No importa que el partido esté para cualquiera. Cuando un arquero ataja las pelotas justas en el momento indicado se transforma en la figura de la cancha. Estudiantes no ganó porque se cruzó con Chichizola: le tapó un mano a mano en el final a Olivera y le contuvo un penal a Carrillo. River tuvo sus chances pero ningunas tan claras como las que terminó salvando el arquero. Un 0-0 que deja a Estudiantes en la punta, pero ahora compartida.

Pudo ser de uno, pudo ser del otro. La sensación del final deja a un Estudiantes más cerca de los tres puntos pero River también tuvo las suyas en momentos claves como para ilusionarse con la victoria.

Estudiantes no había hecho nada cuando dejó a Jara mano a mano. Hasta él mismo se sorprendió y definió débilmente. River recuperó la iniciativa hasta conseguir dejar a su 9 mano a mano. Vangioni armó una linda jugada, amagó, asistió pero Cavenaghi decidió primero con los pies y después con la cabeza. No vio nunca que Rulli le había regalado el palo e intentó tocar al medio. El 0 parecía cerradísimo hasta que llegó la pifia de Delfino: en un pelotazo largo, Jara empujó a Balanta, el colombiano movió los brazos acomodándose para no caerse y la pelota le tocó con la mano. No fue penal, menos para el árbitro…

Como Carrillo dejó el penal en manos de Chichizola la historia comenzó de nuevo. Más impreciso que el segundo tiempo, las llegadas iban a llegar casi por inercia. Y otra vez el Torito contó con las oportunidades para sellar la historia. Una tijera bien resuelta que quedó en manos de Rulli y otro zurdazo que se fue cerca. Daba la sensación de que el equipo de Ramón estaba mejor pero la velocidad por los costados del Pincha fue cada vez más notoria. En un desborde, el palo lo salvó a Chichizola. En otro, los rebotes (pegó en el hombro de Maidana) le salieron justos pero en la última del partido, el arquero sacó la chapa de figura cuando Olivera quedó frente a frente.