Cuando la prensa nacional a principio de octubre lo calificó como el político más lenguaraz de la historia, no se equivocó. Ayer, el gobernador interino Juan Carlos Bacileff Ivanoff fue a habilitar el Centro de Detención Transitoria de Barranqueras -luego de cambiarle la agenda a su ministro de Gobierno, este era en un principio el que iba a inaugurar la obra- y habló de todo. «Ahora los detenidos dejarán de estar en las comisarías y pasarán a los centros de detención, por lo cual la Policía dejará de cumplir funciones en las comisarías y hará tareas de control y prevención en las calles», comenzó diciendo, pero después «largó» mucho más.

Chiyo se permitió pasar el protocolo y nombrar en último lugar a la ministra del Superior Tribunal de Justicia (STJ), Isabel Grillo, algo que se entendió como un ninguneo, además de contar lo que la Presidenta le dijo cuando vino al Chaco sobre el sindicato del PJ y hasta admitir «estamos escuchando mensajes» al referirse al runrún que se escucha en la provincia en los últimos días de un enojo de la Policía por compromisos no asumidos y prometidos por el Ejecutivo en diciembre de 2013 cuando de dio el levantamiento policial.

El interino pidió que nadie se haga el distraído y habló de la necesidad de un «trabajo articulado entre los tres poderes del Estado». A los que reclaman y hacen paros demandó no perjudicar a terceros y hasta los avispó: «Parece que la gente no sabe que cuando no está de acuerdo con un gobernante tiene la revocatoria de mandato juntando firmas, hasta se puede destituir a un gobernador juntando firmas», dijo Chiyo.

Al gobernador no parece importarle nada y su idea de posicionar a su hijo como candidato del Frente de la Victoria pareciera que es su único objetivo sin importar acuerdos y respetar códigos pactados con el líder político, Jorge Capitanich, quien personalmente sostiene que para saber quién será el «sucesor» de todos los precandidatos que hay en carrera todavía «hay tiempo».

¿Tema cerrado?

Para Chiyo por su parte todo estaría «cerrado» al menos eso fue lo que dijo ayer. Respecto a su opinión personal sobre la precandidatura de su hijo señaló: «Mi hijo después de que cumplió 16 años no me consulta nada ni para comprar una camisa», bromeó pero sobre los postulados acotó: «Todos son candidatos, no hay un sólo candidato, ustedes saben que en el justicialismo hay muchos compañeros y compañeras que pretenden, como corresponde, instalarse».

Seguidamente añadió: «Yo siempre digo que hay una máxima, el que trabaja en política tiene que saber que tiene que pasar por una cuestión, al menos los justicialistas lo hacemos así y los radicales también, pasamos por una interna, y a veces se gana y a veces se pierde, hay que pasar por la voluntad de la gente. Siempre le digo a los que aspiran a una máxima candidatura, nadie llega a ser primer magistrado de la provincia sin perder una elección, así que este mensaje es para todos y está incluido mi hijo». En ese punto recordó: «Capitanich en la tercera vez recién fue la vencida, así que no garantiza nada los apellidos», aseguró y referenció a lo que «algunos creen que por el posicionamiento que uno puede tener eso se puede dar, pero no garantiza nada».

«Lo que sí garantiza es la gestión», dijo y nombró a la intendenta de Barranqueras Alicia Azula, quien estaba a su lado. «No me voy a meter en la interna de otro partido, pero sabemos que es una intendenta que merece la apreciación de la gente», tiró.

Volviendo a Chiyito, en un discurso que como siempre entremezcla todos los conceptos, acotó: «Darío, me llama la atención que él maneje la Cámara, yo también fui diputado provincial, como lo está manejando sin conflicto y demás, con una deuda pendiente que es el edificio y que por supuesto no es responsabilidad de él tiene sus méritos». «Es joven», y reveló una supuesta charla con la Presidenta e insinúa que Cristina lo señaló a Darío Bacileff como «él candidato».