El Círculo atento a la interna bonaerense

El Círculo atento a la interna bonaerense

En el sciolismo aprecian como una muestra del poder de su jefe el lanzamiento en Costa Salguero. La “nueva transversalidad” y la preocupación por el tono verbal que alcanzó la puja entre los precandidatos a la gobernación de la Provincia. “Siempre fui un integrador, siempre fui inclusivo, siempre busqué en todo momento acercar posiciones, descomprimir conflictos”.

Daniel Scioli respondió así a la pregunta de La Tecla sobre la heterogeneidad de la concurrencia a la cena que sirvió como formal lanzamiento de la fórmula con Carlos Zannini.

El arco de comensales fue desde líderes de La Cámpora, como “Wado” de Pedro y Andrés Larroque, hasta el nadador José Meolans; desde barones del Conurbano hasta Andrea del Boca; desde pequeños y medianos empresarios hasta Pimpinela. “Es la nueva transversalidad”, bromeó un intendente al pasar.

Políticos se mezclaron con personalidades del espectáculo, la música, el de-porte y el empresariado. La prevalencia de las Pymes coreografió la puesta en marcha del “círculo celeste y blanco”, como bautizó el sciolismo este proceso, en clara posición al “círculo rojo”, donde buscan encerrar al rival Mauricio Macri.

“Hoy está tan de moda esto del círculo rojo que me parece importante esta convocatoria con pequeños y medianos empresarios, y empresarios de la industria nacional, sectores de la cultura y de la política que quieren una Argentina para los argentinos; es un buen plafón de lanzamiento para la fórmula Daniel Scioli-Carlos Zannini”, avaló la idea el diputado provincial Fernando Navarro.

Sin demasiado naranja, más que el furioso vestido de la ministra Nora de Lucía, la noche de Costa Salguero no necesitó de

ese color tan identificado con Scioli para demostrar que el propio kirchnerismo se resigna a los nuevos tiempos.

“Hay que conducir todo esto”, reflexionaba, a modo de interrogante, un diputado nacional con mandato hasta diciembre, y

a quien le costaba entender la tan heterogénea platea. “Daniel puede conducir todo esto y más”, se envalentonó uno de los principales operadores del sciolismo, para quien Costa Salguero fue “una enorme muestra de poder”.

Y de eso se trata, del poder. El “círculo celeste y blanco” es el mejor modo que el candidato único del Frente para la Victoria encontró para expresar la continuidad del kirchnerismo (de la que habló en el discurso), pero a la vez vestirla de su impronta (de la que también dio señales a los empresarios presentes). “Victoria es que el círculo sea el celeste y blanco; los colores de un gobierno de todos los argentinos para todos los argentinos”, fue el cierre del lanzamiento, y el inicio del nuevo eslogan.

En las filas oficialistas se destila optimismo; sin embargo, hay algunas cuestiones que preocupan. Por caso, el tono en el cual entró la interna en la provincia de Buenos Aires entre las fórmulas de Julián Domínguez-Fernando Espinoza y Aníbal Fernán-dez-Martín Sabbatella.

“La orden de Scioli es que no haya ningún tipo de diferenciación y que trabajemos con los dos por igual”, repiten hasta el cansancio ministros y voceros del gobierno provincial. El equilibrio es difícil cuando la vorágine de la campaña exige presencias casi de manera constante y cualquier gesto puede ser leído como una definición concreta. Fernández criticó el estado de las rutas bonaerenses tras una foto de Scioli con Domínguez; luego consiguió sentarse al lado del mandatario en la fiesta de Costa Salguero. La exigencia comienza a ser desgastante para el candidato presidencial, y la frase del jefe de Gabinete sobre la cuestión vial encendió una luz amarilla.

Pero lo que más preocupa son los duros cruces verbales de las últimas semanas. Aunque en el sciolismo insisten en que las peleas de la interna provincial lejos están de afectar en las encuestas a su jefe, también insisten en la necesidad de morigerar el picor de las frases. Y no están solos.

La Tecla consultó a diferentes dirigentes del Frente para la Victoria (ver recuadros), y todos coinciden en la necesidad de evitar los mensajes que no le suman al espacio y sí podrían servirle a la oposición, ahora o después de las PASO, con el candidato ya definido. Por caso, en el PRO reconocen que esperan una victoria de Aníbal Fer-nández. Tienen, al parecer, la campaña ya armada y atacarán vía Fernández, pero no solamente a la fórmula provincial.

“Ya hubo una charla en la Casa Rosada para que se bajaran los decibeles. Y hay que procurar que el día de las elecciones sea todo ordenado y prolijo, que no haya problemas”, advirtió un funcionario

provincial de vasta trayectoria junto al Gobernador.

“Nosotros también hablamos para que no entren en el terreno de las agresiones, pero esta interna tiene una dinámica propia”, agregó una de las principales espadas del sciolismo.

“Podríamos estar mucho más tranquilos”, lamentó un ministro bonaerense que adhería a aquella idea de los intendentes de un candidato único para la Nación y un candidato único para la Provincia.

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