Comenzó un capítulo oscuro en Europa

Comenzó un capítulo oscuro en Europa

Todos los refugiados que hicieron la travesía marítima de Turquía a Grecia después del 20 de marzo serán enviados de vuelta si eligen no solicitar asilo o si su reclamo es rechazado. Amnistía criticó la implementación del acuerdo.

Por Laura Pitel y Andrew Connelly *

Desde Lesbos

Tres barcos zarparon cargados de personas que fueron deportadas de las islas griegas a Turquía ayer en el primer día de la polémica implementación del plan de Europa para frenar la marea de gente a sus costas. Un total de 202 personas de países como Pakistán, Afganistán, Irak, Irán y Somalia los acompañaron a los transbordadores antes de volver a hacer el viaje en la dirección opuesta por el que previamente habían pagado cientos de dólares para viajar en botes precarios con la ayuda de contrabandistas.

El primer día fue en gran medida simbólico. Las autoridades de la Unión Europea dijeron que ninguno de los deportados había solicitado asilo en Grecia y todos habían partido voluntariamente. Los críticos, sin embargo, advirtieron que las expulsiones en masa marcaron el inicio de un nuevo capítulo oscuro en la historia de Europa.

Amnistía Internacional lo describió como “el primer día de un momento muy difícil para los derechos de los refugiados”. Giorgos Kosmopoulos, el director del grupo Grecia, acusó a la Unión Europea (UE) de “seguir adelante con un acuerdo peligroso” a pesar de la preocupación por la falta de protección a los refugiados en Turquía.

En virtud de un pacto alcanzado entre Bruselas y Ankara, todos los que hicieron la travesía marítima de Turquía a Grecia después del 20 de marzo serán enviados de vuelta si eligen no solicitar asilo o si su reclamo es rechazado.

A cambio, la UE ha prometido una serie de incentivos a Turquía y se comprometió a reubicar a un sirio por cada uno que se devuelve. Ayer, 16 sirios aterrizaron en la ciudad alemana de Hannover, como parte del lado europeo de la negociación, con 16 migrantes más que debían llegar más tarde ese día. Un grupo de otras 11 personas llegó a Finlandia.

Los funcionarios se preparan para escenas caóticas cuando los que se opongan a la expulsión sean enviados de vuelta por la fuerza, pero las primeras deportaciones parecieron calmas. En la isla griega de Lesbos, el primer grupo de 136 personas se habían reunido al alba y fueron acompañados a dos pequeños transbordadores. Un pequeño grupo de manifestantes fuera del puerto gritó “¡debiera darles vegüenza!”. Otras 66 personas de la isla de Quíos fueron conducidos hacia el tercer barco.

Las naves fueron escoltadas por la guardia costera turca, con el helicóptero zumbando encima, a la ciudad portuaria turca de Dikili. A medida que los pasajeros desembarcaron, las autoridades izaron la lona para ocultar la vista de decenas de fotógrafos y reporteros que esperaban. Las imágenes publicadas por la agencia de noticias Anadolu estatal turca mostró las llegadas cuando se les tomaban las huellas dactilares y se les daban mantas antes de ser subidos a micros.

Las autoridades de la UE dijeron que ninguno de los deportados había solicitado asilo en Grecia y todos habían partido por propia voluntad. La gran mayoría eran hombres, y había gente de Pakistán, Bangladesh, Irak, Afganistán, Irán, Congo, Somalia y Costa de Marfil. Dos sirios estaban entre los que fueron enviados de vuelta, pero el ministerio de protección civil griego dijo que habían pedido volver. La agencia Andaolu dijo que los sirios serían ubicados en campos de refugiados, mientras que los otros serían deportados.

No quedó claro por qué el grupo inicial de personas se había ofrecido a regresar. Melissa Fleming, portavoz de la agencia de refugiados de la ONU, dijo que su personal había hablado con aquellos que fueron deportados, y que “no habían expresado su deseo de solicitar asilo”. Grupos de derechos humanos y voluntarios advirtieron que muchos de los refugiados y los migrantes pueden estar confundidos o desconocen sus derechos. Se espera que las próximas deportaciones sean más lentas.

Cerca de 4000 personas se encuentran recluidas en condiciones de hacinamiento en las islas griegas. Aunque las cifras han caído mes a mes, las personas han seguido llegando. Alrededor de 330 personas llegaron en barcos solamente ayer por la mañana.

Todavía no hay suficiente personal para cumplir con las necesarias solicitudes de asilo por la vía rápida. Un funcionario griego dijo sólo 20 personas en Lesbos serían elegidas para una deportación inmediata.

Existe el temor de una creciente agitación en los centros de detención, donde los choques violentos ya han estallado, y de fuerte resistencia entre quienes se vieron obligados a volver contra su voluntad. Jamshed, de 31 años, mecánico de Lahore, pagó 5000 dólares para llegar a Grecia desde Pakistán. Hablando a través de la alambrada del campo de detención de Moria en la isla de Lesbos, dejó en claro que no estaba dispuesto a volver a Turquía. “Cada día hay explosiones de bombas en Pakistán, es por eso que vine aquí”, dijo. “Nuestro futuro está en Europa.”

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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