La comerciante baleada reclamó seguridad junto a sus vecinos

La comerciante baleada reclamó seguridad junto a sus vecinos
El dramático intento de asalto que antenoche terminó con una madre y su hijo baleados en una verdulería de Villa Argüello, sirvió de disparador para la reunión que ayer a la tarde mantuvieron vecinos con jefes policiales de ese sector de Berisso.
Un dato que no deja de ser paradójico: los comerciantes heridos tienen un parentesco lejano con Mery Vidal Borda, la joven que estando embarazada de seis meses recibió un tiro en las mismas circunstancias, y en la misma ciudad, lo que le costó la vida a su bebita.

La reunión de ayer fue en la verdulería de 80 entre 124 y 125, donde pasó todo y se congregaron unos 30 vecinos. Algunos de ellos expresaron a este diario su preocupación y bronca por los continuos robos que golpean a esa zona desde hace un buen tiempo.

El ataque a mano armada lo concretaron dos motochorros, cerca de las 21 del jueves. Tras interpretar como una señal de resistencia un leve movimiento del hijo de la dueña, Wilson Quispe (21), el ladrón que entró a la verdulería le pegó un tiro en el cuello.

La balada le quedó alojada en la espalda. Y cuando su madre María Cristina Aguilar (53) pedía ayuda a los gritos, fue alcanzada por otro disparo en su antebrazo izquierdo. Pero el asaltante fue reducido a golpes por el esposo de la comerciante y por otro de sus hijos, dentro del local.

Es un menor de 17 años, que minutos después fue detenido por la Policía. Su cómplice, en tanto, es intensamente buscado.

500 FIRMAS PARA UN RECLAMO

El encuentro que se llevó a cabo ayer frente a esa verdulería comenzó a las 18 y se extendió hasta cerca de las 21.30. La principal protagonista fue María Cristina Aguilar, quien con el brazo enyesado estuvo permanentemente acompañada por sus familiares y vecinos.

Entre todos lanzaron airadas quejas a la Policía. Entre los jefes policiales estaban el titular del destacamento de Villa Progreso y el jefe de la Departamental Berisso-Ensenada, Claudio Domínguez Amaya.

Los ánimos se calmaron cuando los jefes policiales confirmaron que ya se habían destinado otros dos patrulleros para reforzar la prevención en las calles.

Y que gestionarán el arribo a la zona de dos policías de la Motorizada. Uno de los hermanos de la comerciante baleada, Mario Aguilar (36), anticipó que “acordamos un encuentro para el próximo lunes, a las 18.30, en el club Villa Progreso de 78 y 123. Y tenemos la promesa de que estará el intendente Enrique Slezack o al menos su hijo”.

A esa reunión llevarán algunos de los reclamos de los habitantes de la zona. Y Aguilar puntualizó que estarán centrados en “la necesidad de que se instalen cámaras de seguridad, mayor iluminación de calles y el arreglo de otras que están intransitables y desalientan el paso de patrulleros”.

Pero la cruzada por conseguir una mayor seguridad no termina en eso. Algunos de los vecinos están abocados a “juntar 500 firmas para pedir que el destacamento pase a ser una comisaría”. Mientras tanto, María Cristina Aguilar contó cómo vive estas horas posteriores al miedo: “La bala me quedó alojada en el antebrazo.

Me pusieron este yeso y este vendaje, mientras que mi hijo sigue internado en el hospital San Martín. Tiene el proyectil en su columna vertebral. No sabemos cuándo tendrá el alta”.

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