El comercio local reclama por los cortes de luz, que siguen complicando en los barrios

El comercio local reclama por los cortes de luz, que siguen complicando en los barrios

Desde ese sector piden medidas para evitar interrupciones en el servicio. En 9 y 66 hubo nuevas fallas 

Llegó el verano y miles de vecinos y comerciantes platenses ya empiezan a sentir las sacudidas que los cortes de luz imponen a sus rutinas cotidianas. Después de que anteanoche diversos barrios se vieron afectados por fallas en el suministro eléctrico, ayer los inconvenientes regresaron a la zona de 9 y 66, al tiempo que desde la Cámara de Comercio e Industria de La Plata reclamaron medidas para “evitar que se repitan” los frecuentes cortes del anterior verano (ver aparte). En el caso del barrio de 9 y 66, desde el jueves los vecinos experimentaron una falla en una de las fases que, inicialmente, dejó a uno de cada tres domicilios de la zona sin electricidad, situación que ya se había producido la semana pasada. Esta vez, tras detectar el problema, una cuadrilla de Edelap instaló el viernes por la madrugada un enorme grupo electrógeno para satisfacer las necesidades de consumo de los frentistas. La solución fue temporaria y duró hasta ayer al mediodía, cuando después de solucionar las fallas en la red de distribución domiciliaria, los hogares de las cuadras afectadas volvieron a experimentar la falta de luz mientras se desconectaba el generador y se restituía el acceso normal a la red. Pese a la respuesta a su problema, los vecinos expresaron su descontento con una problemática que, dicen, es “moneda común”. “Siempre son las mismas tres cuadras, todo el tiempo”, contó Eduardo Graña, vecino de calle 9. Según explicó, pueden detectarse “a simple vista” las baldosas nuevas allí donde se han quemado los cables y debieron romper la calle para repararlos. “El problema es que en los últimos años se construyeron varios edificios y obvio, es mucho más lo que consumen”, arriesgó Graña. Fueron varios los frentistas que manifestaron su inquietud por el bienestar de muchos de sus vecinos mayores, cuya salud -remarcaron- podría verse comprometida por las altas temperaturas y la falta de medios para refrigerar los ambientes, así como los medicamentos que muchos deben conservar en frío en sus heladeras.

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