Chicas perdidas: las peleas con los padres, la principal razón para huir

Las elecciones de parejas no aceptadas, el fracaso escolar y el maltrato motivan las fugas; las jóvenes representan el 70% de los más de 6000 casos de menores desaparecidos el año pasado en la Argentina

El año pasado hubo 6015 casos de chicos perdidos, según el Registro Nacional de Personas Menores Extraviadas. La mayoría correspondió a adolescentes de entre 12 y 17 años. Del total, el 70% son chicas que se fueron por voluntad propia. Es decir, once por día. La pregunta siempre es la misma: ¿qué razones hay detrás de esas fugas?

"El fantasma de la trata de personas invisibiliza muchas veces lo que realmente pasa: el maltrato. La familia argentina está atravesada por prácticas patriarcales, que son el origen de todas las violencias. Nadie quiere quedarse donde le pegan, lo insultan o lo subestiman", explica Cristina Fernández, directora del Registro Nacional de Personas Menores Extraviadas. Y aclara: "Hay muchas otras razones, además del maltrato, por las cuales los adolescentes abandonan a sus familias: el fracaso escolar o la crítica a sus elecciones personales. En el caso de las mujeres más específicamente, el rechazo a su elección de pareja y la sobreexigencia en las tareas domésticas".

Todas las semanas se conocen nuevos casos. El sábado pasado, por ejemplo, se difundió el de una chica de 14 años que había desaparecido en Benavídez. El martes pasado fue encontrada.

L. tiene 16 años. Se fue de su casa, en Escobar, el 20 de abril pasado y estuvo 15 días desaparecida. La encontraron en la casa de un amigo en Almirante Brown. Ella no quiso volver a su casa y la alojaron en un hogar de contención en Zárate. El día de su desaparición, su mamá actuó rápido: hizo la denuncia en la comisaría y la fiscalía, informó a los medios y pidió ayuda a Missing Children. "L. fue criada por mi hermana durante estos últimos diez años porque yo tuve que irme a trabajar a Estados Unidos. Como madre soltera, no es fácil y una no elige lo que quiere. Mi regreso significó cambiar de barrio y de colegio", explica Aurora Garnica, su mamá. Y sigue: "No noté nada hasta que desapareció. Todo lo que escribía en su computadora demostraba mucho enojo conmigo y me quiso castigar porque sintió que yo la había abandonado. No quiere volver y los psicólogos me piden paciencia. Estamos haciendo terapia y nos están ayudando a que podamos dialogar".

A partir de la sanción de ley nacional 26.061 de protección integral de los derechos de los niños, niñas y adolescentes en 2005, el Estado no sólo tiene la obligación de hallar a los chicos desaparecidos, sino que también debe intervenir cuando haya un conflicto familiar, para buscar una solución que los proteja. "Cuando encontramos a los chicos y plantean que no quieren volver, tenemos que respetar su deseo e investigar. En los casos de abuso, una vez que se corrobora, protegemos mucho más fuertemente al menor", explica Guadalupe Tagliaferri, presidenta del Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes del gobierno de la ciudad.

EN CONFLICTO

Noelia González es la hermana mayor de M., una adolescente de 14 años que desapareció el 13 pasado. Unos días antes, su familia supo que tenía una relación con un hombre de 30 y trató de disuadirla de seguir con él. Ella pareció entender, pero a los pocos días se fue y no saben dónde está, salvo que está con el joven porque se lo confirmó telefónicamente, para que no denuncien su desaparición en los medios. "Hicimos la denuncia en la Comisaría 5» de Merlo, pero no nos prestaron atención. Como ella llamó para avisar que estaba bien, no vieron urgencia en el tema. Es terrible no saber dónde está y que este hombre se haya llevado a una menor con él. Por eso les pedimos ayuda a Red Solidaria y a los medios de comunicación", indica Noelia.

Juan Carr, presidente de Red Solidaria, lo repite hasta el cansancio: hay que hacer un escándalo. "No hay que esperar ni una ni 48 horas para hacer la denuncia. Ése es el primer mito a derribar ante la desaparición de una persona. Tanto por las vías oficiales como por medios más informales, es necesario activar la búsqueda lo antes posible", señala.

Hay un eje que atraviesa todos los casos de desaparición, según describen los especialistas consultados: la huida responde a un conflicto que padece el chico y que está sin resolver. Nunca es gratuita. El adolescente sufre con estas situaciones y no quiere ponerse en riesgo. A veces no es consciente de los peligros a los que se expone. Los adultos deben prever cómo resolver este problema y encontrar la manera de solucionarlo como sea. Nunca deben dejarlo de lado, ser indiferentes o negarlo, porque queda en estado latente y estalla de la manera más impensada y en el momento menos esperado.

"El factor común de todos los casos es la falta de comunicación familiar. Los padres deben entender que no son los dueños de sus hijos y los adolescentes tienen que aprender que hay límites", dice Adriana Seillán, voluntaria de Missing Children.

C. tiene 13 años y vive en Villa Urquiza con sus papás y sus hermanos. Desapareció de su casa un viernes a la madrugada. Laura, su mamá, dio aviso enseguida a la policía, a los medios y a Missing Children. Mientras tanto, contactó a sus amigas, que no daban ninguna información sobre ella. Dos semanas antes, Laura supo que su hija se escribía con un chico de 20 años por Facebook porque se lo vio abierto en su teléfono. Le pidió que no lo hiciera más y le escribió a él para que se alejara de ella. No sabía dónde vivía, pero cuando C. desapareció se contactó con el joven por esa red social y él negó que ella estuviera en su casa. Las amigas de C., ante la difusión en los medios, terminaron diciendo dónde estaba. Los padres y la policía la rescataron del lugar, pero él ya la había echado porque no quería problemas. "Hace un año, C. vivió una situación muy traumática y fue muy fuerte para todos nosotros. Quizá no supe contenerla como necesitaba. Debo aprender a tratar todo esto y acompañarla como lo necesita. Alguna falla estoy cometiendo si ella llegó al extremo de irse a las 5 de la mañana, sola, en un taxi, a la casa de este chico. No está enojada y es consciente de los peligros que corrió. Se siente mal por todo eso. Lo importante es que estamos juntos y buscaremos la forma de que ella no vuelva a sentir algo así nunca más", reflexiona Laura.

A., de la misma edad que C., casi en la misma semana, también se había ido de su casa en San Telmo. Jamás había llegado al colegio ni a su clase de inglés. Su tío, Miguel Blanes, hizo la denuncia en los medios y en la policía. Había asegurado que en la casa no hay ningún problema. Al día siguiente, la encontraron en un parador del gobierno de la ciudad. "Ella está ahora en su casa, con nosotros. Está bien, está tranquila. No hablé con ella de todo esto aún. Yo sé que ella no lo hizo por su propia cuenta. La obligaron, no es de hacer estas cosas. Todo va a volver a la normalidad", aclara su tío.

QUÉ HACER FRENTE A UN CASO DE DESAPARICIÓN

 

Hacer la denuncia inmediatamente en la comisaría, fiscalía y juzgado de su jurisdicción. Es importante que la carátula sea "Medida de Protección" y no "Fuga de hogar" ni "Averiguación de paradero". Llevar fotos y hacer una autorización para difundirla. No hay ninguna norma que se refiera a esperar 48 horas para hacer la denuncia.Llamar o contactar vía web a Missing Children (www.missingchildren.org.ar), en el caso de menores y a Personas Perdidas (www.personasperdidas.org.ar), en relación con adultos. También a Red Solidaria, por Facebook.Contactar a amigos, familiares de los amigos, compañeros de escuelas, pares de trabajo y armar una red con la gente allegada. Sumar a WhatsApp como herramienta fundamental para difundir e informar.Difundir por los medios tradicionales de comunicación (televisión, radios y diarios) y por todas las redes sociales (Facebook, Instagram y Twitter).Contactar al Registro Nacional de Información de Personas Menores Extraviadas (#142 y 0800 122 2442); la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (4331-2158); la División de Búsqueda de Personas de la Policía Federal (4370-5903) o la Línea gratuita #145.

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