El Chelito Delgado, tras jugar su mejor partido desde que volvió a Central

El Chelito Delgado, tras jugar su mejor partido desde que volvió a Central

César Delgado aseguró: “No soy el de 2003, pero doy todo”. También dijo que ahora piensa más. Un mano a mano a fondo del referente canalla con Ovación. 

 

César Delgado encandiló a todo Central con su juego el último sábado. Aguantó todo el encuentro por primera vez desde que decidió regresar a casa luego de más de una década en el exterior. Destiló potrero y ratificó ante Huracán que puede ser uno de los hilos conductores del equipo. Sin dudas es el profesional de mayor jerarquía en Arroyito. Sin embargo, no se detiene en este presente dulce desde la faz individual. “Anduve bien, pero se notó porque estoy mejor desde lo físico, nada más”, lanzó de movida en contacto con Ovación. “No tenía que demostrar nada a nadie. Vine para sumar, a ser uno más”, acotó con sencillez. “Es obvio que no soy el mismo Delgado de 2003, eso lo tengo bien en claro. A lo mejor la gente espera otra cosa, pero siempre buscaré dar todo y dejar todo”, destacó. “Ya no tengo esa explosión, pero siento muy cómodo jugando por la banda derecha. Tengo más libertad para pensar. Para encarar con pelota dominada”, amplió para luego graficar la actualidad canalla de manera simple: “Estamos evolucionando a nivel grupal y vamos por el buen camino, que es lo más importante de todo”. Un Chelito íntimo. Y humilde como siempre.

  —¿Se puede decir que ante Huracán fue tu mejor partido desde que volviste?

  —Puede ser. Sobre todo si uno lo analiza desde lo físico. Ahora se nota más que cuando agarro la pelota puedo sacarme a un jugador de encima o aguantarla sin problemas. El otro día, en el segundo tiempo me sentí muy bien.

  —¿Ponerte bien desde lo físico te sirvió para terminar de readaptarte al fútbol argentino o ya sabías de qué se trataba esto?

  —No, de entrada me di cuenta de que esto iba a ser duro e iba a costar. Este es un fútbol de mucho roce, brusco y se requiere de mucho desgaste físico. La realidad es que me fui adaptando a medida que jugaba y agarraba ritmo. Acá no hay misterios, el rendimiento te lo dan los partidos. Me vino muy bien sumar minutos progresivamente.

  —¿Si físicamente estás a pleno se puede decir entonces que el Chelito que se vio el sábado es el que todos estaban esperando?

  —En los últimos partidos me vengo sintiendo bien. Y eso es muy importante. Por ejemplo, ante Defensa y Justicia anduve bien, pero en el segundo tiempo me caí desde lo físico. Aunque luego fui mejorando. Lógicamente que deseo que lo hecho contra Huracán sea el camino a seguir. Sobre todo para ayudar al equipo y sentirme mejor. Me gusta jugar bien, aunque lo más importante no es quién sale figura o quién la rompió, sino que Central gane y haga lo que pida el técnico. La idea del plantel es poner a Central lo más arriba de todo, independientemente de quiénes anden bien.

  —¿Y cuánto necesitabas tener un partido así o demostrarte que podías jugar como lo hiciste ante el Globo?

  —No tenía que demostrar nada. Al menos lo siento así. Lo que pasó el otro día vino solo. Aunque lógicamente que el funcionamiento del equipo ayudó a que anduviera bien. La confianza del cuerpo técnico también es importante porque me daba la chance de estar entre los once sin tener o no un buen rendimiento. A lo mejor la gente espera otra cosa, pero de mi parte intento hacer lo que más pueda por el bien del equipo. Es obvio que no soy el mismo Delgado de 2003, eso lo tengo bien en claro. Pero siempre buscaré dar todo y dejar todo. Además, laburo mucho para estar a tono desde lo físico.

   —¿En cuánto incide tu rendimiento, ya que que ahora estás jugando con mayor libertad sea por el centro o la derecha?

  —Pasa que es una posición que conozco bien porque jugué en esos puestos en Francia y en México. Ultimamente venía desempeñándome por la banda derecha, pese a que ante Estudiantes lo hice más por adentro. Pero para estar en la banda hay que estar muy bien físicamente. Y como me siento mejor, por ahí se vio más lo mío el sábado.

  —¿Decís que no sos el mismo de 2003, cuando eras explosivo, entonces hoy para qué estás?

  —Dije eso porque me acostumbré tanto a jugar tanto por las bandas afuera, que a veces me cuesta mucho hacerlo como lo hacía acá, en 2003. Es más, a veces me siento hasta perdido porque no siento el lugar. Los centrales te toman por la espalda, no tengo espacios. En cambio, al ir por afuera es como que me permite tener otro panorama y encarar más con la pelota dominada, pensar más.

  —¿Es como que tenés otro rol ahora porque sos uno de los que más genera fútbol?

  —Sí, pasa que al no ser ya un jugador tan explosivo o de ir tan para adelante, me permite pensar de otra manera. También de descargar con mas compañeros porque hay buen pie. Pero lo más importante es que estamos evolucionado en este torneo, en el cual vamos por el buen camino.

“La gente me pide goles pero no soy goleador”

El Chelito se destacó en su momento por ser un delantero picante, independientemente de su rica técnica. Un extremo con gol. Aunque el propio jugador se encargó de destacar que ya no es el mismo. Por varias sencillas razones, entre las que sobresale la edad (33 años) y porque además se reacomodó en la cancha mientras sumaba experiencia en el fútbol mexicano o francés. En las últimas temporadas dejó la ofensiva para ocupar una plaza en el medio, donde generalmente se desempeña sobre el sector derecho.

  —¿Sabés que la gente pide que hagas goles?

  —Sí, pero no soy goleador.

  —Eso está claro porque lo tuyo por historia es ser asistidor.

  —Es así, nunca me caractericé por hacer muchos goles. Los hago, pero no soy un goleador. Quienes me conocen saben lo que puedo dar.

  —¿Te desespera que no estés convirtiendo?

  —No, el gol ya llegará solito. Cuando menos lo espere, pasará. Soy una persona tranquila y me preocupo más por hacer las cosas bien a nivel grupal que individual. Vine a sumar como uno más. Lo más importante es Central y que el equipo esté bien, y muy unido como está ahora.

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