Cinco de cada diez personas con artritis pierden su trabajo

Cinco de cada diez personas con artritis pierden su trabajo
A causa del dolor, muchos deben abandonar sus puestos. Esta enfermedad es la principal causa de discapacidad evitable.
A pesar de registrarse estas estadísticas en los primeros años de la enfermedad, llama la atención que muy pocos tramitan el certificado de discapacidad. En Mendoza, la población más afectada tiene entre 13 y 45 años.

Dolor e incapacidad

En el marco de las III Jornadas Cuyanas de Reumatología se presentó un estudio sobre el impacto socioeconómico de la artritis reumatoidea en más de 300 pacientes mendocinos. En el informe, se comparó en 102 personas “el antes y el después" de sufrir la enfermedad. Los resultados fueron los siguientes: Alrededor del 86% eran trabajadores; el 12%, amas de casa, y el 2%, estudiantes. “Después de la enfermedad, el 56,8% estuvo desocupado por la artritis en un tiempo promedio de 4 a 6 años", comentó el experto Daniel Citera, quien dirigió el equipo de trabajo.

Por otro lado, según las Primeras Guías para el Tratamiento de la Artritis Reumatoidea del Ministerio de Salud provincial, una persona tarda un año en consultar al médico desde los primeros síntomas, como dolor e hinchazón de las articulaciones pequeñas, cansancio y debilidad. Una demora de sólo tres meses en el tratamiento reduce la posibilidad de controlar su avance.

Principal discapacidad evitable

Se calcula que 30 mil mendocinos sufren Artritis Reumatoidea (AR), una patología que según postuló el doctor Jorge Velasco Zamora, jefe del servicio de Reumatología del Instituto CER y presidente de la Fundación Articular, “es la principal causa evitable de discapacidad en la provincia, puesto que no sabe ni reconoce estadios económicos, estado físico, belleza o situación emocional".

La AR es una enfermedad que afecta las articulaciones -sobre todo las de las manos, las rodillas, las muñecas y los codos- provocando no sólo dolor, sino también deformaciones (cuando el cuadro evolucionan sin que el paciente reciba tratamiento), y un alto grado de discapacidad que se traduce en pérdida de días de trabajo, así como también en la imposibilidad de desarrollar tareas cotidianas.

“Cuando comienza a percibirse cierto grado de inflamación en las pequeñas articulaciones, que dura entre 15 o 20 días y a la cual se suma la rigidez matinal, es hora de realizar la consulta, pues los primeros tiempos –lo que se denomina ventana terapéutica- son vitales.

Ocurre que de acuerdo con las investigaciones, inclusive antes que comiencen las manifestaciones físicas, es posible que a nivel orgánico la persona ya esté sufriendo desajustes", expuso Velasco Zamora.

Una vez realizada la consulta y obtenido el diagnóstico, algo que a veces puede llegar a tardar, tal como comentaron en base a su propia experiencia las señoras Argentina Grippaldi y Silvia Baigorria, presidenta y vicepresidenta de la Ayuda Mutua para Pacientes con Artritis Reumatoidea (AMAR), “debe ponerse en marcha el tratamiento que incluye la realización de ejercicios de rehabilitación, de actividad física adaptada a las posibilidades de cada paciente (por ejemplo yoga especial, el reiki), así como también actividades puramente recreativas o de fuerzas manuales; además de la administración de diversos medicamentos que reducen el dolor”.

Comentá la nota