Desde hoy los negocios no esenciales, ubicados en las arterias más transitadas de la Ciudad de Buenos Aires no podrán abrir sus puertas. Los comerciantes de la Av. Corrientes con más de 4000 locales le reclaman al jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, una flexibilización, mientras las míticas librerías ubicadas allí aseguran que de continuar la medida están al borde de la quiebra.

“Volvimos para atrás y nos preocupa mucho porque evidentemente acá hay un grave problema de diagnóstico, ya que de ninguna manera tenemos aglomeración de gente”, aseguró Gustavo Luraschi, presidente de la Asociación Amigos de la Avenida Corrientes, Peatonal Lavalle y Obelisco. Los comerciantes presentaron junto con FECOBA un escrito al gobierno porteño para mostrarle su preocupación ante la medida.

 

Las arterias en donde no podrán funcionar comercios son las zonas que representan el 80% de la aglomeración de gente en la Ciudad. “Considerar al Microcentro y a Corrientes desde Callao hasta Cerrito como zonas de alta aglomeración es una aberración porque acá no vive gente, por lo que ni siquiera se genera movimiento con el comercio de proximidad”, arremetió Luraschi.

“Venimos muy perjudicados y esto empeora aún más nuestro presente. Necesitamos una ayuda del Gobierno, el 50% no nos alcanza, somos una zona atípica, lo poco que podemos vender online, apenas nos permite pagar algunos gastos”, concluyó. Y es que los comercios de Av. Corrientes se nutren del turismo y de quienes van en busca de obras teatros, dos públicos ausentes hoy.

El rubro librería, fue uno de los habilitados hace dos semanas para atender al público, para muchos esa decisión fue efímera. “Más de 50 librerías se ubican en las zonas de gran aglomeración según el gobierno, por lo que no pueden abrir sus puertas”, explicó Juan Manuel Pampin, vicepresidente de la Cámara del Libro.

Las librerías son uno de los rubros más afectados.

Hace un mes las librerías fueron uno de los rubros habilitados para hacer envíos. “Muchas se adaptaron a este sistema de venta online, pero lo cierto es que representa solo un 20% de la facturación. Somos un mercado que ya venía golpeado y hoy esta situación nos preocupa muchísimo”, agregó Pampin quien aseguró que las pymes están al borde de la quiebra.

En la Argentina hay cerca de 1200 librerías, de las cuales 50 tuvieron que cerrar sus puertas en los últimos dos años por la crisis del sector. “Estamos elaborando un pedido al Gobierno para que flexibilicen las medidas para nuestro mercado, sabemos que el contexto es complejo pero nos preocupa el presente y el futuro de las librerías”, sostuvo.