Finalmente, después una negociación que duro más de un mes, con manifestaciones incluidas, la toma de la planta y el rechazo contundente por parte la compañía de un plan de reconversión productiva, los trabajadores de la metalúrgica de Renault en Tandil optaron por aceptar la propuesta de la automotriz francesa y la cartera de Trabajo. Los ahora ex empleados recibirán un paquete indemnizatorio del 110%, compra de vehículos y 160 mil pesos de cobertura médica. Además, se acordó la creación de un programa de reinserción laboral.

Si no se llegaba a este acuerdo, y según los plazos marcados en la conciliación obligatoria, la compañía tenía vía libre de despedir a los empleados a partir del miércoles en las condiciones que establece la Ley.

“Tras aproximadamente 70 años de vigorosa actividad Renault Argentina dispuso el cierre definitivo de la empresa, emblema local y nacional de la industria metalúrgica de la fundición”, expresaron los profesionales y agregaron que por la empresa pasaron más de 25000 tandilenses y vecinos de la región, “entre los cuales se destacan cientos de colegas ingenieros. Esta cifra indica que en promedio cada familia tuvo un integrante trabajando en la empresa”.

En cuanto a la productividad y crecimiento d la empresa, desde el Colegio advirtieron que “la extraordinaria actividad significó una formidable fuente de ingresos, prosperidad y autoestima para la empresa y como consecuencia para la población de la ciudad”.

La misma carta firmada por los directivos del Centro de Ingenieros, recuerda las décadas de los 90 donde Renault había decidido cesar las actividades en Tandil “la controlante empleó una serie de medidas para desalentar a sus propios empleados como a sus clientes, algunas de las cuales muy poco éticas e inmorales lo que lisa y llanamente fue un vaciamiento premeditado de la actividad. La considerable moral de sus empleados, la formidable consideración de sus clientes, y la oposición de toda la población hizo que este proceso se extendiera por más de 20 años”.

 Entre los pedidos que realiza el Colegio de Ingenieros a la empresa, le piden “que se informe a nuestros colegas que el grupo Renault y sus controladas Nissan y Mitsubishi están abandonando a nuestros vecinos luego de obtener miles y miles de piezas que seguramente les significo un enorme beneficio económico y dejar a la ciudad con millones de toneladas de residuos industriales un pasivo significativo económico y social, y un extraordinario pasivo moral”.

Un detalle no menor es el siguiente pedido, entre otros, del Colegio “que se transmita a nuestros colegas que al adquirir un vehículo Renault, Nissan o Mitsubishi en realidad se está avalando el indigno abandono de una ciudad que colaboró con una empresa de extraordinario poderío económico sin escatimar esfuerzos”.