Red cloacal: radiografía de un sistema en crisis

Red cloacal: radiografía de un sistema en crisis

Se multiplican las señales de alarma: la red está colapsada pese a que sólo el 40% de los hogares está conectado. Para empezar a resolver el problema hay que invertir $ 260 millones.

 

Una ciudad turística que crece sin pausa, que produce cada vez más desechos y que se extiende sobre la costa de un lago de aguas transparentes debería contar con un eficiente sistema de tratamiento de efluentes cloacales.

Con esa prioridad asumida e incorporada, Bariloche estrenó en 1994 una planta depuradora modelo, que pareció inaugurar una nueva era. El complejo construido sobre la costa del Nahuel Huapi y operado por la CEB cubría entonces con holgura la demanda y tenía capacidad para conectar nuevos usuarios.

Pero transcurrido el tiempo las inversiones se paralizaron, el volumen de efluentes se multiplicó y empezaron a sonar las voces de alarma.

Las imágenes recurrentes que muestran el volcado de líquidos cloacales crudos al Nahuel Huapi no hicieron más que promover el enojo de la población local y también de otras latitudes, que suman presión para “salvar” a Bariloche y su entorno de una contaminación irreversible.

Los colectores troncales, sobreexigidos, sufren roturas constantes y la planta de tratamiento colapsó en cámara lenta. Pero la reacción de los funcionarios que deberían tomar las decisiones fue más lenta todavía.

Otro “reactor” biológico

Desde hace años todos aceptan que hace falta un segundo “reactor” biológico, es decir una ampliación que duplique la capacidad de tratamiento actual. Pero el dinero no aparece. Lo único que evoluciona es el presupuesto necesario para la obra: que en el último cálculo fue fijado en 260 millones de pesos.

Durante años los gobiernos rionegrinos (responsables del poder concedente) negaron la existencia de contaminación y consideraron exageradas las denuncias. Pero ahora en el Departamento Provincial de Aguas ya admiten que la ciudad está en “emergencia ambiental” y que urgen las decisiones de fondo.

El gerente de la CEB, Federico Lutz, explicó que el sistema de saneamiento cayó en crisis porque “lo ideal sería estar adelantado cinco o seis años en materia de inversiones” y contar con una planificación que hoy no existe.

Estimó que la curva descendente en la calidad del servicio comenzó en 2004 y hoy la planta depuradora está muy lejos de contar con una capacidad ociosa cercana al 30% para absorber los picos, como dicen los técnicos.

Las instalaciones que opera la CEB pueden procesar entre 22.000 y 23.000 m3 por día. Actualmente llegan a recibir hasta 26.000 m3. Además, descargan allí los camiones atmosféricos que vacían pozos en toda la ciudad, más los que traen los desechos de Dina Huapi y los lodos de otras plantas particulares, como la del hotel Llao Llao.

Conexiones flexibles

Los motivos de la saturación tienen que ver en parte con el criterio flexible que se aplicó durante años para otorgar “factibilidades” de conexión a nuevos usuarios. Lutz señaló que la Cooperativa está obligada por imposición del DPA a brindar el servicio a todo aquel que tenga red cloacal en la puerta de su inmueble. El volumen del efluente creció en forma geométrica, aun sin ampliar el área servida, porque donde había una vivienda familiar hoy existen en muchos casos edificios de 50 departamentos o más.

De esa forma, el sistema de saneamiento barilochense se transformó en una muestra más del deterioro que general que padece la infraestructura básica de la ciudad, desde el puerto San Carlos y la red de escurrimiento pluvial hasta los accesos viales y el servicio eléctrico. En la actualidad sólo cuentan con servicio de tratamiento de efluentes el 40% de los vecinos de Bariloche, y hay barrios enteros con su red cloacal terminada que no se pueden conectar.

El “plan director” original quedó a un lado y con los años se instalaron la desinversión y la dejadez, hasta configurar un problema que hoy muchos definen como “estructural”.

El tratamiento y el destino final de los efluentes pasó a ser un tema de alta sensibilidad, reciclado cada tanto por las fotos que muestran la “mancha” de restos fecales sobre el lago, o bien cuando el olor inconfundible denuncia desperfectos en alguna estación de bombeo.

El tema también tiene alta prioridad en la agenda política. La falta de resultados que arrastra el gobierno provincial en la concreción de obras de saneamiento está desde hace tiempo en la mira de la oposición, que ha señalado una y otra vez las promesas incumplidas.

Conciencia

La movilización ciudadana en defensa del lago convocó en mayo pasado a una multitud. Uno de los organizadores de la marcha, que terminó en la playa ubicada junto al puerto San Carlos, señaló que era sólo “el primer paso, para que la gente tome conciencia” sobre lo que estaba en juego.

La preocupación llegó a la Justicia Federal, que tramita un amparo presentado hace cinco años por la Defensoría del Pueblo de la provincia. Otra demanda similar plantearon la senadora Magdalena Odarda y la organización Árbol de Pie ante el STJ provincial, con la expectativa de que sean unificadas.

Entre las cifras que describen la situación, basta con señalar que los usuarios de cloacas servidos en la actualidad son 23.400 y la demanda insatisfecha es de otras 13.100 “factibilidades” en suspenso. Los barrios con cloacas son los del casco céntrico, algunos del oeste (hasta el kilómetro 8) y parte del este de la ciudad.

Como la intención inicial fue garantizar la salud del lago, el sistema de tratamiento de Bariloche es de tipo “terciario”, ya que incluye la eliminación de contaminantes químicos y biológicos y la neutralización final de los lodos, que se emplean en la producción de compost. Los efluentes líquidos van al Nahuel Huapi, con parámetros de volcado más exigentes que los de otras plantas “convencionales”.

Definitivas y provisorias

Solucionar el déficit actual del sistema depende de una megaobra que requerirá financiamiento externo y demorará no menos de tres años. Por eso los organismos con incumbencia en el tema, que no son pocos (el DPA, Parques, el municipio, Medio Ambiente de la provincia, el Ente Nacional de Obras Hídricas y Saneamiento, la CEB como prestadora) trabajan en un plan de obras provisorias para mejorar el servicio en lo inmediato.

Por estos días evalúan una propuesta de la CEB para mejorar la red de colectores troncales, a un costo de 30 millones de pesos, según informó Lutz.

Desde Parques aseguraron que el gobierno nacional otorgó prioridad a la depuración de efluentes en Bariloche y quiere tener listas las obras de contingencia para el próximo verano, propuesta de la CEB para mejorar la red de colectores troncales, a un costo de 30 millones de pesos, según informó Lutz.

Desde Parques aseguraron que el gobierno nacional otorgó prioridad a la depuración de efluentes en Bariloche y quiere tener listas las obras de contingencia para el próximo verano.

OpiniónUna bomba de tiempo que tiene un solo responsableSi con el 40% de los hogares, comercios e industrias de Bariloche que están conectados a la red cloacal, el sistema está en crisis y genera excedentes que se vuelcan crudos al lago, la ciudad está en un problema mayúsculo. Y el único responsable de garantizar no sólo el servicio sino la calidad de la fuente de agua pura más grande del norte de la Patagonia, es el gobierno provincial.El 60% que no está conectado a la red vierte sus residuos cloacales a las napas subterráneas que se nutren del agua pura que baja de los cerros. No vaya a ser que en pocos años el acuífero termine contaminado.La concesión del saneamiento a la CEB no diluye la responsabilidad. La primera solución es una sola y cuesta 260 millones de pesos.Martín BelvisEl datoLa CEB puede procesar entre esa cifra y 23.000 m³. Hay días en que recibe 26.000 m³. Se aconseja un 30% de capacidad ociosa.22.000 m³El saneamiento, bajo déficit crónicoSegún la CEB, la concesión funciona a pérdida desde hace años y el quebranto se acentuará en lo inmediato si el DPA no lo reconoce en las tarifas. El último ajuste que pidió la CEB buscó atender los aumentos salariales y el nuevo precio de la energía eléctrica, un insumo clave de la planta depuradora y las bombas de impulsión.El gerente de la Cooperativa, Federico Lutz, dijo que recientemente el DPA convalidó el aumento, que será aplicado desde octubre, pero no cambiará el cuadro económico general, porque irá a atender los mayores costos “hacia adelante”, pero no compensará los ya absorbidos. La enorme mayoría de los usuarios (los domiciliarios y los comerciales) pagan sumas fijas de cálculo “presunto”. Sólo 206 clientes (hoteles y hosterías) reciben una factura “medida”, en función del consumo de agua.Un usuario residencial paga hoy en promedio $ 66,61 por mes y con el aumento la factura subirá a $ 105,91. Para los comercios de uso “medio” de la red la factura es de 

$ 1.086,89 y un hotel con un consumo de 400 m³ por mes paga 2.199,93. Con el aumento, estos últimos pasarán a abonar 3.497,89 pesos.Los ingresos estimados de la CEB por el saneamiento para este año son de $ 31,3 millones de y las pérdidas llegarían a 4,7 millones. En el nuevo cuadro de costos el mayor desfase aparece en el gasto por energía eléctrica.En el actual cuadro tarifario la prestadora tiene reconocidos sólo $ 1,6 millones anuales por electricidad y con el precio actual de ese insumo deberá desembolsar 4,3 millones, mientras que en 2017 serían $ 9,1 millones. Según el planteo que la CEB presentó al organismo regulador el quebranto del servicio de saneamiento llegaría el próximo año a los $ 14,4 millones.

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