la investigación: si los hechos se encuadran dentro de un homicidio simple con dolo eventual o un homicidio culposo agravado que tiene prevista una pena menor.

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