El escenario central esa inquietud estuvo en 1 y 60 donde varios cientos de policías -algunos con sus uniformes y sus armas y otros vestidos como civiles- se concentraron en las escalinatas del Registro de las Personas a las que los líderes de la protesta utilizaron como improvisada tarima para dirigirse al resto de sus compañeros. El humo negro de las gomas quemadas; los petardos, los bombos y los bocinazos del tránsito que debía desviar su marcha, le pusieron marco a una jornada cargada de tensión en un barrio donde algunos pocos comerciantes aprovecharon la inusual concentración de personas y agotaron sus existencias de bebidas, sandwiches y otros alimentos. “No nos vamos nada, que nos echen a patadas”; “el vigi no se va” y “policía, policía” fueron los cánticos más entonados a lo largo de una jornada cargada de versiones sobre las negociaciones salariales seguidas por los lideres de la protesta. Hacia el anochecer, cuando efectivos de Infantería que participaban de la protyesta dieron a conocer el acuerdo alcanzado con el gobierno provincial, se produjeron algunos incidentes que no pasaron de insultos y reproches. En ese momento la protesta se dividió entre quienes optaron por retirarse y un grupo de alrededor de 200 manifestantes que eligieron marchar al ministerio de Seguridad, cortando el tránsito vehicular que se desplazaba por avenida 1. En tanto, una ola de versiones generó inquietud en numerosos comerciantes que cerraron las puertas de sus locales empezando por la zona de la estación ferroviaria de 1 y 44 y en todo el corredor comercial de la diagonal 80. Desde el mediodía corrió la voz sobre la llegada, en tren, de manifestantes provenientes del Conurbano para sumarse a la protesta en 1 y 60 y eso alentó a los cierres. Sin embargo, no hubo ningún hecho de robo o saqueo. MAXIMA TENSION Sin embargo un episodio que marcó el momento de máxima tensión de la jornada se produjo alrededor de las 20 cuando un grupo de jóvenes rodeó el supermercado ubicado en 19 y 530. Una versión que circuló desde temprano indicó que el grupo esperaba recibir, de parte del supermercado, una canasta navideña. Ante esa amenaza los vecinos de la zona llamaron a la Policía. La presencia policial fue repelida a piedrazos en tanto la Policía respondió con balas de goma y gases lacrimógenos. Durante varios minutos la zona fue escenario de corridas y explosiones lo que marcó un clima de gran tensión y miedo en el vecindario. Los incidentes duraron una hora y oficialmente no se informó sobre heridos ni detenidos.