El código de publicidad produjo un impacto en la peatonal y Rivadavia

El código de publicidad produjo un impacto en la peatonal y Rivadavia
Para algunos comerciantes, el sector está desmejorado. Cuestionan la falta de iluminación e identificación de los locales. Para otros, la nueva reglamentación hizo más prolijos los frentes. El municipio planifica una promoción conjunta de los negocios del microcentro.
Los comerciantes de la peatonal San Martín y de su paralela Rivadavia tienen opiniones disímiles sobre el aspecto que adquirió ese sector comercial tras la implementación del nuevo Código de Publicidad, pero si en algo coinciden es que la nueva estética no incide para nada en las ventas.

La puesta en práctica de la reglamentación municipal, en noviembre de 2012, obligó a remover grandes carteles y marquesinas y cambiarlos por otros de menores dimensiones. Para algunos, el cambio le quitó brillo e iluminación a la zona y dejó sin identificación a los negocios. Para otros, la apariencia mejoró, pero no contribuyó a incrementar la rentabilidad en un contexto económico dominado por la inflación.

"La falta de iluminación y de identificación de los locales es una realidad tanto en San Martín como en Rivadavia. En nuestro caso, los locales tienen muchos años y están identificados. Pero no pasa lo mismo con otros. Vas por Rivadavia y es un desastre ver las cortinas al aire libre", lamentó Jorge García, gerente del negocio de prendas y artículos deportivos Rossi Rossi.

"En general, diría que todo esto no favoreció en nada. Nosotros mantenemos el tipo de cartelería acorde, pero son carteles que pasan desapercibidos. Además, son muy pocos los locales que se han aggiornado. Nuestros competidores de San Martín y San Luis le dan una entrada distinta a la peatonal, pero seguís caminando y ves cosas que la afean muchísimo. Y cuando cae la noche, antes estaba la iluminación de la cartelería, pero ahora no hay nada. Y se nota más por la calle Rivadavia", agregó.

Para García, una de las cuentas pendientes es que los frentes de los comercios sean más coloridos. Porque, por más que haya una iluminación central, los locales pierden atracción si no invierten en mejores vidrieras.

Roberto Manna, gerente del local que tiene en calle Rivadavia la tienda de ropa para hombres Seijo, es igualmente duro. "La zona ha desmejorado totalmente. Acá teníamos una marquesina, iluminación y carteles de primera, pero todo eso tuvimos que sacarlo. La gente pasa y el negocio no está señalizado. El turista está totalmente desorientado", se quejó. Y agregó: "Muchos comercios tuvieron que volver a poner los viejos toldos".

Antes, cuando llovía, los peatones podían seguir mirando vidrieras porque se refugiaban bajo las marquesinas. "Ahora cuando empieza a lloviznar no queda nadie", advirtió Manna. "Notamos un cambio para mal".

No todos creen que las modificaciones perjudicaron la estética. Francisco Mendes, propietario de .Terra, un comercio de ropa femenina ubicado en Rivadavia entre Mitre y San Luis, consideró que la zona "está más prolija".

"La marquesina que nosotros teníamos estaba más o menos acorde a la reglamentación. No tuvimos que modificar casi nada, sólo el espesor de las letras. A mi entender, así queda mejor: antes cada negocio hacía lo que quería y en algunos casos quedaba muy mal. Ahora, en algunos lugares quedó una estructura linda, clásica. A la vista me parece más bonito".

Con todo, aseguró que "el rédito comercial no varía", y explicó: "Los clientes van mirando las vidrieras, no la marquesina".

Dos realidades

Desde la calle Santiago del Estero hacia la costa, la peatonal San Martín y Rivadavia presentan un aspecto distinto al que ofrecen desde esa transversal hacia Hipólito Yrigoyen. Un funcionario municipal buscó explicar la diferencia: "En un lugar están los comercios más caros y, hacia la costa, los más populares".

Las persianas bajas en algunos locales contribuyen a empobrecer las últimas cuadras antes de llegar al bulevar marítimo. En la esquina de Rivadavia y Corrientes hay un local sin explotación comercial, lo mismo que en San Martín y Entre Ríos.

Una de las características de la zona es que confluyen todas las líneas de los colectivos urbanos. "Están los locales más caros, que están cercanos al shopping, pero además el sector tiene una zona con afluencia de personas con un nivel socioeconómico menor, que van a comercios que trabajan más con el volumen que con la calidad", explicó el subsecretario de Comercio e Industria, Blas Taladrid.

La zona forma parte del programa de centros comerciales a cielo abierto que impulsa el municipio con el objetivo de incrementar las ventas y la rentabilidad de los comercios. Para eso, según Taladrid, es fundamental que se realice una promoción conjunta del sector y que haya "asociatividad" entre los comerciantes.

El funcionario reconoció que fue el centro comercial más difícil de delimitar. Finalmente lo establecieron en San Martín y Rivadavia entre Independencia y la costa y las calles transversales.

El primer paso será la designación de "un gerente" elegido por los comerciantes. Entre los planes está la creación de un logo que identifique la zona y una página web como la que ya se configuró para el centro comercial Alberti (ccalberti.com.ar).

Taladrid mencionó la necesidad de aprovechar desde el plano turístico la cercanía con edificios históricos, como el del Palacio Municipal, el Teatro Colón y la Catedral, así como los cines y los locales de entretenimiento.

"La peatonal San Martín sigue siendo el punto en el que quieren estar todas las marcas porque tracciona las ventas", aseguró. "Junto con la calle Rivadavia, es el centro comercial a cielo abierto más concurrido. Un turista pasa sí o sí por ahí, aunque no le guste. Y los marplatenses también".

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