La jefatura de la UR II dio detalles del funcionamiento de la flamante unidad además de responder inquietudes respecto a los edificios policiales que se están construyendo, los reclamos de vecinos en Rancul y furtivismo, entre otros.

El titular de la Unidad Regional II, comisario mayor José Alberto Morales, confirmó ayer la incorporación de 6 efectivos al Comando Radioeléctrico, recientemente egresados desde el Instituto Superior Policial y capacitados como motoristas. Los mismos, de acuerdo a lo confirmado por el jefe policial, se instruyeron especialmente en la tarea de persecución, en la forma de concurrir a una “presencia” policial en emergencia, evitando posibles siniestros. Para lamento de la fuerza y de la comunidad no son pocos los casos en que este tipo de contingencias se han dado provocando, en algunos casos, víctimas fatales.

“Al personal se lo capacitó en muchas cuestiones, incluido el mantenimiento diario de la motocicleta. Casi podríamos estar hablando de una fuerza de elite, con una capacitación mayor respecto al manejo de la unidad porque, lo vemos a diario, las motos son protagonistas de innumerables situaciones y el policía debe ser responsable del manejo”, afirmó Morales, agregando que capacitaciones similares recibe anualmente el personal a cargo de la conducción de patrulla y otro tipo de vehículos de la fuerza, “todos sabemos que estamos dentro de una ciudad, donde se debe proteger la vida propia y de terceros”, añadió.

Claro está que no solo en conducción se concentró la instrucción de los flamantes incorporados, sino que la misma comprendió un abanico de ítems propios de la fuerza. “Esta patrulla reforzará preventivamente al resto de las comisarías, lo iremos viendo de acuerdo a la necesidad de servicio. Esta fuerza revistará en el Comando Radioeléctrico que tiene su propia estructura de mandos encabezada por un comisario inspector y 2 comisarios, uno de estos comisarios se capacitó en el manejo de motoristas para supervisar a estos efectivos y a la vez trabajar a la par. Dejo aclarado que en el CR ya hay personal capacitado anteriormente, por eso ahora el número de motoristas es mayor”.

Morales fue consultado respecto al avance de la obra de remodelación en la sede de comisaría segunda. “He pasado por allí y veo que el avance es importante, desde el exterior, pero hay que observar si el interior también está acorde a ese avance, porque a veces es lo que más demora, aún no tenemos una fecha concreta de inauguración, al igual que la dependencia del (barrio) Ranqueles y la comisaría de Realicó que está a punto de finalizarse”, sostuvo.

El jefe comunal no esquivó responder sobre la reciente movilización de vecinos residentes en Rancul, reclamando por mayor presencia policial para frenar los continuos actos delictivos. “Estuve allí, ellos se manifestaron por una serie de hechos que venían ocurriendo, pero las estadísticas de lo que está sucediendo allí y en otras localidades del norte en materia delictiva no ha variado respecto al último año, considero bien que se preocupen. Lo que más se reclamó es el escaso recurso humano existente, por eso llegaron refuerzos que ya habían sido previstos”, explicó Morales. Por otra parte, el titular de la UR II no dejó de reconocer que las mismas falencias que se presentaron en Rancul emergieron en dependencias como Realicó o Trenel, entre otras.

Furtivismo

La reciente aparición de un caso de furtivismo en General Pico, con la matanza de 9 ciervos (7 hembras y 2 machos), apareció como un hecho inédito, pero el tema no sorprendió al comisario general que viene con experiencia en materia de seguridad rural. “El delito rural nunca desapareció, pero en el caso de los ciervos evidentemente se trata de un hecho de furtivismo que roza el delito por la forma en que se dio. Siempre está presente el furtivismo, pero en los últimos años pareciera que se potenció y sospechamos que es por un mercado negro existente, porque evidentemente 9 ciervos faenados no pueden ser exclusivamente para consumo. Hay un mercado negro donde sabemos que hay muchos foráneos que quieren probar la carne de ciervo, jabalí o alguna otra especie autóctona. A La Pampa llega mucha gente de otras provincias para cazar este tipo de animales, y una gran parte lo hace de manera ilegal, pero no es menos cierto que hay muchos cazadores establecidos en General Pico que se dedican a la actividad en calidad de furtivos, y eso se activa lógicamente porque existe un mercado que da ganancias muy buenas”, analizó.