Las 5 claves de la arquitectura como herramienta para potenciar la rentabilidad de las Estaciones de Servicio

Las 5 claves de la arquitectura como herramienta para potenciar la rentabilidad de las Estaciones de Servicio

El Arquitecto Patricio Pon, quien diseñó y construyó la Shell más grande del país y está desarrollando dos nuevas estaciones que se inauguraran antes de fin de año, destaca cuáles son los aspectos que se deben tener en cuenta a la hora de diseñar una expendedora a partir de los criterios que demandan los tiempos que corren.

Su oficina “PON – Estudio de Arquitectos”  tiene una importante trayectoria en desarrollo de obras de escala. El año pasado remodeló la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) y se embarcó en proyectos comerciales y reformas de estaciones existentes.

Asimismo, el Estudio está montando otra importante expendedora, embanderada también por la firma concesionada por Raízen, llamada Martinolli, ubicada también en Córdoba.

Tras recoger estas experiencias, el Arquitecto Patricio Pon teoriza acerca de cuáles son los 5 aspectos más relevantes que debieran tenerse en cuenta a la hora de diseñar y construir una Estación de Servicio.

Lograr el máximo beneficio por metro cuadrado

Los espacios mal aprovechados afectan directamente la rentabilidad del negocio, ya sea por generar menos ingresos de los posibles, o porque generan costos que se traducen en pérdidas.

Entonces, obtener la máxima rentabilidad por m2 debe ser el foco de cada proyecto de ampliación, refacción u obra nueva. Para proyectar adecuadamente debemos realizar un análisis integral de las variables que intervienen en el funcionamiento de una estación, con dicha información se elabora un proyecto detallado.

El proyecto es la herramienta que ordena y articula estas variables. En síntesis, un buen proyecto produce un orden, el orden eficiencia y la eficiencia rentabilidad.

La calidad del producto es clave, pero la experiencia del cliente es vital

A menudo quienes lideran los proyectos consideran que su diferencial más importante es el producto y esto ya no es así.  Si no generamos las experiencias adecuadas a nuestros clientes cada vez nos elegirán menos. Debemos pensar en las características y expectativas al momento de plantear un proyecto.

No es lo mismo diseñar un negocio basado en la rotación de clientes y alta circulación, que uno anclado en una propuesta de servicio y confort.

La arquitectura es clave porque permite materializar la experiencia, en su visita el cliente evalúa la eficiencia operativa, calidad en la atención, higiene, seguridad, productos, así como  las variables ligadas a la arquitectura, como la circulación vehicular, peatonal, accesibilidad, mobiliario, señalética, infraestructuras, confort térmico, calidez espacial; variables capaces de potenciar decididamente la percepción de un cliente y producir un recuerdo de calidad, que contribuya por tanto a la estrategia de diferenciación competitiva del local.

 

La síntesis es eficiencia. La eficiencia mejora la rentabilidad

“Si algún poder tiene el diseño, es el poder de SINTESIS” (Arq. A. Aravena). Una Arquitectura de síntesis supone un esfuerzo de diseño, un esfuerzo capaz de despejar lo irrelevante y seleccionar solo los recursos necesarios para dar respuesta a un problema. Esta simple premisa permite reducir considerablemente los costos de una obra y sus tiempos de ejecución.

En una obra de arquitectura la principal causa de “costos extra” es el problema en la comunicación.

El proyecto de arquitectura es la herramienta de comunicación gráfica que nos permite adelantarnos a las contingencias de una obra reduciendo la incidencia producida por los “costos extra”; vale aclarar, que un buen proyecto de arquitectura es insuficiente en la medida que no esté acompañado de una adecuada dirección técnica que deberá articular los distintos actores que componen la construcción de una obra compleja, proporcionar un sistema de comunicación, un plan de metas y una coordinación de obra desde una perspectiva integral capaz de acoplar los esfuerzos colectivamente.

Adaptarse al cambio

El diseño de Estaciones de Servicio del presente y del futuro, avanza hacia ofrecer al visitante una experiencia de compra cada vez más completa. El concepto de estación contemporánea apunta en dos direcciones complementarias.

Hacia el futuro, donde los medio de conectividad digital continúan adquiriendo un rol protagónico en materia de excelencia operativa  y hacia el pasado, hacia el  origen de las estaciones, donde significaron un verdadero espacio de encuentro social, un lugar de referencia en la ciudad o en el camino. Hallaremos seguramente en esta  alianza entre  tecnología y tradición la síntesis capaz de producir resultados comerciales superlativos.

Los clientes nos exigen ser actores socialmente responsables

Las estaciones producen un fuerte impacto en la dinámica de su entorno social. Cada terreno contiene características propias que deben ser identificadas y aprovechadas mediante el análisis del sitio; estas características podrán ser empleadas como un valioso insumo de diseño y un potencial ahorro en los costos constructivos. 

Esta postura de preservación colabora con el sentido de pertenencia social y es percibida por los vecinos como un gesto amigable.

La sociedad demanda la producción de edificios comprometidos con el cuidado del medio ambiente y las estaciones se presentan como un campo fértil para la acción en este sentido.

El concepto de “Sostenibilidad” admite distintas formas de abordaje, por un lado, las ligadas a los adelantos tecnológicos como la incorporación de luminarias LED, tecnología domótica, paneles solares, gestión de residuos, empleo de biocombustibles o reciclado de aguas.

Desde otra perspectiva, complementaria a la anterior, el concepto de “Sostenibilidad” nos conduce a buscar soluciones empleando el “sentido común” es decir, estudiar la tradición constructiva del lugar de la obra, la incidencia del sol, emplear materiales adecuados, elegir sistemas de acondicionamiento térmico pasivo; herramientas de diseño económicas capaces de producir un ahorro sustancial de tiempo, costos y energía.

Es en la síntesis entre tecnología y tradición, donde nuevamente encontraremos el equilibrio capaz de producir resultados relevantes.

En conclusión, cada cliente en particular y el mercado en general se encuentran en constante cambio. Las exigencias se han incrementado y los tiempos se han acortado. Debemos concebir a la arquitectura como una herramienta integrada al complejo sistema del negocio para cumplir con las demandas de las estaciones del presente y el futuro.

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