Lo que en Pergamino hubiera sido, tal vez, un acto protocolar más, en Guerrico fue una verdadera fiesta popular. La decisión de concretar en los pueblos del Partido varios de los actos oficiales que recuerdan fechas puntuales de la historia nacional es un acierto que debe seguir aplicándose.

El domingo fue el momento de celebrar el Día del Respeto a la Diversidad Cultural, el recordado 12 de octubre que evoca la llegada de los españoles a América y que hasta hace pocos años era recordado como Día de la Raza.

El acto que organizó el Gobierno de Pergamino fue en el Anfiteatro Monseñor Ponce de León y el orador principal fue el intendente Omar Pacini. También ofrecieron sus palabras el presidente de la Casa de la Cultura de Guerrico, Edgardo Di Pego; la docente de la Escuela Primaria Nº 20 Carina Micchio en reemplazo de la directora, Stella Maris Aguilera que no pudo asistir por un problema personal, y la directora de la Escuela Secundaria Nº 9, Marta Epelbaum.

Tras los discursos hubo un homenaje a los inmigrantes y una distinción a Christiane Van Leuffel. 

En esta ocasión se desarrollóel Festival del Reencuentro de Guerrico que contó con una feria de artesanos, muestra de proyectos de la Casa de la Cultura de Guerrico y un cierre musical a cargo del Coro Municipal de Niños y Jóvenes, el Coro de Guerrico, el Coro de Familias de Acevedo y los grupos “Fogoneros Sin Arreglo”, de Pergamino y “Estilo Bajo”, de La Violeta. 

El acto comenzó poco después del mediodía y la fiesta, con muchísima gente de Guerrico y de los pueblos vecinos, además de personas llegadas desde Pergamino, se extendió hasta el anochecer.

Pacini

“Hoy las circunstancias son distintas a la hora de dar un discurso, porque estoy en mi pueblo, estoy a menos de 100 metros de mi casa, y a pocas cuadras de la escuela donde abrevé los primeros conceptos educativos y que me sirvieron para una formación que con el paso del tiempo me llevaron a ocupar, quizás inesperada y a lo mejor impropiamente, este cargo de intendente municipal del Partido de Pergamino”, dijo Pacini al iniciar su discurso

Siguió diciendo: “cuando iba a la Escuela Nº 20, el 12 de Octubre era el Día de la Raza, y esa fecha había sido instituida en los principios del Siglo pasado por un patriarca de la democracia argentina como lo fue don Hipólito Yrigoyen. Después, con el paso de los años, en 2010 un decreto presidencial indicaba que se cambiaba la denominación y pasaba a tomar el nombre que tiene ahora. Respetuosamente lo acepto, pero quiero reconocer que en la Argentina tenemos la particularidad casi recurrente de acceder siempre a los caminos por el atajo más directo y ubicarnos en los extremos. Yo no puedo reconocer como legítimos o como propios los genocidios que cometieron seguramente aquellos a quienes el paso de la historia, llevados de la mano por algunos industriales de las editoriales convertidos en críticos literarios y en historiadores, nos hicieron creen que eran excesivamente colonizadores. Lo fueron con algunas contradicciones notorias, porque esta parte del mundo que se llevó por delante un italiano representando a los españoles paradójicamente, como lo fue el genovés Cristóbal Colón, ni siquiera llevó su nombre, porque se le puso el nombre en homenaje a Américo Vespucio. Pero son las contradicciones propias de este perfecto componedor de imperfecciones que es el ser humano y uno se tiene que acostumbrar a eso. Yo no estoy de acuerdo con aquellos genocidios pero tampoco hay que desconocer la importancia de la llegada de los españoles a América. 

“Porque aquellos españoles que estuvieron en la América nuestra dieron las pautas necesarias para crear una cultura de la que todos hemos aprendido. Hubo universidades, sitios que tienen enorme importancia para la vida de los pueblos fueron constituyendo el germen necesario para que aquella semilla se convirtiera en un crisol de razas con aquellos habitantes de aquellos lugares en que algunos hayan sido diezmados, lo reconozco, pero también de esa gente surge el génesis de lo que somos nosotros acá, en este momento, en este pueblo, en mi pueblo, donde el 95 por ciento o más somos hijos o descendientes de inmigrantes, y respetuosamente en nombre de esos inmigrantes no podemos de ninguna manera soslayar aquel Día de la Raza al que yo invocaba cuando tenía 9 ó 10 años. 

“Quiero hacerles entender que para mí el 12 de Octubre significaba el de 1916 cuando asumió Hipólito Yrigoyen, el de 1922 cuando le dio la banda presidencial a Marcelo Torcuato de Alvear y sobre todo el de 1963 cuando asumió la Presidencia de la Nación uno de los más notables ilustres pergaminenses que hayan pisado la tierra: don Arturo Illia. En nombre de esa democracia, de ese crisol de razas, de esos inmigrantes cuyos descendientes estamos esta tarde acá disfrutando, muchas gracias por la presencia y les ruego que olvidemos un poco la vieja historia pendular de los argentinos que nos hace ubicar por un lado o por el otro.

“No quiero referirme al Colón desmantelado al lado de la Casa de Gobierno, pero tampoco quiero ponerlo como un ídolo o como un líder. No obstante hay que reconocer los valores que alguna vez tuvieron (los españoles) y reconocer la enorme importancia de los pueblos de esta América postergada, dividida, lacerada muchísimas veces, que se levantó de sus cenizas y que hoy constituye un ejemplo para el mundo.

“En nombre de esa seguridad absoluta de que está todo listo para que seamos todos una sola cosa, repito algo que sigo siempre que me toca hablar: me iré lentamente con el último aplauso, yo sé que nos veremos otra vez en la vida y les dejó aquí lo que tengo: una mano tendida”.