Dijo Norma: “Recibimos este subsidio con mucha alegría y mucha satisfacción, nos prometieron y llegó, y vino una buena suma, y en un año no electoral. Habíamos recibido otro; pero nada que ver con este, este es mucho más importante”.

En algún momento se dijo que el asilo corría riesgo de seguir abierto, ¿cuánto hay de cierto en eso?

- Era cierto. Había una comisión de señoras de muchos años que estaban muy encerradas, yo tomé la presidencia y empezamos a abrirnos a la población, a pedir ayuda, que es lo que tenemos que hacer, porque no tenemos recursos. La gente de Bolívar nos ayuda muchísimo, empezamos con la feria, vendemos cosas que nos regalan, continuamente nos están trayendo donaciones, y cuando lo vendemos, como es donado, por poquito que sea el valor que le sacamos, es conveniente.

Tenemos que trabajar mucho, somos 12 mujeres pero trabajaremos 5, porque las demás son grandes, hay que andar mucho; pero abriéndonos a la población vamos a salir adelante.

Hay que mostrarlo más al asilo, está en una punta de la ciudad y posiblemente la gente desconozca que no recibe ningún tipo de subvención…

- Nosotros necesitamos gente joven para trabajar, gente que quiera trabajar, porque para figurar estamos todos; pero para trabajar no. No tenemos un varón en la comisión, no lo hubo nunca, a veces necesitamos manos fuertes que nos ayuden a mover muebles, cuando preparamos la barata, y somos mujeres solas que hacemos lo que podemos y lo que no podemos también.

¿Cuántos abuelos viven en el asilo?

- Tenemos 13 abuelos, con el personal con el que contamos podríamos estirarnos hasta 15, porque si nos pasamos tenemos que contratar más gente y no podemos. Tenemos tres mucamas, el encargado y la franquera, el jardinero se nos jubiló y no lo podemos reponer, cuando necesitamos arreglar el jardín contratamos a alguien.

¿A qué van a destinar este dinero que han recibido?

- Vamos a comprar cosas que necesitamos, platos, platos hondos, vasos, teléfono, algunas sillas, hay unas cuantas cositas que necesitamos, un mantel para las mesas.

¿Están abiertos a donaciones?

- Sí, nosotros recibimos todo, lo que nos sirve lo dejamos, lo que no, lo vendemos. Precisamos sillas, porque tenemos plásticas y se rompen. Los artículos de limpieza también son muy necesarios porque esto es muy grande.

Las compras para la comida las realizamos en los lugares donde encontramos los productos más baratos, cuando había plata íbamos y comprábamos por mes, hoy sólo compramos lo que necesitamos y en los lugares donde hay ofertas. Gastamos mucho arroz, fideos, salsa de tomate, la carne ni hablar, pollo, a lo mejor no tenemos muchos lujos; pero los abuelos comen muy bien, tenemos muy buen cocinero, los abuelos están chocos con la comida.

¿Cómo van las gestiones con PAMI y IOMA para poder mutualizar el asilo?

- Está algo quedado el trámite, estamos en eso, hemos hablado con dos o tres personas que nos han prometido ayudar, tenemos que hacer una reunión en Buenos Aires; pero todavía no tenemos nada.

¿Tienen profesionales que vienen a atender a los abuelos?

- No, y son necesarios. A todos los abuelos les cuesta adaptarse cuando llegan, a veces están tristes, no comen una semana, hasta que se adaptan y no se quieren ir. No hace mucho nos retiraron dos abuelos y se murieron a los 15 días, abuelos que hacía mucho tiempo que estaban acá. Yo vengo todos los días un rato, tenemos unos chicos de la Escuela Media Nº 10 que vienen día por medio a jugar al truco, les traen tortas, los pone muy contentos eso.