Los chicos homenajearon a los grandes

Los chicos homenajearon a los grandes
Como novedad, dejaron los mejores comentarios. Unas 2 mil personas participaron de la última fiesta con la que cerró el Chamamé 23. Todo un éxito.

Uno de los puntos de reunión que acaparó gran atracción fuera del Anfiteatro Cocomarola, en el marco de la Fiesta Nacional del Chamamé y del Mercosur, fue la Peña Oficial de Los Alonsitos que se instaló en el patio de Ribera, por costanera Sur, frente al río, y allí permaneció desde el 10 hasta el 21 que terminó con el mismo éxito con que había comenzado.

Con la experiencia que les dejó haber compartido otros espacios similares en sus viajes artísticos por Cosquín y Jesús María, Córdoba, Los Alonsitos apostaron a esta propuesta que en paralelo a la Fiesta Grande iba a ser montada. Seguramente imaginaron (porque uno cuando sueña, sueña a lo grande), que la cosa iba a funcionar, pero nunca quizás, con tanta respuesta no sólo por parte del público sino de los artistas, que actuaron gratis y que lo hicieron sin presión de tiempo ni de repertorio.

En principio, el horario de acceso iba a ser a la medianoche, pero hubo que adelantarlo por la alta demanda de entradas, que se adquirían a $20 por noche. Los chicos, Ariel Báez, Marco y Marcelo Roselli Majul y José Martín Rodríguez (Los Alonsitos), homenajearon a los grandes del chamamé, como una reverencia entendida hacia el hecho de que fueron ellos y no otros, los responsables de un efecto directo que la música provocó, sin dudas, en la juventud. Y hay que reconocer que se debe proteger la preferencia de los jóvenes sin muchos argumentos, pero con respeto.

La Peña Oficial comenzó algunos días a la medianoche y rápidamente pasó a las 21.30, porque los artistas se fueron sumando sin orden de llegada y sin exigencias. Querían cantar, bailar, aportar algo de buen humor, estar más cerca de la gente ya que la conformación del patio peñero se ofrecía en toda su extensión para que así sea.

Virginia Acosta y Beatriz Vallejos Schulze se movieron en el área de las relaciones públicas, seguidas por un séquito de promotoras. Nelson Lovera tuvo a su cargo la conducción del espectáculo y Los Alonsitos, fueron anfitriones de una casa que se abrió para mostrar la “cocina”, lo que se hace al costado del escenario y más atrás, cuando la música se prepara para subir al escenario.

La noche del lunes, la Peña Oficial cerró el calendario chamamecero que había comenzado el 9 con la Rave Chamamecera. La costanera fue el cenit y nadir de esta cita y en el medio, pasó de todo y de ese todo, El Litoral Cultura fue palabra autorizada para contarles el cómo, el cuándo y el porqué de la revelación que siempre provoca el chamamé en la gente.

A patio lleno, los chicos se despidieron de los grandes y sentaron en la primera fila de la platea a Ofelia Leiva, cantaron con Salvador Miqueri, recibieron con el alma abierta a Mario Bofill y se les hinchó el pecho de orgullo porque, hay que decirlo, ni la lluvia amenazó siquiera la docena de funciones que se ofrecieron “a la carta”.

El Litoral Cultura compartió este cierre, aplaudió a un excelente grupo como Los Mitá, de Misiones, comprobó que la gente solo quiere estar feliz y festejar con el Gurí Molinas, por ejemplo, esa maravilla que es la risa. Don Salvador Miqueri sentado en un mullido sillón del VIP de la peña, fue muy fuerte de asimilar, más que nada por el inmenso cariño que despierta en los jóvenes. Mientras su hijo Gustavo y su nieta, charlaban con Ángel Montes y Sebastián Sánchez (de Nendivei), que luego hicieron buena música, Nelson Lovera proponía una competencia de sapucay a la que se prendieron las mujeres ganando por lejos a los hombres.

La Peña Oficial bajó el telón al mes más chamamecero del año. Fueron días inolvidables. Tanto, que para coronar el éxito, además de la Reina Nacional del Chamamé, María de los Angeles Güenaga y Ramino Zaracho, el Jeroky Yára (“Dueño del baile”), compareció Mario Bofill, con su hijo Chingolí y con sus músicos.

El chamamé se puede dar por satisfecho con tantas atenciones. O mejor nosotros, por el idioma de su música que no nos cansamos de agradecer

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