Cobos responsabilizó a Levín de las torturas

Cobos responsabilizó a Levín de las torturas

El empresario ingresa al recinto.El ex detenido político Víctor Manuel Cobos responsabilizó al empresario Marcos Jacobo Levín por la persecución, la detención y los tormentos a los que fue sometido entre enero y abril de 1977 por parte de efectivos de la Comisaría Cuarta de esta ciudad, que en los años de la última dictadura funcionó como centro clandestino de detención.

Cobos declaró ayer, tras el inicio formal del juicio oral y público, el octavo por delitos de lesa humanidad que se lleva a cabo en la provincia, al empresario del transporte y la rama hotelera.

“La persecución que sufrí fue por las luchas en contra de la explotación de los trabajadores de La Veloz”, afirmó. Para ejemplificar, enumeró cuatro hechos de persecución: en una ocasión que verificaba el acatamiento a una medida de fuerza fue seguido por ocupantes de un automóvil que “acribillaron a tiros” su auto. En otro paro, “el señor Levín ordenó a la Policía que nos llevaran detenidos” y llevó gente del Ejército para que condujeran los colectivos. Otra vez fue detenido por el policía Víctor Hugo Bocos, que es juzgado en este proceso, y lo llevaron al galpón de la transportista, donde lo golpearon en presencia del empresario; entonces Bocos lo amenazó: le dijo que la próxima “iba a ir más allá”.

Finalmente el 22 de enero de 1977 fue detenido por Bocos, otro policía de apellido Figueroa y Enrique Cardozo, otro juzgado en este juicio. En un automóvil Ford Falcon celeste, que pertenecía a la empresa, fue llevado a la Comisaría 4°, donde lo torturaron  durante 3 días para que firmara una declaración asumiendo responsabilidad en una supuesta estafa. Cobos, que durante todo su testimonio se mostró firme, se quebró en el momento de narrar la tortura: “no la puedo describir”, se excusó. “Lloraba de impotencia (…) En una de las sesiones (de tortura) yo les pedí que me mataran porque no aguantaba más”, contó.

 

Radio y moto

Igual que su ex compañera de trabajo, Sonia Rey, que declaró a continuación, recordó como un elemento más de la tortura la radio encendida a todo volumen y una moto sin escape que también se encendía para tapar los gritos de los torturados. Cuando no estaba en la sala de tormentos, escuchar que se encendían la radio y la moto era el aviso de que iban a torturar a alguien, a alguno de los compañeros detenidos. “¿Qué sentía en esos momentos’”, quiso saber el abogado querellante Oscar Rodríguez: “Lástima por los compañeros torturados, bronca por los torturadores e impotencia por no poder hacer nada”, respondió. Entre lágrimas, Rey dijo que aquella música la persigue aún hoy.

Esos 3 días Cobos los pasó en una celda sucia, sin posibilidad de higienizarse, sin baño y sin comida. Al cabo, con una pistola en la espalda y en presencia del juez Jorge Trincavelli (fallecido) firmó la declaración y recomendó a sus compañeros hacer lo mismo, convencido de que de lo contrario los matarían. En esas circunstancias el traslado a la cárcel de Villa Las Rosas “fue como una liberación”, aunque ahí también recibió maltratos.  

En abril, tras ser liberado, Cobos fue exonerado de La Veloz y tuvo que exiliarse. Y aunque algunos de los otros detenidos mantuvieron su puesto de trabajo, los reclamos gremiales fueron desarticulados.

Los hechos que se investigan en este proceso se cometieron en 1977. Veinticuatro trabajadores de la empresa La Veloz del Norte fueron acusados por Levín de una supuesta estafa, 21 fueron detenidos y al menos 15 fueron torturados y se los obligó a firmar “confesiones”; entre ellos estaba Cobos, que era delegado gremial e integraba la conducción de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), un gremio que venía enfrentado con el peronismo ortodoxo y la burocracia sindical desde los tiempos del gobierno de Miguel Ragone, intervenido en noviembre de 1974.

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