San Martín sumó su cuarta derrota al hilo al perder ante Patronato y quedó comprometido con el descenso.
Azconzábal no quiso hablar tras el partido y fue el primer síntoma que la noche llegó en Concepción. Porque si ayer el Verdinegro le ganaba a un equipo que no peleaba por nada, hubiese jugado las dos últimas fechas sólo por completar el calendario. Pero el panorama cambió rotundamente y la derrota lo obliga ahora a tener que sacar al menos uno de los seis puntos que quedarán en juego, sino se irá al descenso.
El presente de este San Martín hoy lo condiciona, porque ayer no demostró actitud para sacar adelante el partido y que haya terminado con 5 delanteros representó que está en su peor momento y sin signos de vitalidad. Por eso lo que viene definirá su futuro, siempre y cuando levante su nivel o quedará condenado.
Anímica y futbolísticamente el equipo viene demostrando en las últimas cuatro fechas (y desde antes también) que se cayó en un pozo del que no tiene recursos para salir. Ayer empezó mal el encuentro, porque Patronato con sus argumentos lo primereó, le quitó la pelota, ganó las pelotas divididas ante un San Martín que intentó avanzar pero sin profundidad. Y la consecuencia fue el gol de la visita a los 25’, cuando Michelli se cayó, Acosta desbordó y envió el centro, que Carignano empujó al fondo.
Con la obligación a cuesta, el equipo del Vasco buscó tibiamente con el frentazo de Michelli y el remate de Jofré. Aunque siempre equivocó el camino. La desesperación no le dejó pensar y en el segundo tiempo nunca estuvo a la altura de poder revertir la historia. Ni con 5 delanteros tiró al arco, en una contra Carignano puso el 2-0 (a los 37’) y ahí bajó los brazos. Perdió, otra vez, y ahora quedó en jaque porque tocó fondo.
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